domingo, 21 de septiembre de 2014

LOS CUERPOS ASTRALES o DOPPELGANGERS (2ra. Parte)

LOS CUERPOS ASTRALES o
DOPPELGANGERS
(2ra. Parte)


PREG. Esto se aplica a la forma más simple de la aparición del doble. Pero ¿qué pasa en los casos en que el doble hace lo contrario de los sentimientos y deseos del hombre?

RESP. Esto es imposible. El doble no puede aparecer a menos que el motivo de su aparición haya impactado la mente de la persona (a quien pertenece el doble), esté esta persona recién muerta, o viva, con buena o mala salud.

Si se detiene el pensamiento un segundo –espacio de tiempo suficientemente largo para darle forma– antes de pasar a otras imágenes mentales, este único segundo es suficiente para concretar su personalidad en las ondas astrales, como lo es para un rostro impresionarse por sí mismo sobre la placa sensible de una cámara fotográfica. Nada impide que su forma sea entonces apresada por fuerzas circundantes –como una hoja seca caída de un árbol es cogida y llevada lejos por el viento– para caricaturizar y distorsionar su pensamiento.

PREG. – ¿Y si el doble expresa con palabras concretas un pensamiento desagradable para la persona, y lo expresa por ejemplo a un amigo que vive lejos, quizás en otro continente? He conocido casos de este tipo.

RESP. Eso sucede entonces porque la imagen creada es cogida y usada por un “cascarón”. (También llamado “elementario” o “espectro”. Son los cadáveres astrales de los muertos, que tarde o temprano se descompondrán en sus elementos constituyentes. En condiciones normales no tienen conciencia propia; pero pueden recibir vitalidad del médium, o ser utilizados a modo de máscaras por algún espíritu elemental de la Naturaleza. Ver El Glosario Teosófico.)

Es justamente lo que sucede en las sesiones espiritistas cuando “imágenes” del muerto –que pueden estar ligadas inconscientemente en la memoria o incluso en las auras de las personas presentes– son captadas y materializadas por los elementales o sombras elementarias, siendo estas imágenes visibles para los presentes e incluso obligadas a actuar bajo el mandato de una voluntad más fuerte, en este caso la de las muchas y diferentes personas reunidas en el salón. En el caso que usted cita debe existir además un vínculo de unión, (un “cable telegráfico”) entre las dos personas, un punto de simpatía psíquica, y sobre éste viajará el pensamiento instantáneamente.
Naturalmente en cualquier caso debe haber una buena razón para que ese pensamiento en particular tome aquella dirección; debe estar relacionado de alguna manera con la otra persona, pues de otro modo tales apariciones serían hechos comunes y cotidianos.

PREG. Esto parece muy simple ¿Por qué sucede entonces sólo con personas excepcionales?

RESP. Porque el poder plástico de la imaginación es mucho más fuerte en unas personas que en otras.
La mente es dual en su potencialidad: es física y metafísica.
La parte superior de la mente está asociada con el alma espiritual o Buddhi; la inferior, con el alma animal, el principio Kâma.

Hay personas que no piensan nunca con las facultades superiores de su mente; aquellos que si lo hacen son minoría, y están por tanto de alguna manera más allá –si no por encima– del común de la Humanidad. Incluso sobre cuestiones comunes ellos pensarán en aquel plano más alto. La idiosincrasia de una persona determina en qué “principio” de la mente se estaba desarrollando el pensamiento, así como las facultades de una vida anterior y algunas veces las herencias físicas.

Por eso es tan difícil para un materialista –cuya porción metafísica de la mente está casi atrofiada– elevarse por sí mismo; o para alguien que tiene por naturaleza inclinaciones espirituales, descender al nivel concreto del pensamiento vulgar.
El optimismo y el pesimismo dependen en gran medida de ello.

PREG. Pero, ¿puede desarrollarse el hábito de pensar con la Mente superior? Pues si no, no habría esperanza para personas que desean cambiar sus vidas y evolucionar.

RESP. Ciertamente puede ser desarrollado; pero sólo con gran dificultad, con una firme determinación y a través de mucho sacrificio.
Sin embargo, es relativamente fácil para los que han nacido con ese don.

¿Por qué hay personas que ven poesía en una col o en un cerdo con sus crías, mientras que otros, que sólo perciben los aspectos más bajos  y materiales de las cosas más elevadas, se reirán de la música de las esferas y ridiculizarán las más sublimes concepciones y filosofías?

La diferencia radica simplemente en el poder innato de la mente de pensar en un plano superior o inferior, con el astral (en el sentido en que usa esa palabra Saint Martin) (Luis Claudio de Saint Martin (1743–1803). Ver en Glosario Teosófico, la palabra “Martinistas”.) o con la mente física.

El tener una gran capacidad intelectual frecuentemente no beneficia, sino más bien es  impedimento hacia lo espiritual y su recta comprensión. Ved si no a los grandes hombres de ciencia. Debemos más bien apiadarnos de ellos que culparlos.

PREG. – ¿Pero cómo es que la persona que piensa en el plano superior produce imágenes y formas objetivas más perfectas y poderosas en su pensamiento?

RESP. No sólo esa “persona”, sino todas aquellas que son generalmente sensibles. La persona dotada de esta facultad de pensar, –por virtud de ese don que posee– tiene un poder plástico formativo desde ese plano superior del pensamiento, por decirlo de alguna manera, en su misma imaginación, incluso sobre los asuntos más insignificantes.

Sea cual sea el tema de su pensamiento, éste será sumamente más intenso que el de una persona normal y, por esta misma intensidad, obtendrá el poder de crear.

La ciencia ha establecido el hecho de que el pensamiento es una energía. Esta energía perturba con su acción los átomos de la atmósfera astral que existen alrededor de nosotros. Ya lo dije antes: los rayos del pensamiento tienen la misma potencia para producir formas en la atmósfera astral que los rayos del Sol con respecto a una lente.

Así, cada pensamiento producido con la energía del cerebro crea, queriendo o sin querer, una forma.

PREG. – ¿Es esta forma absolutamente inconsciente?

RESP.
Totalmente inconsciente, a menos que sea creada por un Adepto que tenga el propósito preconcebido de darle conciencia, o mejor dicho, de enviar junto a ella lo suficiente de su propia voluntad e inteligencia como para hacer que parezca conciente. Esto debería hacernos más prudentes con respecto a nuestros pensamientos.

Pero la gran diferencia que existe, en esta materia, entre el Adepto y el hombre común está en la mente. El Adepto puede usar a voluntad su Mâyâvi–rûpa, pero el hombre normal no, salvo en casos muy raros.

Se le llama Mâyâvi–rûpa porque es una forma ilusoria creada para usarse en un caso determinado, y tiene en sí lo bastante de la mente del Adepto como para conseguir el propósito para el que fue fabricado. El hombre común solamente crea una imagen de pensamiento cuyas propiedades y poderes son al mismo tiempo totalmente desconocidos para él.


PREG. ¿Puede decirse entonces que la forma de un Adepto que aparece a distancia de su cuerpo, como por ejemplo Ram Lal en Mr. Isaacs, es simplemente una imagen?

RESP. Exactamente. Es un pensamiento ambulante.

PREG. Y en tal caso, un Adepto puede aparecerse en varios sitios casi simultáneamente.

RESP. Puede hacerlo. Justo como Apolonio de Tyana, que fue visto simultáneamente en dos lugares a la vez mientras su cuerpo estaba en Roma. Pero debe entenderse que ni siquiera el astral del Adepto está completamente presente en cada aparición.

PREG. – ¿Es entonces muy necesario que las personas que posean imaginación y poderes psíquicos en algún grado controlen sus pensamientos?

RESP. Ciertamente, pues cada pensamiento tiene una forma que adopta la apariencia del hombre ocupado en la acción que pensó. Si fuese de otra manera, ¿cómo podrían ver los clarividentes en el aura de una persona el pasado y el futuro de ésta? Lo que ellos ven es un panorama pasajero de la persona, que aparece representada por sus propios pensamientos realizando las acciones que pensó.

Usted me preguntaba si somos castigados a causa de nuestros pensamientos.
No por todos, ya que algunos abortaron; pero sí a causa de aquellos otros que llamamos pensamientos “mudos” y que sin embargo están en potencia. Tomemos un caso extremo: por ejemplo, una persona tan perversa que desea la muerte de otra, a menos que quien desee ese mal sea un dugpa, un alto adepto de Magia Negra, en cuyo caso se demora el karma, entonces, tal deseo sólo vuelve para producir frutos amargos.

PREG. Pero suponiendo que el que desea el mal tenga una voluntad muy fuerte, sin ser un dugpa, ¿puede conseguir la muerte de otra persona?

RESP. Sólo si esa persona maliciosa tiene el “mal de ojo”, lo cual significa simplemente poseer un enorme poder plástico de la imaginación trabajando involuntariamente, y que es empleado de manera inconsciente para malos fines.

Pero, ¿qué es el poder del mal de ojo?
Simplemente un gran poder plástico del pensamiento, pero tan grande como para producir una corriente impregnada con todo tipo de desgracias y accidentes en potencia, que se inyecta o se prende por sí misma a cualquier persona que entra dentro de él.
Un jettatore –alguien que posee el mal de ojo– no necesita siquiera ser imaginativo ni tener malas intenciones o deseos. Puede ser simplemente una persona que sea aficionada a presenciar o leer sobre escenas de violencia, tales como asesinatos, ejecuciones, accidentes, etc.; puede que ni siquiera esté pensando en ninguna de estas cosas en el momento en que su ojo encuentra a su futura víctima. Pero las corrientes han sido producidas y existen en su rayo visual, listas a entrar en acción en el instante en que encuentren terreno adecuado para ello, como una semilla caída a la vera de un camino, dispuesta para brotar en la primera ocasión.

PREG. Pero, ¿y los pensamientos que usted llama “mudos”? ¿Producen malos resultados en nosotros tales deseos o pensamientos?

RESP. , de la misma manera que una pelota que no logra penetrar en un objeto rebota contra el que la lanzó. Esto les sucede inclusive a algunos dugpas o hechiceros que no son suficientemente fuertes o no siguen las normas –pues también ellos tienen reglas a las que se han de someter–; pero no les ocurre a los verdaderos “magos negros”, ya completamente desarrollados, pues estos tienen el poder de conseguir lo que desean.

PREG. Ya que usted habla de normas, quisiera terminar esta charla preguntándole lo que quiere saber todo aquel que tiene algún interés por el Ocultismo.
¿Qué indicación principal e importante les daría a quienes teniendo estos poderes quieren controlarlos correctamente, para de verdad entrar en el Ocultismo?

RESP. El primer y más importante paso que se da en Ocultismo es aprender a adaptar los propios pensamientos e ideas a la potencia creadora de uno mismo.

PREG. ¿Por qué es esto tan importante?

RESP. Porque de otra manera está usted creando cosas que pueden generar mal karma.
Nadie debería practicar el Ocultismo, ni siquiera superficialmente, antes de conocer a la perfección sus propios poderes y saber cómo aplicarlos en sus acciones. Y esto se puede lograr sólo mediante un estudio profundo de la filosofía del Ocultismo antes de entrar en la preparación práctica. De otra forma, con toda seguridad… caerá en la Magia Negra.



(tomado del libro: Estudios Ocultistas)

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