miércoles, 25 de mayo de 2016

LAS CARTAS DE LOS MAHATMAS. CARTA N°. 134

LAS CARTAS DE LOS MAHATMAS.
CARTA N°. 134
Carta del Mahatma K.H. a A. P. Sinnett.

APENDICE


CARTA Nº 134
Dehra Dun. Viernes, 4
Llegada sólo ayer por la noche, ya tarde, desde Saharanpur. La casa muy buena, pero fría y deprimente. Recibidas un montón de cartas y contesto la suya primero.
Finalmente vi a M. y le enseñé la última carta de usted, o mejor dicho, la carta de Benemadhab, en la que usted había garabateado una pregunta. Es esta última la que Morya contesta. Escribí ésta bajo su dictado y ahora la copio.
(Desde aquí hasta el final de este párrafo, donde dice 'a lomos de la ignorancia', p. 661, os una anotación del Maestro M.—Eds.)
Escribí a Sinnett mi opinión sobre los teósofos de Allahabad. (¿No a través mío, sin embargo?) Adityaram B. escribió una absurda carta a Damodar, y Benemadhab escribe una absurda petición al señor Sinnett. Por el hecho de que K.H. haya escogido a dos hombres que han demostrado ser de suma importancia y utilidad para la Sociedad para mantener correspondencia con ellos, todos —sabios o tontos, inteligentes o lerdos, con posibilidades de ser útiles, o absolutamente sin ninguna posibilidad de serlo— reclaman sostener correspondencia con nosotros directamente —también. Dígales usted que esto tiene que terminar. Durante siglos no mantuvimos correspondencia con nadie, ni tenemos intención de hacerlo. ¿Qué es lo que han hecho Benemadhab o cualquier otro de los muchos que reclaman, para tener derecho a esa reclamación? Nada en absoluto. Ingresan en la Sociedad, y a pesar de seguir tan aferrados como siempre a sus antiguas creencias y supersticiones, y de no haber renunciado a las castas, ni a una sola de sus costumbres en su egoísmo exclusivista, esperan vernos y hablar con nosotros y contar con nuestra ayuda en todo y para todo.
Me gustaría que el señor Sinnett dijera lo siguiente a cada uno de aquellos que puedan dirigirse a él con parecidas pretensiones: "Los 'Hermanos' desean que yo informe a cada uno y a todos ustedes los nativos que, a menos que un hombre esté preparado para convertirse en un teósofo completo, es decir, a hacer lo que hizo D. Mavalankar —o sea a prescindir por completo de su casta, de sus antiguas supersticiones, y que se muestre como un verdadero reformador (en especial en el caso del casamiento entre niños), permanecerá simplemente como un miembro de la Sociedad, sin ninguna esperanza de saber nunca nada de nosotros. La Sociedad, actuando en esto directamente de acuerdo con nuestras órdenes, no obliga a nadie a ser un teósofo de la segunda Sección. Eso queda a su criterio y elección. Es inútil que un miembro argumente: 'Yo llevo una vida pura, no tomo bebidas alcohólicas, me abstengo de comer carne y no tengo vicios. Todas mis aspiraciones son para el bien, etc.', y que, al mismo tiempo, levante con sus obras y su actuación una barrera infranqueable en el camino entre él y nosotros. ¿Qué tenemos que ver nosotros, discípulos de los verdaderos Arhats, del Buddhismo esotérico y de Sang-gyas, con los Shastras y con el Brahmanismo ortodoxo? Existen cientos de miles de Fakires, Sannyasis y Saddhus que llevan una vida de las más puras, y sin embargo, estando como están en el camino del error, no han tenido nunca la oportunidad de encontrarse con nosotros, de vernos, y ni siquiera de saber de nosotros. Sus antepasados han expulsado de la India a los seguidores de la única filosofía verdadera sobre la tierra, y ahora no corresponde a estos últimos ir hacia ellos, sino que les corresponde a ellos venir hacia nosotros, si tienen necesidad de nosotros. ¿Quién de entre ellos está dispuesto a convertirse en un Buddhista, en un Nastika, tal como ellos nos llaman? Nadie. Aquellos que han creído en nosotros y nos han seguido, han obtenido su recompensa. Los señores Sinnett y Hume son excepciones. Sus creencias no son ninguna barrera para nosotros, porque no tienen ninguna.
Puede que hayan estado influidos por el medio ambiente, por las emanaciones magnéticas como resultado de la bebida, por la sociedad, y por contactos físicos promiscuos (resultantes incluso de un apretón de manos con hombres impuros) pero todo esto son impedimentos físicos y materiales que, con un pequeño esfuerzo, se podrían contrarrestar, e incluso se podrían eliminar, sin gran detrimento para nosotros mismos. No así con el magnetismo y con los resultados invisibles procedentes de las creencias erróneas pero sinceras. La fe en los Dioses o en Dios, y otras supersticiones, atraen a su alrededor millones de influencias extrañas, de entidades vivientes y de poderosos factores, con los cuales tenemos que hacer uso de nuestros poderes más que ordinarios para rechazarlos. Nosotros no nos hemos propuesto hacerlo así.
No encontramos ni necesario ni provechoso perder nuestro tiempo librando batallas con Planetarios poco evolucionados que se recrean personificando dioses, y algunas veces personajes muy conocidos que han vivido en la tierra. Hay Dhyan-Chohans y "Chohans de las tinieblas", no lo que ellos llaman diablos, sino "Inteligencias" imperfectas que nunca han nacido ni en ésta ni en ninguna otra tierra o esfera, no más de lo que lo han hecho los "Dhyan-Chohans", y que nunca pertenecerán a los "Constructores del Universo", las Inteligencias Planetarias puras que presiden cada Manvántara, mientras que los Chohans de la Oscuridad presiden los Pralayas. Explique esto al señor Sinnett (YO NO PUEDO) —dígale que lea de nuevo lo que les dije entre algunas de las cosas que he explicado al señor Hume; y que recuerde que, como sea que en este universo todo es contraste (no puedo expresarlo de manera mejor), así la luz de los Dhyan Chohans y su inteligencia pura queda contrastada por los "Ma-Mo Chohans" —y su inteligencia destructora. Estos son los dioses que adoran los hindúes, cristianos, mahometanos y todos los demás que pertenecen a religiones y sectas fanáticas; y en tanto que la influencia de las mismas tenga ascendente sobre sus devotos, no se nos ocurrirá tener tratos con ellas, ni tampoco pondremos trabas a su trabajo, como tampoco lo hacemos en el caso de los Bonetes Rojos del país, cuyos perjudiciales resultados tratamos de paliar, pero en cuyo trabajo no tenemos derecho a intervenir, mientras no se interpongan en nuestro camino. (Supongo que usted no lo comprenderá. Pero piense en ello y lo hará. M. quiere decir aquí que ellos no tienen ningún derecho, ni tan siquiera el poder de oponerse a lo natural o a aquel trabajo que por ley de naturaleza corresponde a cada clase de seres o de criaturas vivientes. Los Hermanos, por ejemplo, podrían prolongar la vida, pero Ellos no podrían aniquilar la muerte, ni siquiera para Ellos mismos. Hasta cierto punto, pueden aliviar el mal y mitigar el sufrimiento; pero no podrían destruir el mal.
Ni tampoco los Dhyan Chohans podrían impedir el trabajo de los Mamo-Chohans, porque su Ley es el oscurantismo, la ignorancia, la destrucción, etc., así como la Ley de los primeros es la Luz, el conocimiento y la creación. Los Dhyan Chohans responden a Buddha, la Vida y la Sabiduría Divina en el bendito conocimiento, y los Ma-mos son la personificación en la naturaleza, de Shiva, Jehová y otros monstruos inventados, asidos a lomos de la ignorancia.)
El último párrafo de M. que traduzco es el siguiente: "Dígale, pues, (a usted) que en interés de aquellos que desean estudiar y recibir enseñanzas, estoy dispuesto a contestar las dos o tres preguntas de Benemadhab sobre los Shastras, pero que no entablaré correspondencia con él ni con nadie más. Que exponga las preguntas con claridad y nitidez al señor Sinnett (a usted) y después yo contestaré a través de él (de usted)".
Le envío la carta de mi tío que acabo de recibir. Le escribió a usted lo mismo (según se desprende de mi traducción de su carta en ruso). Como que no sé si la ha recibido o no, le envío ésta. Si es idéntica a la que obra en su poder, entonces, devuélveme la mía. Supongo que, a estas alturas, queda bien demostrado que yo soy yo —y nadie más; y que mi tío, que es ahora Ministro Adjunto del Interior (o Ministro Auxiliar), es un personaje que cuando pone su  firma y su rúbrica se puede confiar, a menos, desde luego, que cristianos y misioneros, y su amigo Primrose no se inventen una nueva versión y digan que nosotros hemos falsificado los documentos. Pero mi tío me dice en su carta oficial que el Príncipe Dondoukoff va a enviarme un documento oficial para demostrar mi identidad, de manera que esperaremos. No puedo traducir su otra carta privada, ya que su fraseología está muy lejos de ser halagadora, en particular para el señor Primrose y, en general, para los anglo-indios que me insultan y me difaman. Le pediré al Príncipe que escriba directamente a Lord Ripon o a Gladstone.
Suya en el amor de Jesús,
H.P. BLAVATSKY
¿Por qué diablos el "Jefe" quiere que yo vaya ahora a Allaha-bad? No puedo gastar el dinero que hace falta para ir y volver porque tengo que ir por Jeypur y Baroda, y él lo sabe. Lo que todo esto significa es más de lo que puedo decir. El me hizo ir a Lahore ¡y ahora es Allahabad!


martes, 24 de mayo de 2016

EL CUERPO FISICO tomado del libro EL HOMBRE Y SUS CUERPOS


jueves, 19 de mayo de 2016

¿qué es Karma?

¿Bien; qué es Karma?
Como ya he dicho, lo consideramos como la Ley última del Universo, la fuente y el origen de todas las demás leyes que existen en la naturaleza.
Karma es la Ley infalible que ajusta el efecto a la causa, en los planos físico, mental y espiritual del ser.
Como ninguna causa deja de producir su debido efecto, desde la más grande hasta la más pequeña, desde la perturbación cósmica hasta el movimiento de nuestras manos, y como lo semejante produce lo semejante,
Karma es aquella Ley invisible y desconocida que ajusta sabia, inteligente y equitativamente cada efecto a su causa, haciendo remontar ésta hasta su productor.
Aunque incognoscible, su acción es perceptible.

( H.P. Blavatsky- La Clave de la Teosofía)