jueves, 31 de mayo de 2018

La Genealogía Física, SEGUNDA CONFERENCIA, Parte I


La Genealogía Física
     SEGUNDA CONFERENCIA     

Parte I

Tomado del libro: “La Genealogia del Hombre.”
De Annie Besant

Queridos amigos: Al ocuparnos esta mañana del lado físico de la evolución del hombre, nos hallaremos con la dificultad con que siempre tropezamos cuando nos proponemos tratar de lo Físico; y esto es debido a que nos hallamos en presencia de una masa de detalles cuya naturaleza es muy complicada. Como todos sabéis, hasta el estudio de la Ciencia Moderna se hace harto difícil cuando trata una parte de su conjunto y vosotros deseáis comprender a fondo el relato que os hace. Con mucha mayor razón es más grande la dificultad cuando debéis tratar las cosas tales como ellas son, en todos sus diversos planos y estados, y cuando, en vez de limitaros a la diferenciación del tattva físico, debéis además tener en cuenta las diferenciaciones de los tattvas que pertenecen a los planos superiores. Digo esto, porque me veré en el caso de poner algún tanto a prueba vuestra atención, si es que realmente deseáis investigar las etapas de la evolución física del hombre, y deseáis haceros cargo del papel que desempeña en el mundo en que es el más elevado prototipo de vida que existe; el prototipo del cual son extraídas todas las semillas de vida, por lo que a la presente evolución se refiere; el prototipo que se halla a la cabeza de la evolución del globo, y de quien dependen la vida y la dirección de los diversos reinos de la naturaleza que le son inferiores. Necesitamos comprender y descubrir por qué en el cuerpo del hombre existen los gérmenes de vida que informan a todos los grandes reinos del globo. La única teoría que parece ofrecer un vislumbre de la verdad, aunque solo de un fragmento de ella, es la teoría de Weissman, la cual, en su asombrosa complicación, es muy difícil de comprender, pero que, sin embargo, nos demuestra que, hasta desde el  punto de  vista de  la  Ciencia moderna, podéis  hallar  complicaciones tan  variadas, tan  numerosas, tan entremezcladas, dentro de  los  limites de  un  germen, que  podéis hallar  en  el  las  huellas de  millares de generaciones, y la posibilidad de cualquiera de estas huellas evolucionando y apareciendo en el hombre actual.
Ahora bien; con respecto a la evolución física, existe una numerosa clase de seres que la dirigen, que la gobiernan, que, de hecho, dan los modelos sobre los cuales toda esta evolución se moldea. Esta clase de seres es la que en la literatura Inda es conocida bajo el nombre genérico de Pitris o antecesores. Existe una gran confusión acerca de estos Pitris, y esto por una razón muy sencilla. Ante todo, los Pitris originales -los únicos a quienes, en gracia a la claridad, quisiera, si posible fuese, llamar por este nombre- reaparecen una y otra vez bajo diferentes caracteres.
Aparecen en cada Ronda, y cuando descendemos a la evolución de nuestro Globo, aparecen en los diversos ciclos del desarrollo sobre el mismo.
Entonces los hallamos, por decirlo así, casi sumergidos en el hombre; entonces los vemos renacer bajo nuevos caracteres, de modo que se parecen a los actores que representan en el proscenio de un teatro, los cuales se visten con diversos trajes, y aparecen bajo distintos caracteres, aunque son los mismos hombres vestidos con diferentes ropajes. Este cambio de caracteres ha confundido naturalmente al estudiante que no ha sido capaz de comprender a los seres por quienes estos caracteres eran representados, y por lo tanto, una parte de nuestra labor de hoy, será destinada a describir estos seres, y ver de qué modo los Pitris reaparecen ciclo tras ciclo, pero siempre con la característica de que son los Señores del reino físico, los guías, los moldeadores y los arquitectos del hombre mortal. Este mismo nombre de Pitris se aplica también a aquellos seres conocidos como Agnishvattas, los cuales nada tienen que ver con el cuerpo fisico del hombre. A estos Pitris los dejaremos a un lado por el momento. Ellos son los que constituyen las tres clases más elevadas de entre las siete clases de Pitris, los cuales os son mas o menos familiares en los Sastras Indos, pero están clasificados como siendo Arupa, sin forma, y pertenecen a una evolución distinta. Están relacionados con los Devas, y a veces se les llama Pitris de los Devas. Están, además, relacionados con la evolución intelectual del hombre, y deberemos mencionarlos bajo otro nombre, el de Manasaputras, nombre que incluye a estos seres y a otros muchos.
Los Pitris que están relacionados con el linaje físico del hombre, que son literalmente sus antecesores físicos, los antecesores de su cuerpo, constituyen cuatro grandes clases, las cuales en las enseñanzas ocultas se les da un solo nombre, el de Barhishad.
Ahora bien; este nombre aparece también como el de otra clase además de las cuatro, lo cual es un motivo más de confusión para nosotros.
El nombre genérico es el de Pitris Barhishad, o los que poseen el fuego creador. Aunque veis que este nombre se aplica preferentemente a los hijos de uno de los Hijos nacidos de la mente de Brahma, esto no obstante, no es menos cierto que también se usa para las cuatro clases de Pitris Rupa que están relacionados con la evolución física. Por lo tanto, cuando mencione a los Pitris Barhishad, si empleo este término sin más aditamento, me referiré a las cuatro clases de Pitris Rupa.
Ahora bien; estas cuatro clases, los Pitris Barhishad, proceden de la Luna.
Ya sabéis que se ha hablado de la Luna como del vestíbulo de Svarga, como siendo una de las Lokas, como la morada de los Pitris. Esto es indudablemente exacto, por lo que a los seres humanos se refiere, puesto que estos pasan desde Pretaloka a Pitriloka, y luego a Svarga.
En un sentido cósmico, la Luna sirve de vestíbulo a través del cual sus habitantes entran en la tierra. Estos Pitris llegan a la Cadena Terrestre procedentes de la Cadena Lunar, por cuyo motivo los llamamos Pitris Lunares, Pitris que proceden de la Luna.
Ahora bien; si deseamos comprender la naturaleza de estos Pitris, la primera pregunta que se nos ocurre es:
¿Qué hicieron en la Luna, y cuál fue el resultado de su estancia allí? Ya sabemos que la Cadena Lunar es la que precedió a la nuestra, y que estamos unidos por los más estrechos lazos con la evolución que tuvo lugar en la Luna, y en la Cadena Lunar. Os podréis hacer cargo de la labor llevada a cabo por los Pitris Lunares en la Cadena Lunar, si por un momento pensáis en Aquellos a quienes comúnmente llamamos los Maestros en nuestra tierra. Ellos son Maestros que, habiendo pasado por la evolución humana aquí, han trascendido a la humanidad. Ellos son la eflorescencia de la humanidad, como han sido llamados los que han vencido todas las dificultades de la materia, y se han hecho aquí Dueños de la misma, y son los Guardianes, los Protectores de la humanidad.
Esta misma labor fue llevada a cabo por los Pitris Lunares en la evolución que tuvo lugar en la Cadena Lunar.
Ellos pasaron a través de toda esta evolución, a través de la equivalente etapa humana, y fueron los éxitos de la misma.
Ellos se elevaron más y mas, hasta que consiguieron dominar por completo toda la materia de la Cadena Lunar, y la emplearon para su servicio.
Por esta razón se les llama a veces los Cubos, debido a que en la Cadena Lunar dominaron la materia en su cuaternario o cuádruple forma, y trajeron esta materia consigo para su ulterior evolución en la Cadena Terrestre.
Consideradlos, pues, como a los Señores de la Luna, nombre que con frecuencia se les da en los escritos ocultos. También se les llama los "Hijos del Crepúsculo", por una razón que luego veremos, la cual los relaciona del mismo modo con la Luna, e igualmente se les denomina Hombres celestiales, Hijos de la Luna, Progenitores.
No los confundáis -puesto que esta es una de las dificultades con que el estudiante tropieza con aquellas clases de Pitris, las ex Monadas de la Cadena Lunar, que vinieron de la Luna para entrar en la evolución humana en nuestro Globo. Estas clases de Pitris nada tienen que ver con los grandes Pitris Lunares, excepto que evolucionaron bajo su protección y amparo sobre la Luna, del mismo modo que nosotros evolucionamos aquí bajo el amparo de los Maestros de Compasión y Sabiduría. Estos Pitris inferiores, que con tanta frecuencia han sido confundidos con los otros, son las ex-Monadas procedentes de la Luna que constituyen la masa de nuestra humanidad actual, y que también se hallan aprisionadas en los reinos animal, vegetal y mineral de nuestro Globo, hallándose todas las formas de nuestra Cadena ocupadas por estas Monadas procedentes de la Luna.
A estas Monadas se las llama también Pitris, pero no son los grandes Pitris Lunares.

miércoles, 30 de mayo de 2018

La Genealogía Espiritual, PRIMERA CONFERENCIA, Parte IX, final


La Genealogía Espiritual
    PRIMERA CONFERENCIA     
                              Parte IX, final        

Tomado del libro: “La Genealogia del Hombre.”
De Annie Besant

Cuando la Monada pasa a la segunda Raza Raíz, añade el sentido del tacto a su conciencia del plano fisico, y principia a responder al contacto del aire del mismo modo que al del fuego. Cuando escuchamos, percibimos débiles sonidos a manera de cantos procedentes de las variadas e indefinibles formas que representan a la humanidad; simples vocales inarticuladas a manera de sonidos que indican débilmente la presencia de emociones causadas por ocultos resortes. La conciencia que allí existe, reside más bien en el plano superior que en el inferior. Allí tiene lugar un sueño apacible y tranquilo que procede del interior, al paso que la percepción del placer y del dolor que proceden del exterior, apenas si se deja sentir. Es la conciencia monádica despierta en los planos  elevados,  pero  no  en  los  inferiores,  y  las  formas  solo  responden  allí  muy  débilmente,  casi  son insensibles. Sin embargo, responden con alguna mayor intensidad que las de la primera Raza.
Con la entrada de la Monada en la tercera Raza Raíz, el progreso se acelera. El sentido visual se añade lenta y gradualmente a los sentidos auditivo y del tacto, y con esto el conocimiento del mundo externo se hace mas claro y definido. El lenguaje, que durante la primera y segunda subrazas, solo consiste en meros gritos, gritos de placer y dolor, de amor y cólera, se convierte en monosilábico en la tercera subraza.
La conciencia del contacto del agua se añade a los del fuego y aire, y la forma humana, tosca e imperfecta, pero ahora clara y distintamente humana, cobijada por la Monada, esta pronta para recibir la inteligencia que la hará hombre.
Ahora responde clara y distintamente a los impulsos de vida que le llegan de arriba, pero en el plano físico es estúpida e ignorante, y hallándose sacudida por choques de dolor y placer procedentes del exterior a los cuales cede ciegamente, se ve por este motivo arrastrada de acá para allá.
La Monada no puede dominar a su vehículo físico, el cual responde a los enérgicos choques de su plan con tanta mayor fuerza cuanta mayor es la suma de vida que recibe de arriba. Esta vida es transmutada en sensaciones, y fluye a lo largo de los canales de los instintos animales. Para la Monada, el aumentar este flujo de vida es lo mismo que aumentar el peligro; es como aumentar la presión del vapor de una maquina que no tiene quien la guíe.
Entonces llegan los Hijos de la Mente para añadir el elemento indispensable a la seguridad y al progreso. Ahora debe principiar la evolución intelectual, y oscurecer por algún tiempo lo espiritual. Lo espiritual debe ceder ante el empuje de la inteligencia, y retirarse por el momento, dejando que esta coja las riendas y guíe las próximas etapas de la evolución.
La Monada principiara a dirigir sutil y silenciosamente a la inteligencia,
trabajando indirectamente por medio de ella, estimulándola por medio de sus energías,
desarrollándola por un incesante flujo de potente influencia procedente del interior, al propio tiempo que la inteligencia lucha con los vehículos inferiores, para ser vencida y esclavizada al principio, pero para vencer y dominar al fin lenta y gradualmente.  
Y  aquí  dejamos  la  evolución monádica  que  ahora  continua  silenciosamente debajo  de  la superficie, hasta el momento en que la triunfante inteligencia se sumergirá en el espíritu.
Tal es, brevemente expuesta, nuestra genealogía por lo que al lado del Espíritu se refiere. Vemos que procedemos de Dios; vemos a los grupos de los Grandes Seres que nos educaron en nuestra infancia; vemos las etapas de nuestro desarrollo y crecimiento, y como pasamos desde una Cadena a otra, desde una a otra Ronda, desde un Globo a otro, hasta que llegamos a nuestra tierra y tocamos el suelo que conocemos.
Luego percibimos confusamente la llegada de los "Hijos de la Noche", los "Hijos de la Sabiduría Tenebrosa", aquellos que traen ahamkara para formar al hombre, y sabemos que esto constituye una parte de nuestra genealogía, que  ellos  son  también nosotros mismos. Vemos al  Espíritu oscurecido, y  sabemos que  el  Espíritu debe perfeccionarse en el silencio, en tanto que el guerreador Intelecto continua combatiendo, hasta el momento en que depositara sus trofeos a los pies del Espíritu, y el hombre, haciéndose divino, reinará sobre la tierra.


La Genealogía Espiritual PRIMERA CONFERENCIA, Parte VIII


La Genealogía Espiritual
PRIMERA CONFERENCIA     
                                Parte VIII        

Tomado del libro: “La Genealogia del Hombre.”
De Annie Besant

Cuando las Monadas ex-lunares de la primera clase del Grupo segundo -las más desarrolladas- llegan al Globo A de la Cadena terrestre, pasan rápidamente a través de las formas -preparadas por los Pitris Barhishads- de los seis reinos inferiores, y alcanzan la etapa más inferior del reino humano.
Dichas Monadas repiten este proceso en los Globos B, C, D, E, F y G, pasando por una etapa humana en cada Globo, hasta que en el Globo G completan las siete etapas humanas y de esta suerte han pasado a través de todas las cuarenta y nueve etapas -siete en cada uno de los, siete reinos- que constituyen una Ronda.
Debo advertiros que "humano" no significa aquí nada semejante a lo "humano" que conocemos. Hasta que las Monadas llegan al Globo D de la Ronda no hallan ninguna forma física humana.
Las Monadas ex-lunares de la segunda clase siguen a las de la clase primera, pero viajan con menos rapidez que sus predecesoras, de modo que al fin de la Ronda solo han completado el reino animal y han tocado los bordes del humano; solo en la próxima Ronda completaran las siete etapas del reino humano.
Las Monadas exlunares de la tercera clase siguen a las de la clase segunda, pero se quedan algo mas atrás que estas, pues solo están prontas para pasar desde el reino vegetal al animal a la conclusión de la primera Ronda, al paso que las de la cuarta clase solo están prontas para salir del reino mineral.
Las restantes tres clases que constituyen el Grupo tercero de las Monadas exlunares, se hallan respectivamente en los bordes del reino mineral la primera de dichas clases, en el más elevado reino elemental la clase segunda, y en el reino elemental medio la tercera clase, a la conclusión de la primera Ronda.
Por consiguiente,
la clase primera ha pasado a través de cuarenta y nueve etapas;
la clase segunda por cuarenta y dos etapas;
la clase tercera por treinta y cinco;
la clase cuarta por veintiocho;
la clase quinta por veintiuna;
la clase sexta por catorce; y
la clase séptima por siete.
O, tomando a esta última clase como a unidad, la clase primera ha viajado siete veces más rápidamente; la segunda clase seis veces; la tercera clase cinco veces; la cuarta clase cuatro veces; la quinta clase tres veces; y la sexta clase dos veces.
Debe tenerse en cuenta que en la primera Ronda solo se hallan en el Globo A los arquetipos del reino mineral, y que el tipo más denso de materia que se desarrolla en esta Ronda, solo es alcanzado en el reino mineral en el Globo D, existiendo solo como gérmenes mentales, los más elevados tipos vegetales, animales y humanos.
En  la segunda Ronda, solo  las Monadas exlunares de la  primera clase entraron en el  reino humano vigorizando los gérmenes en los cuales moraron; las de la segunda clase alcanzaron el reino humano y adquirieron una etapa de progreso en cada Globo, completando las siete etapas en el Globo G; la tercera clase llego al reino humano en esta segunda Ronda, mientras que la cuarta clase completo el reino vegetal y estuvo pronta para el animal.
En  la tercera Ronda, las  Monadas exlunares de  la primera y segunda clase trabajaron todavía en  el desenvolvimiento de los gérmenes de la humanidad, mientras que la tercera clase recorrió las siete etapas del reino humano en esta Ronda, y la cuarta clase alcanzo justamente las fronteras de este mismo reino, pasando así al reino humano al principio de la cuarta Ronda.
Mientras tanto, las tres restantes clases más atrasadas subían lentamente su camino, de modo que en la cuarta Ronda todas habían pasado más allá de los reinos elementales, y al presente son las Monadas que animan a los animales, vegetales y minerales; pero no alcanzaran el reino humano en esta Cadena, debido a que la naturaleza no produce ya en ella formas humanas de un tipo suficientemente inferior para su humanización.
Frecuentemente se llama a la cuarta Ronda, la ronda humana, debido a que al principio de la misma aparecen en el Globo A los arquetipos de cada Raza Raíz; pero en realidad es la Ronda en la que el mineral alcanza su perfección; esto es, el punto de su mayor dureza y densidad.
Cuando las primeras Monadas en evolución llegaron al Globo D en la cuarta Ronda, estaban prontas para desarrollar al hombre según un muy elevado tipo, y el Chhaya de los Pitris Barhishad fue entonces la forma a la que el átomo fisico permanente se unió, siendo el Chhaya de materia etérea.
El Aiteraya Brahmaya esboza en cortas frases esta larga evolución, este paso de las Monadas a través de los reinos mineral, vegetal y animal, para culminar en el reino humano. Dice: "En las hierbas y árboles se percibe la vida; en los seres que alientan y respiran se percibe la inteligencia, y en ellos el Yo esta mas manifestado. En estos últimos se percibe también la vida, mas la inteligencia no se percibe en los primeros. En el hombre el Yo esta mas manifiesto, esta dotado de un mayor conocimiento. El hombre habla de aquello que sabe; ve aquello que conoce; sabe lo que ocurrió ayer; conoce lo visible y lo invisible; por medio de lo mortal aspira a lo inmortal. De esta suerte esta dotado el hombre” (Aitareyaranyaka, II, Ill. 2.).
 Acerca de este punto se lee  en  el comentario de  Sayana: "En  lo  inconsciente, la tierra, las  piedras, etc., solo  Sat  esta manifestado, y el Atma no ha alcanzado todavía la forma de Jiva. Los Jivas inmóviles, esto es, las hierbas y los árboles, así como los móviles que poseen Prana como aliento, ambos son etapas de manifestación en un grado mas elevado".
Las Monadas más avanzadas cobijan entonces las formas embrionarias de la primera Raza Raíz, y dirigen el desenvolvimiento de los fetos humanos en la matriz del tiempo. Sus Rayos vivifican las envolturas de materia que las envuelve y les construyen órganos apropiados que les permiten comunicarse con el mundo exterior. El sentido auditivo es el primero que debe ser desarrollado, el cual en lo futuro responderá al grado de vibraciones conocido como sonido. Despierta en su propio plano, la conciencia monádica responde confusamente, muy confusamente a través de la materia que la envuelve, de suerte que las formas son casi insensibles. En el plano fisico, estas formas sienten la presencia del fuego, el primer contacto al que la conciencia responde allí por medio de las primitivas formas.

martes, 29 de mayo de 2018

La Genealogía Espiritual, PRIMERA CONFERENCIA, Parte VII


La Genealogía Espiritual
      PRIMERA CONFERENCIA     
                                Parte VII        

Tomado del libro: “La Genealogia del Hombre.”
De Annie Besant

Ahora debemos dar al Hijo el nombre del Padre, a la Imagen el nombre del Vigilante, y llamarlo la Monada, pues no hay otro nombre por medio del cual se pueda describir correctamente, y en realidad el es una y la misma cosa. Pero la Imagen esta ahora revestida de materia, velada por Avidya, y, cegada por la envoltura que todavía no conoce, es débil y limitada en el mundo en que ha entrado. Con el tiempo llega a ser dueña del mundo, pero antes tiene que aprender a obedecer. "Aunque el fuese un hijo, esto no obstante aprendió a obedecer debido a los sufrimientos que experimenta, y habiéndose hecho perfecto" (Hebreos, V, 8, 9.), se hizo Dueño de la Vida y de la Muerte.
El hijo olvida el lugar de su nacimiento a medida que se sume en la materia, y solo gradualmente los choques externos despiertan su dormida divinidad y hacen que responda y se manifieste.
Como hemos visto, las Monadas están ahora prontas para pasar a la primera Cadena planetaria, la Cadena Arquetipo. Todo lo que de estas Monadas sabemos es que las más avanzadas de ellas se convirtieron en Asuras y pasaron a formar parte de la quinta Jerarquía Creadora.
Otras, menos avanzadas, continuaron su evolución en la segunda Cadena planetaria, la Creadora, y las más avanzadas de ostas se convirtieron en Agnishvattas, y entraron en la sexta Jerarquía Creadora.
Una vez más las menos avanzadas prosiguieron su evolución en la tercera Cadena planetaria, la lunar, y aquí las vemos surgir de ella clasificadas en tres grandes grupos.
En primer término hay los verdaderos Pitris, llamados a veces Pitris Lunares, pero que con mejor propiedad se pueden llamar los Pitris Barhishads, que son las entidades más avanzadas de la Cadena Lunar, los cuales pasaron a su conclusión a la séptima Jerarquía Creadora. Estos Pitris son los "Dioses Lunares", los "Señores de la Luna de los cuerpos aéreos", cuyo deber es dirigir la evolución física en la cuarta Cadena planetaria, la terrestre. Aunque menos desarrolladas, pertenecen a esta clase de Pitris otras dos clases de Monadas, llamadas diversamente Dhyanis Menores y Pitris Solares, las cuales constituyen las categorías de la Cadena lunar que siguen inmediatamente después de los Pitris Barhishads; la primera clase había desarrollado ya el cuerpo causal, y la segunda estaba pronta para su formación, hallándose de esta suerte todas ellas demasiado avanzadas en su evolución para formar parte de la cuarta Cadena en sus primeras Rondas, por cuyo motivo solo entraron a formar parte de ella a la mitad próximamente de la cuarta Ronda, durante la tercera y cuarta Razas Raíz. Por lo tanto, este primer gran grupo comprende tres clases de Monadas.
Cuatro clases de Monadas suficientemente desarrolladas para alcanzar la etapa humana durante las tres y media primeras Rondas de la Cadena terrestre. Estas Monadas son también con frecuencia llamadas "Pitris lunares", y este nombre no está del todo mal aplicado, puesto que proceden de la Cadena lunar; sin embargo, no son los "antecesores" de los hombres, sino que se están desarrollando en hombres, por cuyo motivo no deben ser llamadas Pitris. Como quiera que sea, H. P. B. les dio este nombre, el cual ha tornado carta de naturaleza en la terminología Teosófica. Esto importa poco, con tal que no sean confundidas con los genuinos
Pitris Lunares del Grupo primero, los Señores de la Luna.
Tres clases de Monadas procedentes de la evolución lunar que se quedaron demasiado rezagadas del avance general. Estas Monadas solo serán humanas a la conclusión de la séptima Ronda de la Cadena terrestre, y formaran la humanidad de la quinta Cadena Planetaria, la que sucederá a la nuestra. Al presente se hallan subiendo su lento camino ascendente en los reinos mineral, vegetal y animal.
Las siete clases que constituyen los Grupos 29 y 39, son las siete clases de "Pitris lunares" mencionados a menudo por H. P. B. A fin de evitar confusiones, los llamare simplemente "Monadas de la Cadena lunar" -termino también empleado por ella- o Monadas exlunares, y limitare el empleo de la palabra "Pitris Lunares" a los "Señores de la Luna de los cuerpos aéreos". Se dice que las Monadas de la Cadena lunar están clasificadas según su "evolución, conciencia y merito" (Doctrina Secreta, I, 195.) y que esto fijo su herencia en el transcurso del tiempo.
Estas siete clases de Monadas, que son el resultado de estas diferencias evolucionarias, no deben ser confundidas con los siete tipos de Monadas que son el resultado de los colores recibidos de los siete Logos Planetarios antes mencionados. En cada una de las siete clases se hallaran Monadas de todos los siete tipos, de modo que cada clase tiene representantes de cada uno de los siete colores. Por tanto, estos siete tipos aparecen simultáneamente y uno al lado del otro, cuando una clase entra a formar parte de la Cadena planetaria, y cada clase sucesiva presenta por si sola los siete tipos.
Para la exposición de la genealogía monádica del hombre, omitimos al presente al Grupo primero, a los Pitris Lunares, porque están relacionados con la evolución física, así como a las dos clases de Dhyanis Menores, porque se hallan en el Nirvana lunar, asimilándose los resultados espirituales y mentales de pasadas experiencias, y no entraran a formar parte de la Cadena terrestre hasta la quinta Ronda. Aquí solo debemos ocuparnos de los Grupos segundo y tercero, esto es, de las siete clases que sucesivamente vienen a la tierra.
La Monada, Atma-Buddhi-Manas, cobija las formas que evolucionan no descendiendo más allá del nivel atómico del plano manásico, y allí únicamente está representada por el átomo manásico, adquirido por su Cadena, como antes se ha dicho, con la ayuda de las Ordenes Creadoras quinta y sexta. Es emitido un hilo de vida revestido de materia buddhica, el cual se une a los átomos disponibles apropiándoselos en cada etapa sucesiva como "átomos permanentes", y estos átomos forman parte de las formas preparadas para la Monada por la agencia de los Señores de la Luna, en el orden que estudiaremos al tratar de la "Evolución Física". Bastara decir aquí que en cada Globo están representados los siete reinos; tres reinos elementales, un reino mineral, otro vegetal, otro animal y otro humano.
Los reinos que son peculiares a la Ronda que tiene lugar, o a las precedentes, están plenamente representados, mas aquellos que se hallan mas allí de la evolución de esta Ronda solo lo están embrionariamente. Aunque podrá parecer extraño tratar a nuestra actual humanidad de embrionaria, sin embargo, así es en realidad, cuando se la compara con los esplendorosos seres imposibles de imaginar al presente que constituirán la humanidad de la séptima Cadena, la humana. Cada reino está dividido en siete etapas, departamentos o provincias, como lo vemos claramente cuando estudiamos al hombre en sus siete Razas Raíz, aunque estas etapas no son tan visibles a nuestros ojos en los reinos inferiores. Y en realidad solo reconocemos su existencia por el hecho de que las Monadas marchan más lentamente en proporción de lo que están menos desarrolladas, siendo arrastradas gradualmente en su lento movimiento de avance, y quedándose las más jóvenes cada vez mas y mas rezagadas a medida que viajan a lo largo de los Globos de la Cadena terrestre.

La Genealogía Espiritual, PRIMERA CONFERENCIA, Parte VI


La Genealogía Espiritual
      PRIMERA CONFERENCIA     
                                Parte VI        
 Tomado del libro: “La Genealogia del Hombre.”
De Annie Besant

Una vez expuestos los amplios contornos de las Jerarquías y del Campo, podemos volver al estudio de la cuarta Jerarquía, la de las Monadas Humanas, aquellas que han de convertirse en "Hombres" durante la Cadena planetaria terrestre.
Esta Cadena es la cuarta,
la Cadena de la lucha,
del equilibrio,
la Cadena en la cual el Espíritu y la Materia se entremezclan y confunden, de modo que lo mas elevado y lo mas inferior,
los dos polos de la naturaleza se unen y forman un ser complejo,
el Hombre: el Hombre que es el punto de partida para una evolución más elevada. Por lo demás, estas Monadas se hallan al presente en el cuarto Globo, el Globo D, el cual es nuestra tierra, el Globo de lucha y de equilibrio, el Globo típico de esta Cadena, hallándose colocado con respecto a los demás Globos, en la misma situación que esta Cadena esta colocada con respecto a las demás Cadenas. Las Monadas se hallan, pues, en el mismo centro de la lucha, en el punto mas recio y culminante del combate y de las mayores dificultades, se hallan verdaderamente en el Kuruskshetra planetario. Aquí, en el cuarto Globo de la cuarta Cadena, deben tener lugar los mas grandes conflictos entre el Espíritu y la Materia, para concluir al fin con el triunfo del Espíritu.
He  empleado la  palabra "Monada Humana". Permítaseme definir lo que se quiere dar a entender en ocultismo por la palabra "Hombre".
El "Hombre" es aquel ser en el universo, en cualquier punto del universo en donde se halle, en quien el mas elevado Espíritu y la Materia mas inferior y grosera se han unido por medio de la Inteligencia, constituyendo así un Dios manifestado, que, a través del ilimitado futuro que tiene ante sí, vencerá al fin todos los obstáculos que se le presenten.
El "Hombre" no es necesariamente la forma que al presente veis, puesto que puede tener un millón de formas.
El "Hombre" significa aquel ser en quien el Espíritu y la Materia se han dado la mano, en quien ambos se han puesto de acuerdo, o se están poniendo de acuerdo, se están equilibrando, en quien al fin el Espíritu ha vencido o vencerá a la Materia.
En los escritos ocultos se emplea la palabra "Hombre" para describir a todos aquellos seres en quienes concurren estas condiciones. Esta palabra no está  simplemente limitada a nosotros, que solo somos una pequeña raza de la gran Jerarquía humana.
Para demostrar la posición que el "Hombre" ocupa en la evolución, y que esta posición es la intermedia que acabo de describir, H. P. B. ha dicho que cada ser en este universo ha pasado, o debe pasar por el reino humano; si se halla más allá del mismo, debe haber pasado por él; si no lo ha alcanzado, tendrá que pasar por él en lo futuro. Este paso del ser a través del reino humano no está limitado a este globo ni a esta raza. El "Hombre" es el campo de batalla entre la Materia y el Espíritu, y cada ser debe, como Yudhishthira, tener su Kuruskshetra y vencer, antes de que pueda entrar en su reino divino. Tal es el "Hombre". La Monada es el Espíritu divino, el polo superior del hombre, nacida del Mismo Ishvara, o mas bien, nacida dentro de Él como un centro en Su vida, "una porción de El Mismo". Levanta tu cabeza, Oh Lanu; ¿ves tú una o innumerables luces brillando en el oscuro y estrellado cielo de media noche? "Yo percibo una Llama, oh Gurudeva;  veo  innumerables  e  inseparables  chispas  brillando  en  ella"  (Catecismo Oculto, citado en la Doctrina Secreta, I, 145.).  La  Llama es lshvara  en  Su manifestación como el Primer LOGOS; las inseparables chispas son las Monadas humanas y otras.
Para manifestarse la voluntad de Ishvara obra sobre estas porciones de Si mismo, inseparables de Él, y esta voluntad las dirige hacia el mundo de materia,
y así pasan al Segundo LOGOS y viven en El, los Hijos del Padre.
Del Tercer LOGOS reciben el impulso que da a cada una de ellas una "individualidad espiritual", el confuso sentimiento de la separatividad.
Así entran en las corrientes en que el Tres se divide en Siete, tomando cada grupo el color especial del Logos Planetario del cual procede, y entonces los siete colores se entremezclan en un maravilloso haz de brillantes luces -la primera gran danza coral celeste, el Rasalita solar- hasta que en cada Logos Planetario se perciben los siete rayos de color, un séxtuple esplendor, dominando en cada uno de ellos Su color peculiar, el cual presta su matiz a todos los rayos que con él se hallan entremezclados. De aquí que se diga que "cada hombre nace bajo la influencia de un planeta", puesto que en cada Globo de cada Cadena Planetaria aparecen los siete grupos de Monadas, presentando cada uno de ellos el peculiar color de su "Estrella Padre".
La Monada no está todavía pronta para emprender su largo peregrinaje, pues su atención no está dirigida al exterior, y los tres aspectos de su naturaleza, que son las reproducciones de los tres aspectos de Ishvara, dormitan en ella, y no son dirigidos hacia el universo. Pero luego estos aspectos principian a despertarse en ella por medio de las Órdenes Creadoras.
De la primera Jerarquía Creadora procede el impulso de vida que despierta la Voluntad, el aspecto atmico; de la segunda se deriva el impulso que de una manera parecida despierta la Sabiduría, el aspecto búddhico; y de la tercera se origina el impulso que despierta la Actividad, el aspecto manásico. Habiendo de esta suerte sido despertada su atención hacia lo externo, la Monada esta pronta para su descenso.
Una vez franqueadas estas etapas preparatorias, la gran hueste de las Monadas que deben alcanzar la condición humana, han alcanzado su punto de residencia, en donde moraran durante edades innumerables. Esta Monadas son la cuarta Jerarquía Creadora, pronta para su larga peregrinación. Cada una de ellas es "un
Dhyan Chohan individual distinto de los demás"(Doctrina Secreta, I, 285.), pero son demasiado sutiles, demasiado elevados en su naturaleza para poder entrar en el quíntuple universo, el universo de la más grosera materia. Sin embargo, deben agenciarse un vehículo a fin de que sus poderes divinos puedan manifestarse en los mundos que tienen ante sí, por cuyo motivo, y así como las poderosas vibraciones del Sol lanzan materia en las vibraciones que llamamos sus rayos, de la propia suerte hace la Monada vibrar la atómica materia de los planos átmico, buddhico y manásico que la rodean, del mismo modo que el éter del espacio rodea al Sol, y de este modo se construye un Rayo triple, como triple es su naturaleza. La Monada es ayudada en esta tarea por la quinta y sexta Jerarquías Creadoras, las cuales han pasado antes por experiencias similares. La quinta Jerarquía dirige la oleada vibratoria desde el aspecto Voluntad hacia el átomo atmico, y el átomo atmico, vibrando como el aspecto Voluntad, es llamado Atma.
La sexta Jerarquía dirige la oleada vibratoria desde el aspecto Sabiduría hacia el Átomo buddhico, y el átomo buddhico, vibrando como el aspecto Sabiduría, es llamado Buddhi. Además, la sexta Jerarquía dirige también la oleada vibratoria del aspecto Actividad hacia el átomo manasico, y el átomo manasico, vibrando como el aspecto Actividad, es llamado Manas. Así, Atma-Buddhi-Manas, es Mo- nada en el mundo de la manifestación, el Rayo de la verdadera Monada, se forma mas allá del quíntuple universo.
Aquí yace el misterio del Vigilante, del Espectador, del inactivo Atma, que mora constantemente en su triple naturaleza en su propio plano, y vive en el mundo de los mortales por medio de su rayo, el cual anima sus sombras, las pasajeras vidas terrestres. En las Stanzas de Dzyan esta escrito: "Dijo la Llama a la Chispa: Tu eres yo misma, mi Imagen y mi Sombra. Yo me he revestido de ti, y tu eres mi vahan (vehículo), hasta el día, sea con nosotros, en que tu volverás a ser yo misma y otras, tú misma y yo" (Doctrina Secreta, I, 286). La Llama, la Monada, extiende el hilo de Vida, el triple hilo tejido de su propia naturaleza, y en este el Sutratma, "el Alma Hilo", son enzarzadas todas las encarnaciones, las sombras. "El Vigilante y sus Sombras -siendo estas últimas tantas como reencarnaciones tiene la Monada- son uno. El Vigilante, o el Prototipo Divino, se halla en el extremo superior de la escala del ser, y la Sombra en el inferior"(Doctrina Secreta, I, 285-2, Ibid.-285.). Él, el Vigilante, es nuestro Padre en el cielo, y "Yo y mi Padre somos uno". Nosotros somos las sombras en nuestras personalidades, y la imagen -el Hijo del Padre- en nuestras individualidades. Las innumerables sombras son lanzadas por el Rayo, y son las perlas enzarzadas en el hilo de Vida. Las sombras ejecutan su labor en los planos inferiores, y son impulsadas por la Monada por medio de su Imagen o Rayo, al principio tan débilmente que su influencia apenas es perceptible, pero mas adelante con un poder siempre creciente. "El hilo entre el Silencioso Vigilante y sus Sombras se hace más resistente y radiante con cada cambio".