LAS CARTAS DE LOS
MAHATMAS.
CARTA N°. 26
Carta del Mahatma
K.H. a A. P. Sinnett.
PROBACIÓN Y
DISCIPULADO
CARTA Nº 26
Memorándum
confidencial de K.H. sobre la Vieja Dama.
Recibido en Simla,
otoño de 1881.
Me he enterado con
pena del hecho de que la acostumbrada incoherencia de las explicaciones de ella
—especialmente cuando está excitada— y de sus extrañas maneras la hacen, en opinión
de ustedes, una transmisora muy inconveniente de nuestros mensajes. Sin
embargo, amables hermanos, cuando hayan sabido la verdad, una vez que se les haya dicho que esta mente desequilibrada, la aparente
incongruencia de sus discursos e ideas, su excitación nerviosa, en una palabra,
todo lo que es tan propicio para trastornar los sentimientos de la gente
sensata cuyas ideas sobre los modales y el recato se escandalizan por las
extrañas explosiones de lo que consideran su mal carácter, y que tanto les subleva
a ustedes, —cuando sepan que nada de eso es culpa de ella, tal vez se sientan
inclinados a considerarla bajo una luz totalmente distinta. A pesar de que
todavía no ha llegado el momento que les permita penetrar el secreto, y de que ustedes a duras penas están
preparados para comprender el gran Misterio, aunque se les revele, debido a la
gran injusticia y a la equivocada actuación, estoy facultado para permitirles
obtener un vislumbre de lo que se oculta detrás del velo.
Este carácter suyo
está íntimamente relacionado con su entrenamiento oculto en el Tibet, y es debido
a que se la envió a actuar sola en el mundo, a preparar gradualmente el camino
para los demás.
Después de casi un siglo de búsqueda infructuosa, nuestros jefes tuvieron que valerse
de la única oportunidad para enviar un cuerpo europeo a tierra europea para
servir de lazo de unión entre ese país y el nuestro. ¿No lo comprenden? Claro
que no. Entonces, por favor, recuerden lo
que ella intentó explicar, y que ustedes entendieron bastante bien, es decir, la
realidad de los siete principios en el ser humano completo. Ahora bien, nadie,
hombre o mujer, a menos que sea un iniciado del "quinto círculo",
puede dejar los recintos de Bod-Lhasy regresar al mundo en su íntegra
totalidad, si se me permite usar esta expresión.
Uno, por lo menos,
de sus siete satélites tiene que permanecer atrás por dos razones; la primera,
para formar el lazo de conexión necesario, el hilo transmisor; la segunda, como
la más completa garantía de que ciertas cosas no serán nunca divulgadas. Ella
no es una excepción a la regla, y ustedes han visto otro ejemplo —un hombre
altamente intelectual— que tuvo que dejar atrás una de sus envolturas y de ahí
que se le considere como muy excéntrico. El comportamiento y la condición de
las seis restantes dependen de las cualidades inherentes, de las peculiaridades
psico-fisiológicas de la persona, especialmente de la idiosincrasia transmitida
por lo que la ciencia moderna llama el "atavismo". Actuando de
acuerdo con mis deseos, mi hermano M., si ustedes recuerdan, les hizo cierto
ofrecimiento por medio de ella. No tenían más que aceptarlo y en la oportunidad
que desearan hubieran tenido ustedes durante una hora o más al verdadero baitchooly para conversar con él, en vez del ser psicológicamente
mutilado, con quien tienen que tratar ahora, por lo general. Lo de ayer fue un
error suyo. No debieron haberla enviado a entregar el mensaje al señor Sinnett
en el estado en que se encontraba. Pero hacerla responsable de su agitación
puramente fisiológica y permitir que viera sus sonrisas despectivas, fue
absolutamente pecaminoso. Perdónenme la franqueza, queridos señores y Hermanos
míos. Sólo actúo de acuerdo con lo que ustedes solicitaron en su carta. Me tomé
la molestia de "investigar el espíritu y el sentido" con que todo fue
dicho y hecho en la habitación del señor Sinnett; y aunque no tenga derecho a
"condenarles" ya que ignoraban el verdadero estado de las cosas, por
otra parte no puedo sino desaprobar firmemente lo que, por más cortés que fuera
en apariencia, con todo, aún en circunstancias totalmente normales, hubiera
sido una CRUELDAD. ¡Buss! (Basta
(por ahora)
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