martes, 5 de enero de 2016

LAS CARTAS DE LOS MAHATMAS. CARTA N°. 42

LAS CARTAS DE LOS MAHATMAS.
CARTA N°. 42
Carta del Mahatma Morya a A. P. Sinnett.
(Esta carta no lleva firma, pero está escrita con la caligrafía de M. —Ed.)

CARTA Nº 42

Recibida hacia febrero de 1882.
De nuevo, le digo aquello que a usted no le gusta que diga, es decir, que ninguna instrucción regular, ninguna comunicación regular es posible entre nosotros antes de que nuestro mutuo camino esté libre de sus muchos obstáculos, siendo el mayor de todos la idea equivocada que el público tiene de los Fundadores. Usted no puede ser culpado por su impaciencia, ni lo será.
Pero si dejara de hacer un uso provechoso de sus privilegios recién adquiridos, amigo, desde luego, no sería merecedor de ellos. Tres o cuatro semanas más —y yo me retiraré para dejarles a todos ustedes con aquel a quien le pertenece el sitio y cuyo lugar he ocupado más bien inapropiadamente, porque no soy ni un amanuense ni un erudito occidental. Otra cuestión es si el Chohan los encontrará, a usted y al señor Hume, más cualificados que antesde haber recibido nuestras enseñanzas.
Pero usted debería prepararse para ello. Porque queda todavía mucho por resolver. Hasta ahora, usted sólo se percataba únicamente de la luz del amanecer de un nuevo día; si lo intenta, con la ayuda de K.H., puede ver el sol del mediodía cuando alcanza su meridiano. Pero tiene que esforzarse para ello; tiene que esforzarse para que la luz se difunda en otras mentes a través de la de usted. ¿Cómo? se preguntará. Hasta el presente, de ustedes dos, el señor H. ha estado absolutamente en contra de seguir nuestro consejo; usted —resistiéndose con pasividad, lo ha estado en algunas ocasiones, a menudo condescendiendo en contra de lo que usted consideraba su mejor criterio— esa es mi respuesta. Los resultados fueron —los que podían esperarse. Ningún bien, o muy poco, se consiguió con esa clase de defensa intermitente —la solitaria defensa de un amigo, un miembro de la Sociedad predispuesto, presumiblemente, en favor de aquellos de los que se había proclamado campeón. El señor Hume nunca atendió la sugerencia de K.H. sobre una conferencia en su casa durante la cual podría muy bien haber sacado de su error a las mentes del público, al menos de una parte del prejuicio, sino de todo. Usted pensó que no hacía falta publicar y dar a conocer entre los lectores quien era ella. ¿Cree usted que hay posibilidades de que Primrose y Rattigan divulguen la información y proclamen lo que ellos conocen de la situación? Y así sucesivamente. Insinuaciones es todo lo que se necesita para una inteligencia como la de usted. Le digo esto porque sé cuan profundo y sincero es su afecto hacia K.H. Yo sé cómo se sentirá usted de mal si, cuando él esté de nuevo entre nosotros, descubre usted que la relación entre ustedes no ha mejorado. Y esto, con seguridad, es lo que sucederá cuando el Chohan vea que no hubo progreso, puesto que él hizo que le ayudara. Vea el efecto que ha producido Fragments —el más excelente de todos los artículos; pero cuan poco efecto tendrá, a menos que la oposición se sienta incitada, surja la discusión, y los espiritistas se vean obligados a defender sus insensatas pretensiones. Lea el editorial del Spiritualist del 18 de noviembre, titulado Speculation-Spinning; ella no puede contestarlo tal como él o usted podrían hacerlo, y el resultado será que las más preciosas sugerencias fracasarán para alcanzar las mentes de aquellos que ansían la verdad, pues una perla solitaria pronto queda eclipsada en medio de un montón de diamantes falsos, cuando no hay un gemólogo que llame la atención sobre su valor. Y así, otra vez más. ¡Qué podemos hacer nosotros!, ya oigo exclamar a K.H.
Así es, amigo. La senda a través de la vida en la tierra atraviesa muchos conflictos y pruebas, pero el que no hace nada para vencerlos no puede esperar triunfo alguno. Dejemos, pues, que la anticipación de una introducción más completa a nuestros misterios, bajo circunstancias más adecuadas, cuya creación depende enteramente de usted mismo, le inspire paciencia para esperar, perseverancia para seguir adelante y plena preparación para recibir la suprema consumación de todos sus deseos. Y para todo esto, tiene que tener presente que, cuando K.H. le diga: "Suba aquí" —usted deberá estar preparado. De no ser así, la mano todopoderosa de nuestro Chohan se interpondrá, una vez más, entre usted y El.

Devuelva a H.P.B., la V.D., los dos retratos que se le enviaron desde Odessa cuando termine con ellos. Escriba algunas líneas a Odessa, a la vieja Generala —porque yo sé que ella desea ansiosamente SM autógrafo. Recuérdele que los dos pertenecen a una misma Sociedad y son —Hermanos, y prometa ayudar a su sobrina.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario