jueves, 24 de diciembre de 2015

EL ANTAKARANA


El Antakarana es el Puente de Luz,
que conduce al Hombre al Sendero,
hacia la Eterna Presencia de Lo Infinito.
(Anónimo)

Probablemente, el más importante trabajo de realización interna que cualquier persona puede realizar libre, voluntaria y conscientemente, es el de lograr la construcción del puente de luz o de continuidad de conciencia que une su parte humana, con su parte divina. Por las implicaciones tanto individuales como grupales que tiene este tipo de entrenamiento integral, las verdaderas escuelas de misterios, desde la más remota antigüedad han puesto siempre especial énfasis en éste tipo de enseñanza y de entrenamiento. Desde finales del siglo diecinueve aparece en occidente la definición de Antakarana, palabra sánscrita, que si bien tiene diferentes interpretaciones según las diferentes escuelas filosóficas, la más divulgada, es la que hace referencia al Sendero o Puente que une a Manas Superior (mente espiritual y abstracta) con Manas Inferior (mente lógica y analítica).
Es decir, la unión de la parte divina y trascendente del ser humano, con su parte objetiva y personal.
Esta unión, sirve de medio de comunicación entre ambos aspectos, haciendo posible la transmisión de cualquier tipo de impresión, ya sea una emoción, deseo o pensamiento, para que puedan ser asimilados o retenidos por la entidad atemporal e imperecedera, del Ego o Yo Superior.

La Sabiduría Antigua, dice sobre el Antakarana, que es como … Un hilo de luz dorada que une el Alma a la Personalidad, la Mente Superior a la Mente Inferior, estableciendo esa continuidad de conciencia, que establece de forma consciente el Alma con la Mente y el Cerebro del Hombre”.

El estudio, la práctica y la realización consciente del Antakarana, es por tanto, el más importante y sugestivo intento que puede realizar el hombre por acelerar de forma consciente su evolución y expansión de su conciencia, aminorando así el tiempo, que en condiciones normales y de acuerdo a la Ley de la Evolución, tardaría largas edades en conseguir.

La realización del Antakarana marca un hecho crucial en la vida, en la conciencia y en la personalidad del buscador o aspirante al Sendero. El logro paulatino de la conexión interna entre sus dos naturalezas, la divina y la humana, hace que se establezca de forma consciente el contacto entre el mundo físico de los efectos de la vida cotidiana, con el mundo de las causas que los producen. Cuando el hombre, en alguna fase de su existencia, logra esta vinculación de lo personal con lo trascendente, llega a vivir, sentir y hacerse uno con toda la Vida Planetaria. A través de esta Unicidad, llega a comprender y a saber por propia experiencia el verdadero significado de lo que es en realidad la Fraternidad Universal.

Desde los orígenes de la humanidad, el hombre, ha estado construyendo el Antakarana de forma inconsciente a través de las múltiples experiencias en el plano físico, sobre todo a través de los errores, sacrificios y renunciaciones en los que se ha visto inmerso, al tener que doblegar y encauzar correctamente las emociones, deseos y sentidos físicos. Sin darse cuenta ha ido creando y construyendo, paulatinamente, el Sutratma o Puente Interno de Iridiscente Luz, que ha hecho posible el contacto con su propia Alma, con el Alma Universal y con el Alma de todos los Seres.
Cuando el hombre ha alcanzado un cierto grado de integración espiritual, cuando llega a descubrir que es un Espíritu Inmortal, reconoce entonces que sólo por medio de la meditación, puede acelerar el proceso de construcción del Antakarana y por lo tanto de la unión con su Alma.

En el proceso meditativo modela y construye ese Puente de luz, que como el cordón umbilical de un recién nacido, enlaza la Tríada Inferior (mente concreta, cuerpo astral y cuerpo físico-etérico), con la Tríada Superior (atma, buddhi, y manas -mente abstracta-), haciendo posible que el hombre despierte así a la Realidad Espiritual.

Dice uno de los Maestros refiriéndose a la meditación, que… A través del Raja-Yoga, la Mente es conocida como instrumento del Alma y el medio por el cual el cerebro del Aspirante se ilumina, adquiriendo así el Conocimiento de todo aquello que concierne al Reino del Espíritu.”

A través de la meditación, de la abstracción, de la purificación de su mecanismo kama-manásico (pensamientos-emociones-deseos) y también de la práctica de la impersonalidad, de la plena confianza que deposita en sí mismo y del total convencimiento de que los pasos que está dando son los correctos, el Aspirante al Sendero, después de un arduo y duro entrenamiento que puede durar varias existencias, logra su objetivo.

Partiendo de la premisa de que
el Control de Sí Mismo,
la práctica de la Impersonalidad y
el Servicio Altruista,
son elementos imprescindibles y previos para este acercamiento consciente de la personalidad hacia el Yo Superior, la meditación se convierte en la herramienta y elemento clave para la rápida ejecución de éste feliz y trascendente encuentro de lo humano con lo divino. El hecho de este reconocimiento interno en la vida de cualquier ser, marca de forma positiva y tangible su presente y futura proyección evolutiva.

De los resultados que se derivan de la construcción del Antakarana en la conciencia del ser humano, se pueden extraer algunas consideraciones importantes si las contemplamos bajo una doble perspectiva, la personal y la grupal.

Dentro del aspecto personal o individual, el alineamiento y contacto del Alma con la personalidad (en los inicios evolutivos de la conciencia), son poco frecuentes, esporádicos e imprecisos, difícilmente reconocidos por el hombre en el estado de vigilia que solamente es capaz de registrar y de responder a las lentas y grotescas vibraciones de los sentidos físicos. Los escasos contactos con su Alma solamente son detectados por la personalidad en los momentos de intensa aspiración, de recogimiento interno y también durante las diversas fases de crisis que tienen lugar en su vida.

El Alma, a través de estos esporádicos contactos crea, lenta y eficazmente, la conexión de una tenue luz, que en forma de sutilísimo y transparente hilo, ilumina y trasmite su presencia cada vez con mayor intensidad y frecuencia a la personalidad, comenzando a tener acceso a esos estados o niveles de conciencia donde reside y surge el Conocimiento y la Sabiduría, capacitándole para cumplir cada vez con mayor precisión y eficacia su Trabajo de Servicio Universal.

Es precisamente,  por la práctica del servicio hacia todos los seres y de la meditación, como éste Camino de Luz se va ensanchando y expandiendo cada vez más, alcanzando a iluminar cada vez más intensamente a la personalidad, logrando en determinado momento, hacerse tan amplio y abarcante este puente de luz, que el aura magnética que proyectan todos sus vehículos, se convierten en el vivo reflejo y expresión del Alma, hasta tal punto, que llegan a formar una sólida y activa Realidad Causal.

El Alma llega a vivir, a respirar y a expresarse plenamente a través de todos los átomos, moléculas y células de cada uno de los vehículos de la triple personalidad.
La alineación Alma, mente y cerebro funcionan al unísono, como una sola unidad de conciencia.
El ser humano, en esta etapa final de su existencia, llega a convertirse en un Maestro de Perfección, de Compasión y de Sabiduría.

La paulatina concreción del Antakarana, desencadena la purificación de los vehículos de expresión de la personalidad, así como la manifestación de las cualidades y potencialidades del Alma, que cada vez con más frecuencia se van a manifestar de forma tangible en el aspirante. De esta forma, los elementos energéticos negativos que se hayan presentes en los vehículos periódicos se desprenden, siendo atraídos y sustituidos por otros elementos energéticos más sutiles y altamente vibrantes.

Este proceso de trasvase e intercambio energético es posible, por la invocación que en forma de potente aspiración espiritual efectúa el aspirante hacia su Alma, dando lugar a que, a su vez, ésta, responda a la personalidad en forma de arquetipos, cualidades y energías, utilizando el Antakarana como medio de comunicación y de interrelación.

Este proceso de purificación y de unificación integral, da origen a un alineamiento y sincronismo energético de los Vehículos Inferiores (físico-etérico, astral y mental), con el Yo Superior, generándose en todos ellos una transmutación alquímica global. En este proceso mágico de transformación, se sustituyen las imperfecciones que pudieran existir en forma de vicios, hábitos y deficiencias propias de la personalidad, por las virtudes y potencialidades innatas del Alma. Este hecho, da lugar, a la restitución de lo Superior en lo Inferior y a la expansión del Aura Causal del Ego. Como resultado de todo este proceso interno, los vehículos, adquieren un especial grado de sensibilidad y de percepción, siendo capaces de sentir y de responder a cualquier tipo de energía en el medio donde evoluciona y se relaciona, en especial con los seres a los que está kármicamente unido.

La unión cada vez más intensa y consciente del hombre con su Yo Superior, hace que Buddhi, transmita vía el cerebro a la personalidad, el Amor, la Intuición y la Sabiduría, con una amplia perspectiva sobre la Realidad Trascendente de los planos más sutiles de la realidad.

El Antakarana hace también posible obtener un mayor grado de consciencia sobre estos mundos sutiles e invisibles, donde se generan y distribuyen esas leyes universales que son la voluntad y expresión del Plan Evolutivo del Logos hacia los planos inferiores.
Es, en estos niveles de la realidad, donde los grandes intérpretes y realizadores de este Gran Plan, la Jerarquía Planetaria y las elevadas entidades dévicas o angélicas, en colaboración con los seres humanos, materializan en los diferentes planos, los designios evolutivos del Logos Planetario.

Esta situación de alto contenido espiritual que tiene lugar en el aspirante, como resultado de la cada vez más profunda meditación y abstracción hacia los planos superiores, hace asequible a la conciencia, los grandes Arquetipos, los Patrones sobre los que se han de gestar los más importantes cambios universales que engloban, a los seres y conciencias de todos los reinos, pero en especial al Reino Humano.
El hombre llega a sentir, a ver y a comprender esa Verdad que está detrás de estos Arquetipos o Representaciones Modélicas. A observar internamente lo que son y lo que expresan, ya sea como símbolos tangibles de una bien definida intención Logoica, o también como resultado de la confluencia y condensación de energías y fuerzas puestas en perfecta actividad armónica por la Divinidad para llevar a cabo Su Proyecto Evolutivo en todos los niveles de Su Creación Multidimensional.

Hasta aquí hemos contemplado algunos de los aspectos internos más importantes que tienen lugar en la persona que se ha decidido voluntaria y libremente hacer los esfuerzos necesarios para lograr esta transformación integral y ser así más útil a los demás. A continuación vamos tratar de describir brevemente las consecuencias que se derivan a nivel grupal y de relación con aquellos seres con los que el aspirante evoluciona, su entorno familiar, social, etc.

Indudablemente, la construcción del Antakarana y el acercamiento al Yo Superior trae, a su vez, un mayor grado de responsabilidad, en especial hacia la familia, esposa e hijos, que son los que de forma más efectiva deben beneficiarse, por expresarlo de alguna forma, de la mutua relación y contacto áurico-energéticos. Como resultado de ésta convivencia interna y de relación, todo el grupo familiar, como un todo armónico y homogéneo, se elevan a un mayor nivel de integración, de estabilidad y de sintonía espiritual.

Otro grupo que también se ve involucrado en este sincronismo y armonización áurica, es el de los hermanos espirituales con los que está unido interna y externamente y con los que contribuye activamente en el Servicio Grupal y Mundial. Esta singularidad y simpatía trascendente, da origen a la creación de esa atmósfera de armonía y de sintonía que es de desear conseguir en cualquier Grupo Interno, tan necesarios para que se pueda desarrollar con toda normalidad cualquier tipo de actividad espiritual. Si todos los componentes del Grupo, están individual y colectivamente en similares condiciones de relación con su Yo Superior, entonces el trabajo subjetivo y objetivo que se vaya a realizar en cualquiera de los Niveles de la Realidad, serán efectivos y duraderos.

En esta misma situación se encuentran el resto de familiares, amigos y personas que componen su círculo social con los que convive y con los que está en contacto durante un determinado tiempo. De alguna manera, la proximidad y contacto personal con estos seres debe repercutir en sus personalidades y en sus vehículos de manifestación periódica, dotándolas de un atractivo, simpático y activo impulso espiritual.

El hecho de vivir cada vez más intensamente este proceso de Unificación Global, hacen al hombre, ser cada vez más consciente de su cumplimiento con los compromisos kármicos, originados y engarzados en anteriores existencias, impulsándole a asumir la realización de su Dharma, de su Deber hacia sí mismo y hacia los demás, en la medida de sus posibilidades, para colaborar así conscientemente en alguna medida a la evolución y engrandecimiento moral, científico, religioso y espiritual de su ciudad, su país y del Mundo.

Como resumen, se podría añadir que el Antakarana, hace aflorar también en el ser, la sensibilidad a las corrientes de las Nuevas Energías y Arquetipos que comienzan a circular por el Mundo y que son el anuncio y preludio de la Nueva Era de Acuario,  de esos nuevos modelos de sociedad y de nuevas y trascendentes relaciones que se han de producir entre todos los reinos y todos los seres.


El Antakarana, en fin, le hace comprender al aspirante, que su mente no debe circunscribirse sólo al mundo inmediato donde vive, sino que debe poseer esa cualidad de penetración y de síntesis, de amplio espectro abarcante, capaz de captar lenta y muy sutilmente cualquier situación, dotándola de esa sabia asimilación y reconocimiento interno que le hace distinguir lo Verdadero de lo Falso, lo Real de lo Irreal, el Discernimiento, tan necesario para llevar a feliz término cualquier trabajo de Servicio Universal. 

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