DAMODAR: LOS ESCRITOS
DE UN CHELA INDO
Selecciones de
las Notas Bibliográficas acerca de Damodar K. Mavalankar, tomadas de la obra Damodar: “The Writings of a Hindu Chela”, publicadas
por The Theosophy Co, Los Angeles,
California.
Las últimas palabras escritas por Damodar
K. Mavalankar, que han sido
publicadas son las siguientes:
''Tomé bhat (arroz)
en la mañana y proseguí solo desde Kabi, enviando de vuelta mis cosas a Darjiling,
con los coolíes".
Fueron escritas
en un pequeño diario de bolsillo enviado a sus amigos cuando emprendió la última
etapa desde Darjiling, en la India Británica, en su
peregrinaje hacia las tierras más allá de las gigantescas cumbres de
Kanchanjunga, que se elevan a veintiocho mil pies hacia el azulado firmamento.
Nos enteramos
por la obra del Coronel H. S. Olcott, Old
Diary Leaves (Hojas de un Viejo Diario), Vol. III, págs. 265-6, que:
"Desde que él se reunió con H.P.B. y conmigo, en
Bombay, se entregó con ininterrumpida
energía e infatigable celo a la causa de la humanidad. Un corazón más
noble no latió nunca en un pecho humano y su partida fue uno de los más duros golpes
que hemos recibido. Como ya
dijimos, él había
quebrantado su salud física en el incesante trabajo que
cumplía en la Sociedad, y cuando dejó Adyar había ya comenzado a expectorar
sangre y a mostrar signos de un rápido decaimiento. Sin embargo, emprendió la
ardua jornada a través del Himalaya con firme decisión, indiferente
al mordiente frío ,
a las ventiscas, a la carencia de refugio y alimento, firmemente determinado
a llegar hasta el Gurú que había visto por primera vez en su juventud
cuando yacía enfermo, a quien no veía
desde hacía mucho, que había vuelto a encontrar
cuando ingresó a la Sociedad Teosófica, y a quien, a medida que se
fueron desarrollando sus facultades espirituales, pudo buscar en el suksma sarira (cuerpo sutil. Eds.). Lo que le llevó a ser tan
devotamente adicto y firmemente leal a H.P.B. fue el conocimiento de que su
Gurú era uno de los Adeptos fundadores de nuestro Movimiento, el asociado íntimo de "Upasika", como él llamó subsecuentemente a H.P.B. Yo (el Coronel Olcott), obtuve detalles
de gran interés acerca de él. Damodar no quiso conservar más vestimenta que la
ropa de asceta que llevaba puesta, ni la más mínima porción de
arroz, harina, granos y otras
provisiones secas que le
habían dado sus amigos. Lo más
que le permitió al jefe de los coolíes
fue dejarle cocinar una docena de
chapaties, o tortas sin
levadura. La última vez que le vieron los coolíes fue cuando avanzaba trabajosamente
con el rostro vuelto hacia la frontera tibetana y desaparecía tras una vuelta
del camino".
Damodar K.
Mavalankar ha de haber sido anteriormente "chela", o discípulo de uno
de los grande Mahatmas
orientales, o Maestros de Sabiduría, y es de presumir que
ésta no sea la primera encarnación en la
cual él holló el Sendero de la Iluminación.
La señora H.P.
Blavatsky dijo acerca de él:
"Damodar estaba pronto desde su último nacimiento
para entrar en el más elevado Sendero, y lo
sospechaba. Había estado
esperando el anhelado permiso para ir al
Tibet antes de la expiración de los siete años ... " (The Theosophist, agosto, 1932,
págs. 623-4).
La importancia
de esto en el Movimiento Teosófico radica en el hecho de que Damodar fue un elevado ejemplo de la
vida teosófica. Casi únicamente él,
entre cientos de otros sinceros aspirantes, fue considerado poseedor de las
condiciones necesarias para emprender el camino hacia las montañas del Tíbet,
donde moraban los fundadores de la
Sociedad Teosófica, los Mahatmas Koot Hoomi y Morya.
Esos miembros de
la Gran Logia de Adeptos, uno de ellos un brahmán de Kashmir, el otro un
Rajput, fueron quienes decidieron iniciar el Movimiento Teosófico en un período
crítico, cuando en Occidente la arena del reloj de la vida espiritual había ya
descendido mucho, y cuando aun el mismo antiguo hogar Aryavarta mostraba signos
de degeneración y de desintegración.
Damodar pertenecía a
una familia rica
de la casta brahmán Karhada
Maharashtra. Poco se conoce de
sus primeros años, pero se sabe que desde los siete sintió vehemente
deseo de entregarse a una vida de devoción, y en una ocasión en que se encontraba
enfermo tuvo la visión de su futuro instructor, el Maestro Koot Hoomi, quien le
aseguró que no moriría, que viviría para cumplir un trabajo muy
necesario en el mundo. En H. P.
Blavatsky él encontró una persona que estaba en estrecho
contacto
con el Maestro en quien el
confiaba, y también más antigua en el chelado y de mucha más experiencia que él.
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Damodar ingresó
a la Sociedad Teosófica casi a los seis
meses después de
la llegada de H.P. Blavatsky a la
India, en febrero de 1879,
y pronto estuvo en condiciones de ayudarla
en su trabajo de editar la revista “The Theosophist”, iniciada en
octubre del mismo
año. De acuerdo a las costumbres brahmánicas tuvo que pedir autorización
a su padre para residir en la Sede Central de la Sociedad y adoptar los modos de vida de un
sannyasin, uno que abandona las ataduras y atracciones
mundanas, para entregarse a la vida espiritual. Esto le fue permitido, pero él
hizo algo más abandonando su casta, asunto que no era de poca importancia.
El Maestro
Morya, refiriéndose a las dificultades que tenían ciertos teósofos indos, escribió en “The Mahatma Letters to A. P. Sinnett”
(Cartas de los Mahatmas a A. P.
Sinnett), página 462:
"A menos que un
hombre esté preparado para ser un teósofo en todo, es decir, para proceder como
procedió D. Mavalankar, abandonar del todo su casta, sus viejas supersticiones
y demostrar ser un verdadero reformador permanecerá simplemente como miembro de
la Sociedad, sin esperanza alguna de tener relación con nosotros".
De acuerdo a la
costumbre inda, él había sido comprometido en matrimonio en su niñez, naturalmente
que sin su consentimiento, y había llegado el momento en que se esperaba
asumiera las responsabilidades de la vida matrimonial. Esto hubiera obstaculizado
seriamente la realización de sus esperanzas de prepararse bajo la dirección de
su Maestro, en el Tíbet. Su padre, un hombre de sentimientos generosos,
simpatizaba con las aspiraciones de Damodar y consintió que abandonara las
obligaciones maritales, un procedimiento reconocido en la India como perfectamente honorable en el caso de un sannyasin. Damodar asignó a
su familia su parte del derecho a las propiedades ancestrales, en el entendido de
que debería proveerse a las necesidades de su esposa. Ella consintió en todo y
se alojó en la residencia de su suegro. Cuando Damodar con H.P. Blavatsky y el Coronel Olcott fue
formalmente recibido en la comunidad buddhista, durante su gira por Ceylán en 1880,
sus ortodoxos parientes indos se sintieron hondamente perturbados y le
exigieron que retomara a su casta. Como él rehusó, ellos abandonaron la Sociedad
Teosófica y se volvieron sus
abiertos enemigos.
Durante el viaje Damodar estuvo muy ocupado en sus
obligaciones como ayudante de Secretario
de Actas, correspondiendo con las nuevas Ramas y en otras actividades que
fueron creándose y al mismo tiempo proseguía su desarrollo oculto ayudado por
los Maestros, como lo dice en sus escritos publicados con el título de A Hindu Chela's Diary ( Diario de un
Chela Indo) en las cuatro cartas que
escribió a W.Q. Judge fechadas el 24 de enero de 1880 y 14, 21
y 23 de junio de 1881. Las pocas experiencias ocultas que se le permitió
mencionar en esas cartas son sumamente interesantes pues arrojan una vívida luz
acerca de los métodos por los cuales un chela aceptado puede
recibir instrucción personal y beneficios espirituales de sus
Maestros, aun cuando esté trabajando
arduamente en las obligaciones corrientes de la vida diaria.
Se notará en la
carta dirigida a W. Q.
Judge en 1880, que ya habían sido previstas valiosas oportunidades para que el
joven aspirante pudiera capacitarse. El ya se encontraba realizando la intensiva
disciplina espiritual, obligatoria para los chelas de su grado que deben vivir
en el mundo exterior. Observaba ya algunas reglas simples acerca de la dieta y
de la meditación, y probó su sinceridad y
amor por la humanidad trabajando infatigablemente por la Teosofía. Renunció al puesto
público que tenía y a otros intereses más para trabajar sin interrupción, desde
la mañana hasta la noche, en pro de la Causa en su
carácter oficial y en muchas otras actividades, especialmente ayudando a H.P. Blavatsky a editar The Theosophist, lo cual se hacía con
muchas dificultades. Escribió críticas literarias, "cartas abiertas"
a los corresponsales, largos y profundos comentarios e informes acerca de actividades. Durante algún
tiempo y antes
de partir para el Tibet, ocupó el puesto importante de administrador. Dijo el Maestro
Koot Hoomi, que Damodar era "indispensable
en la Sede Central" y que debido a su labor desapegada y a su completa devoción
estaba recibiendo la ayuda de Ellos, "por silenciosa que ella fuera". No debe olvidarse que Damodar tenía un cuerpo físico muy frágil y que
sufría una crónica mala salud, pero que nunca cejó por eso en su trabajo. El
espíritu de inegoísta devoción que le inspiraba culminó en un rápido desarrollo
psíquico y espiritual. Su intelecto se había desarrollado intensamente, como
puede notarse por sus escritos. Los poderes ocultos comenzaron a revelarse
de manera natural
y sin forzarlos, como debe ser en todos los casos de acuerdo a las enseñanzas.
Pronto estuvo en condición de transmitir mensajes astrales en servicio de
su Maestro y de emprender viajes astrales a voluntad cuando
sus obligaciones lo requerían. A veces recibía instrucciones para curar enfermos, y en
tales ocasiones se le "cargaba" del magnetismo necesario para esta clase
de trabajo. Algunas de las comunicaciones de los Mahatmas, publicadas en The Mahatma Letters to A. P.Sinnett, fueron
transmitidas por intermedio de Damodar.
El, como también
H.P. Blavatsky, tenía un aura "magnética" en congénita simpatía con
las de los Maestros, la que podía usar como foco de energía para transmisiones
astrales. Citamos, en parte, dos descripciones
de sus actividades en los planos internos, en noviembre de 1883 durante su
viaje con Olcott y otros por el norte de la India, cuando sus poderes ocultos
se estaban desarrollando rápidamente. De
acuerdo al Coronel
Olcott:
"Damodar me dio otra prueba de los poderes que había
adquirido de trasladarse a distancias en
su "doble" astral. El fue a Adyar a entrevistarse con H.P.B., y allí oyó la voz de un Maestro enviando un mensaje para mí, y pidió
a H.P.B. que me telegrafiara el contenido del mensaje para dejarme satisfecho
de la realidad de estas cosas. Al relatarme los hechos, dictó el mensaje que
había escuchado y todos los presentes en mi habitación firmaron
un certificado atestiguando lo
sucedido. A la mañana siguiente me fue entregado por el cartero el esperado
telegrama de H.P.B., siendo esta la costumbre en la India para la entrega de
mensajes "diferidos". El telegrama corroboró el mensaje dictado y
atestiguado de Damodar y los testigos presentes firmaron en el reverso del despacho". (Old Diary Leaves, Vol. 111, págs.
29-30).
He aquí otro
caso que relata el Coronel Olcott:
"Al poner su cuerpo en sueño como de costumbre,
Damodar se dirigió de inmediato a la casa del Maestro en los Himalayas,
encontrándose al llegar que el Maestro
se había ausentado, también en su cuerpo astral, y por
el poder
de atracción que ejerce el Maestro
sobre su discípulo, Damodar se sintió
arrastrado por una fuerza
tan poderosa e instantánea, como si se
hubiera aventurado en la profunda e impetuosa corriente de un río y
hubiera perdido pie. El próximo minuto él se encontró en Adyar, en
presencia de su Maestro y de H. P. B.". ( Obra citada pág. 31).
El Coronel Olcott
describe otra visita astral de Damodar a,
H.P.B., ocurrida cerca de
una semana más tarde en el tren que se dirigía a Lahore. Poco tiempo después,
cuando Damodar y Olcott se encontraban en Lahore, los dos tuvieron el
privilegio de encontrarse y conversar con el Mahatma Koot Hoomi en su cuerpo
físico. Se acercaba el momento en que
terminaría el período probatorio de Damodar, considerablemente abreviado por su
rápido adelanto, y se le permitiría comenzar su entrenamiento en el Tíbet. El 25
de noviembre de 1883, poco después de su encuentro con el Mahatma en Lahore y
cuando Damodar y Olcott se encontraban descansando unos pocos días en Jammu, en
Cachemira, como huéspedes del Maharaja, los Maestros llamaron a Damodar a uno de sus retiros (ashramas) que no
se encontraba muy alejado en la selva. Damodar partió de inmediato sin siquiera
avisar a Olcott, quien se alarmó por su desaparición hasta que H.P.B. le telegrafió desde Adyar que
el Maestro le había dicho que Damodar retornaría. Retornó antes de tres días
completamente cambiado. Un hombre "aparentemente robusto, endurecido, de porte intrépido y
enérgico; casi nos era imposible creer que era el mismo hombre". Así
escribió Olcott acerca de él.
La experiencia
de Damodar en el ashrama de su Maestro fue evidentemente una preparación para
su viaje al Tibet. H.P. Blavatsky y el Coronel Olcott sentían el mayor respeto
y afecto por él, y la elevada estimación en que le tenían los Maestros está descrita en una carta de Olcott a Miss Francesca Arundale, del 9 de
febrero de 1885. En ella dice que Damodar partía para el Tíbet y que el Maestro
había arreglado de forma que si H.P. Blavatsky, que estaba muy enferma,
fallecía antes de que Damodar retornara
para tomar su lugar como eslabón entre los Maestros y la Sociedad Teosófica, Olcott tendría
que llenar el vacío por un tiempo. William Q. Judge correspondía frecuentemente
con Damodar de quien tenía una muy elevada opinión.
El 31 de marzo de
1885, H. P. B. se embarcó para Europa con la misión de escribir, en relativa
tranquilidad, su gran obra “La Doctrina
Secreta”. Damodar dejó Adyar el 23 de febrero, iniciando la primera etapa
de su largo viaje. En su camino se
detuvo en Calcuta, Benarés, Darjiling y Sikkim. En Benarés tuvo largas conversaciones
con la mujer asceta que llamaban Maji (En “A Hindu
Chela's Diary” (Diario de Viaje de un
Chela) Damodar narra su
encuentro con Maji
y su entrevista en el ashrama de
los Maestros.- Eds ) Tuvo que esperar en Benarés durante unos quince días hasta que recibió orden de emprender la marcha
de inmediato hacia Sikkim, donde le esperaría
un distinguido personaje bajo
cuya protección había de viajar hasta la "Tierra Prohibida". El 23 de abril de 1885,
comenzaron el peligroso cruce de los Himalayas.
En ocasiones,
durante la estadía de H. P. Blavatsky en Würzburg en 1885-6, los Maestros y algunos
de sus chelas la visitaban en sus vehículos astrales. La condesa Wachtmeister,
una extraordinaria clarividente también los vio.
El 4-6
de enero de 1886
escribió H.P. Blavatsky a
A. P. Sinnett:
"Vi a Damodar anoche. . .¡Feliz Damodar! Fue hacia la Tierra de la Bienaventuranza,
al Tíbet, y debe ahora estar muy lejos, en las regiones de nuestros Maestros".
C. J. Ryan.