¡NAMASTAE! ([i])
La fundación de este
periódico se debe a causas que, habiendo sido enumeradas en el Prospecto,
necesitan sólo ser ojeadas en su correlación. Estas causas son: La rápida
expansión de la Sociedad Teosófica desde América hacia varios países europeos y
asiáticos; la creciente dificultad y costo de mantener correspondencia por
carta con miembros tan ampliamente diseminados; la necesidad de un órgano por
medio del cual los escolares nativos del Este puedan comunicar su aprendizaje
al mundo occidental, y, especialmente, a través del cual la sublimidad de las
religiones Aria, Buddhista, Parsi y otras pueda ser expuesta por sus propios
sacerdotes o sabios, los únicos intérpretes cualificados; y finalmente, a la
necesidad de un contenedor para los hechos — en especial los relacionados con
Ocultismo— recopilados por los Miembros de la Sociedad de entre las distintas
naciones. En otro sitio hemos explicado con claridad la naturaleza de la
Teosofía y la plataforma de la Sociedad; sólo nos resta decir unas palabras
respecto a la política de nuestro periódico.
Ha sido expuesto que los
miembros individuales de nuestra Sociedad tienen sus propias y privadas
opiniones sobre asuntos tanto de naturaleza religiosa como de cualquier otra
índole. Ellos son protegidos en el disfrute y expresión de las mismas; y, como
individuos, tienen equitativo derecho a manifestarlas en el TEÓSOFO, amparadas
bajo sus propias firmas. Unos de nosotros preferimos ser conocidos como ario
samajistas, otros como buddhistas, algunos más como idolatores, y otros como
algo más. Lo que cada quién es, se revelará en sus colaboraciones firmadas.
Pero ni a arios y buddhistas, ni a otros representantes de una religión en
particular, ya sean editores o colaboradores, puede permitírseles, bajo las reglas
de la Sociedad, usar estas columnas editoriales exclusivamente en el interés de
la misma, o comprometer, sin reservas, el periódico a su propaganda. Está
estipulado que una estricta imparcialidad debe ser observada en las opiniones
editoriales, siendo que el periódico representa el todo de la Sociedad
Teosófica, o Hermandad Universal, y no una sección en particular. Puesto que en
ningún sentido la Sociedad es una iglesia o una secta, nuestra intención es dar
la misma cordial bienvenida a colaboraciones de una clase de religionistas como
a aquellas de otra, insistiendo, sólo, en que la cortesía de lenguaje hacia los
oponentes debe privar. Y la política de la Sociedad es también la total promesa
y garantía de que no habrá supresión, de
hecho o por modificación, en los escritos, para servir a fines de cualquier
iglesia establecida o detractora de ningún país.
Los artículos y
correspondencia acerca de cualquiera de los tópicos incluidos en el plan de la
Teosofía, son bienvenidos; y aunque, claro, preferimos que sean en inglés, aun
si son enviados en hindi, marathi, bengalí o gujrati; o en francés, italiano,
español o ruso, serán cuidadosamente traducidos y editados para su publicación.
Donde se haga necesaria la impresión de nombres y palabras en hebreo, griego y
otros caracteres (excepto sánscrito y las lenguas vernáculas indias) diferentes
del tipo romano, los autores amablemente escribirán también sus equivalentes
fonéticos en inglés, dado que los recursos de nuestra oficina de impresión no
parecen ser extraordinarios en este aspecto. Los manuscritos deben ser
legibles, escritos a una sola cara, y los autores deben siempre guardar copias
en sus hogares, ya que no asumiremos responsabilidad alguna por la pérdida de
los mismos, como tampoco nos obligamos a devolver los artículos rechazados. No
serán aceptadas declaraciones de hecho de partes desconocidas sin la debida
autenticación.
Se desea que nuestra
revista especializada sea leída con el mismo interés tanto por aquellos que no
son filósofos profundos como por quienes lo son. Algunos se regocijarán al
seguir a los sabios o panditas por los laberintos de los pormenores metafísicos y de la traducción de manuscritos
antiguos, y otros, al ser instruidos por medio de leyendas y cuentos de
significados místicos. Nuestras páginas serán como las muchas viandas en un
festín en el que cada apetito puede ser satisfecho y ninguno es dejado ir con
hambre. Los quereres prácticos de la vida son para muchos lectores más urgentes
que los espirituales, y sin el propósito de descuidarlos, nuestras páginas
simplemente los mostrarán.
Una palabra más en el
umbral antes de decir a nuestros huéspedes que entren. El primer número del
TEÓSOFO fue puesto en circulación bajo dificultades mecánicas que no se
hubieran encontrado en Nueva York o en Londres, y de las cuales esperamos
escapar en futuros números. Por ejemplo: tratamos primero de obtener el
excelente diseño del Sr. Edgard Wimbridge para la portada, grabado en madera,
pero no fue posible conseguir madera del tamaño adecuando para componer el
bloque, ni grapa para sujetarlo; tampoco había un grabador competente que le
hiciera justicia al material. En litografía tampoco tuvimos mejor éxito; no
había un operario de prensa en quien pudiera confiarse para imprimir trabajo
artístico a color, y el propietario de una de las mejores oficinas de empleo en
la India nos aconsejó enviar la orden a Londres. Como último recurso,
determinamos imprimir el diseño en relieve y luego registrar los mercados de
metal de Bombay y Calcuta en busca de rollos de lámina metálica. Habiendo, al
final, asegurado una vieja pieza, el artista fue forzado a inventar un
enteramente novedoso proceso para grabar en ella y para ejecutar el trabajo por
sí mismo. Mencionamos estos hechos con la esperanza de que nuestros hermanos
jóvenes desempleados indios puedan recordar el viejo adagio: “Donde hay
voluntad, existe la manera”, y apliquen la lección a su propio caso. Y ahora,
amigos y enemigos, todos — ¡Namastae!
[i] N de
T.: Acompañado con un saludo de manos juntas, como en actitud de oración,
“¡Namastae!” significa: “¡Saludo al dios en ti!”.
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