sábado, 31 de mayo de 2014

Namastae!



¡NAMASTAE! ([i])

La fundación de este periódico se debe a causas que, habiendo sido enumeradas en el Prospecto, necesitan sólo ser ojeadas en su correlación. Estas causas son: La rápida expansión de la Sociedad Teosófica desde América hacia varios países europeos y asiáticos; la creciente dificultad y costo de mantener correspondencia por carta con miembros tan ampliamente diseminados; la necesidad de un órgano por medio del cual los escolares nativos del Este puedan comunicar su aprendizaje al mundo occidental, y, especialmente, a través del cual la sublimidad de las religiones Aria, Buddhista, Parsi y otras pueda ser expuesta por sus propios sacerdotes o sabios, los únicos intérpretes cualificados; y finalmente, a la necesidad de un contenedor para los hechos — en especial los relacionados con Ocultismo— recopilados por los Miembros de la Sociedad de entre las distintas naciones. En otro sitio hemos explicado con claridad la naturaleza de la Teosofía y la plataforma de la Sociedad; sólo nos resta decir unas palabras respecto a la política de nuestro periódico.
Ha sido expuesto que los miembros individuales de nuestra Sociedad tienen sus propias y privadas opiniones sobre asuntos tanto de naturaleza religiosa como de cualquier otra índole. Ellos son protegidos en el disfrute y expresión de las mismas; y, como individuos, tienen equitativo derecho a manifestarlas en el TEÓSOFO, amparadas bajo sus propias firmas. Unos de nosotros preferimos ser conocidos como ario samajistas, otros como buddhistas, algunos más como idolatores, y otros como algo más. Lo que cada quién es, se revelará en sus colaboraciones firmadas. Pero ni a arios y buddhistas, ni a otros representantes de una religión en particular, ya sean editores o colaboradores, puede permitírseles, bajo las reglas de la Sociedad, usar estas columnas editoriales exclusivamente en el interés de la misma, o comprometer, sin reservas, el periódico a su propaganda. Está estipulado que una estricta imparcialidad debe ser observada en las opiniones editoriales, siendo que el periódico representa el todo de la Sociedad Teosófica, o Hermandad Universal, y no una sección en particular. Puesto que en ningún sentido la Sociedad es una iglesia o una secta, nuestra intención es dar la misma cordial bienvenida a colaboraciones de una clase de religionistas como a aquellas de otra, insistiendo, sólo, en que la cortesía de lenguaje hacia los oponentes debe privar. Y la política de la Sociedad es también la total promesa y garantía de que no habrá supresión, de hecho o por modificación, en los escritos, para servir a fines de cualquier iglesia establecida o detractora de ningún país.
Los artículos y correspondencia acerca de cualquiera de los tópicos incluidos en el plan de la Teosofía, son bienvenidos; y aunque, claro, preferimos que sean en inglés, aun si son enviados en hindi, marathi, bengalí o gujrati; o en francés, italiano, español o ruso, serán cuidadosamente traducidos y editados para su publicación. Donde se haga necesaria la impresión de nombres y palabras en hebreo, griego y otros caracteres (excepto sánscrito y las lenguas vernáculas indias) diferentes del tipo romano, los autores amablemente escribirán también sus equivalentes fonéticos en inglés, dado que los recursos de nuestra oficina de impresión no parecen ser extraordinarios en este aspecto. Los manuscritos deben ser legibles, escritos a una sola cara, y los autores deben siempre guardar copias en sus hogares, ya que no asumiremos responsabilidad alguna por la pérdida de los mismos, como tampoco nos obligamos a devolver los artículos rechazados. No serán aceptadas declaraciones de hecho de partes desconocidas sin la debida autenticación.
Se desea que nuestra revista especializada sea leída con el mismo interés tanto por aquellos que no son filósofos profundos como por quienes lo son. Algunos se regocijarán al seguir a los sabios o panditas por los laberintos de los pormenores  metafísicos y de la traducción de manuscritos antiguos, y otros, al ser instruidos por medio de leyendas y cuentos de significados místicos. Nuestras páginas serán como las muchas viandas en un festín en el que cada apetito puede ser satisfecho y ninguno es dejado ir con hambre. Los quereres prácticos de la vida son para muchos lectores más urgentes que los espirituales, y sin el propósito de descuidarlos, nuestras páginas simplemente los mostrarán.
Una palabra más en el umbral antes de decir a nuestros huéspedes que entren. El primer número del TEÓSOFO fue puesto en circulación bajo dificultades mecánicas que no se hubieran encontrado en Nueva York o en Londres, y de las cuales esperamos escapar en futuros números. Por ejemplo: tratamos primero de obtener el excelente diseño del Sr. Edgard Wimbridge para la portada, grabado en madera, pero no fue posible conseguir madera del tamaño adecuando para componer el bloque, ni grapa para sujetarlo; tampoco había un grabador competente que le hiciera justicia al material. En litografía tampoco tuvimos mejor éxito; no había un operario de prensa en quien pudiera confiarse para imprimir trabajo artístico a color, y el propietario de una de las mejores oficinas de empleo en la India nos aconsejó enviar la orden a Londres. Como último recurso, determinamos imprimir el diseño en relieve y luego registrar los mercados de metal de Bombay y Calcuta en busca de rollos de lámina metálica. Habiendo, al final, asegurado una vieja pieza, el artista fue forzado a inventar un enteramente novedoso proceso para grabar en ella y para ejecutar el trabajo por sí mismo. Mencionamos estos hechos con la esperanza de que nuestros hermanos jóvenes desempleados indios puedan recordar el viejo adagio: “Donde hay voluntad, existe la manera”, y apliquen la lección a su propio caso. Y ahora, amigos y enemigos, todos — ¡Namastae!


[i] N de T.: Acompañado con un saludo de manos juntas, como en actitud de oración, “¡Namastae!” significa: “¡Saludo al dios en ti!”.

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