LAS CARTAS DE LOS
MAHATMAS.
CARTA N°. 47
Carta del Mahatma
Morya a A. P. Sinnett.
CARTA Nº 47
Recibida en
Allahabad, el 3 de marzo de 1882.
Respuesta a mi
reproche por el trato de Europa. (A través de Damodar)
Bien, diga que soy
un ignorante de sus costumbres inglesas, y yo diré que ustedes lo son de nuestras
costumbres tibetanas, y partiremos la diferencia y estrecharemos nuestras manos
astrales sobre Barnaway, y pondremos fin a la discusión.
¿La vieja dama? Por
supuesto, estará desesperada —pero, ¿a quién le importa? Sin embargo, no se le
ha dicho nada de todo eso. Es inútil hacerla más desgraciada de lo que ya es.
Cook es una bomba de inmundicias, cuyos émbolos trabajan continuamente, y
cuanto antes los atornille —mejor para él. La última carta que usted me ha
escrito es menos una "petición" que una protesta, mi respetado Sahib.
Su voz es la voz de guerra sankh de mis antepasados Rajput, más bien que la voz
arrulladora de un amigo. Y me agrada más así, se lo aseguro. Tiene el genuino
sonido de la franqueza sincera. Hablemos, pues —porque por aguda que pueda ser
su voz— su corazón es cálido, y usted termina diciendo:
"Independientemente
de que usted decida que se haga o no lo que a mí me parece justo", usted
es siempre nuestro, devotamente, etc. Europa es un lugar muy grande, pero el
mundo es aún más grande. El Sol de la Teosofía
debe brillar para todos, no para una parte. Sin embargo, hay más en este
movimiento de lo que usted haya sospechado hasta ahora, y la obra de la Sociedad Teosófica está
vinculada con trabajos similares que se están llevando a cabo calladamente en
todas las partes del mundo. Incluso existe un departamento en la
Sociedad Teosófica dirigido por un Hermano griego, acerca del cual nadie de la
Sociedad tiene la menor sospecha, excepto la Vieja Dama y Olcott; e incluso él,
sólo sabe que este departamento está progresando, y de vez en cuando ejecuta
una orden que yo le envío relacionada con el mismo. El ciclo del que le hablo
está relacionado con todo el movimiento.
No hay que temer que
Europa sea dejada de lado nunca; pero tal vez usted ni siquiera pueda adivinar
cómo se difundirá allí la luz. Pida a su seráfico K.H. que le permita obtener
detalles de esto. Usted habla de Massey y Crookes: ¿no recuerda que a Massey se
le ofreció, hace cuatro años, la oportunidad de dirigir el movimiento en
Inglaterra —y rehusó? En su lugar se puso
a Wyld —ese viejo y repulsivo impostor del Sinaí judío— quien, con su vehemente
cristianismo y su fanática estupidez, nos excluyó por completo del movimiento. Nuestro
Chohán nos prohibió totalmente tomar parte en él. Massey no tiene que dar las
gracias más que a sí mismo por ello, y puede usted decírselo así. A estas
alturas usted ya debiera haber aprendido nuestra manera de actuar. Nosotros aconsejamos —y nunca ordenamos.
Pero influimos en los individuos. Si
lo desea, escudriñe en la literatura espiritista hasta el año 1877. (Cuando
se publicó Isís Sin Velo.—Eds.) Busque y descubra en esta obra —si puede— una sola
palabra sobre filosofía oculta, o sobre esoterismo, o algo de ese elemento,
ahora tan ampliamente difundido en el movimiento espiritista. Pregunte y
averigüe si la misma palabra "ocultismo" era tan completamente
desconocida en América, puesto que descubrimos que en sus conferencias Cora, la
de los siete maridos, la mujer de Tappan, inspirada médium parlante, dice que
la palabra "ocultismo" era una palabra recién inventada por los
teósofos —que acababan de aparecer— y que nadie había oído hablar nunca de
espíritus Elementarios ni de luz "astral", excepto los magnates del
petróleo y otros por el estilo, etc. etc. Bien, cerciórese de esto y compare.
Este fue el primer grito de guerra, y la batalla siguió ferozmente acalorada y violenta
hasta el mismo día de la partida para la India. Mencionar y señalar a Edison, a
Crookes y a Massey —parecería tanto como vanagloriarse de lo que nunca puede
ser comprobado. Y, ¿acaso Crookes —no ha acercado la ciencia a lo que nosotros
decimos, con su descubrimiento de la "materia radiante"? ¿Qué fue,
sino la investigación oculta, lo que primero le condujo hasta esto? Usted
conoce a K.H. y me conoce a mí —fcwss. (¡Es suficiente!
N.T.)
¿Sabe
usted algo de toda la Fraternidad y de sus ramificaciones? A la "Vieja
Dama" se la acusa de falsedad y de
inexactitud en sus explicaciones. "No hagan preguntas y no se les
contestarán mentiras". A ella le está prohibido decir lo que sabe. Usted
puede cortarla en pedazos y no hablará. Más aún: se le ordena, en caso de
necesidad que despiste a la gente; y si ella fuera embustera por naturaleza, en
este momento podría ser más feliz, y podría haber triunfado en su época desde
hace mucho tiempo. Pero ahí es, precisamente, donde aprieta el zapato, Sahib.
Ella es demasiado
sincera, demasiado franca, demasiado incapaz de disimulo, y ahora se la crucifica
diariamente por ello. Trate de no impacientarse, respetable señor. El mundo no se hizo en un día, ni la cola
del yak se desarrolló en un año. Que la evolución siga su curso de un modo
natural —no sea que la desviemos y produzcamos monstruos presumiendo que la
guiamos. Massey habla de venir a la India — ¿es cierto? ¿Y si después de
venir aquí y de hacer lo que es debido, empleando el tiempo necesario para un
adiestramiento disciplinario, se le enviase de regreso con un mensaje? ¿Y si
Crookes, Edison y otros, tienen otras cosas que descubrir?
Así pues, digo:
"ESPERE".
¿Quién sabe cuál
puede ser la situación en noviembre? Usted podrá pensar que esto es para justificar
el que llevemos a cabo nuestra "amenaza" de "cerrar la
puerta"; mientras que a nosotros podría
parecemos muy diferente. Hagamos todos lo mejor que podamos. Existen ciclos de 7, 11, 21, 77, 107, 700,
11.000, 21.000, etc.; tantos ciclos formarán uno mayor, y así sucesivamente.
Espere su oportunidad: el libro de registro está bien guardado. Sólo que, tenga
mucho cuidado: los Dugpas y los Gelukpas no están luchando sólo en el Tibet.
¡Observe su odiosa labor en Inglaterra, entre los "ocultistas y videntes"'.
Escuche a su conocido Wallace predicando como un verdadero "Hierofante"
de la "mano izquierda", el casamiento del "alma con el
espíritu", y trastornando la verdadera definición, tratando de demostrar
que todo Hierofante practicante debe estar, al menos espiritualmente, casado
—si por alguna razón no puede estarlo físicamente— pues de lo contrario,
¡existe un gran peligro de adulteración de Dios y del Diablo! Le digo que los Shammars
ya están allí, y su perniciosa obra se interpone en todas partes en nuestro
camino.
No considere esto
como una metáfora, sino como un hecho real, que puede serle demostrado algún
día.
Es completamente
inútil seguir hablando de las excentricidades de Olcott y la inferioridad de América
sobre Inglaterra. Todo lo que es real según su punto de vista, lo aceptamos y
ya lo sabíamos desde hace tiempo; pero usted no sabe cuánto de eso es simple
prejuicio superficial que se expresa en sus ojos igual que la imagen de una
débil cerilla se refleja en las aguas profundas. Tenga cuidado; no sea que
algún día hagamos caso de usted y de su pensamiento y le pongamos en lugar de Olcott,
después de traerlo a él hasta nosotros, como viene ansiando desde hace varios
años. El martirio es agradable para
contemplarlo y criticarlo, pero es más duro de soportar. Nunca hubo una mujer más injustamente denigrada que H.P.B. Vea las insultantes
y difamatorias cartas que le enviaron desde Inglaterra para publicarlas contra
ella, contra nosotros y contra la Sociedad. Puede que usted las encuentre
tal vez indignas. Pero las "Respuestas a los Corresponsales" en el
Suplemento están escritas por mí mismo. Así pues, no la culpe a ella. Siento
curiosidad por conocer su franca opinión sobre ellas. Posiblemente usted pueda
pensar que ella podría haberlo hecho mejor.
M.
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