martes, 29 de mayo de 2018

La Genealogía Espiritual, PRIMERA CONFERENCIA, Parte VI


La Genealogía Espiritual
      PRIMERA CONFERENCIA     
                                Parte VI        
 Tomado del libro: “La Genealogia del Hombre.”
De Annie Besant

Una vez expuestos los amplios contornos de las Jerarquías y del Campo, podemos volver al estudio de la cuarta Jerarquía, la de las Monadas Humanas, aquellas que han de convertirse en "Hombres" durante la Cadena planetaria terrestre.
Esta Cadena es la cuarta,
la Cadena de la lucha,
del equilibrio,
la Cadena en la cual el Espíritu y la Materia se entremezclan y confunden, de modo que lo mas elevado y lo mas inferior,
los dos polos de la naturaleza se unen y forman un ser complejo,
el Hombre: el Hombre que es el punto de partida para una evolución más elevada. Por lo demás, estas Monadas se hallan al presente en el cuarto Globo, el Globo D, el cual es nuestra tierra, el Globo de lucha y de equilibrio, el Globo típico de esta Cadena, hallándose colocado con respecto a los demás Globos, en la misma situación que esta Cadena esta colocada con respecto a las demás Cadenas. Las Monadas se hallan, pues, en el mismo centro de la lucha, en el punto mas recio y culminante del combate y de las mayores dificultades, se hallan verdaderamente en el Kuruskshetra planetario. Aquí, en el cuarto Globo de la cuarta Cadena, deben tener lugar los mas grandes conflictos entre el Espíritu y la Materia, para concluir al fin con el triunfo del Espíritu.
He  empleado la  palabra "Monada Humana". Permítaseme definir lo que se quiere dar a entender en ocultismo por la palabra "Hombre".
El "Hombre" es aquel ser en el universo, en cualquier punto del universo en donde se halle, en quien el mas elevado Espíritu y la Materia mas inferior y grosera se han unido por medio de la Inteligencia, constituyendo así un Dios manifestado, que, a través del ilimitado futuro que tiene ante sí, vencerá al fin todos los obstáculos que se le presenten.
El "Hombre" no es necesariamente la forma que al presente veis, puesto que puede tener un millón de formas.
El "Hombre" significa aquel ser en quien el Espíritu y la Materia se han dado la mano, en quien ambos se han puesto de acuerdo, o se están poniendo de acuerdo, se están equilibrando, en quien al fin el Espíritu ha vencido o vencerá a la Materia.
En los escritos ocultos se emplea la palabra "Hombre" para describir a todos aquellos seres en quienes concurren estas condiciones. Esta palabra no está  simplemente limitada a nosotros, que solo somos una pequeña raza de la gran Jerarquía humana.
Para demostrar la posición que el "Hombre" ocupa en la evolución, y que esta posición es la intermedia que acabo de describir, H. P. B. ha dicho que cada ser en este universo ha pasado, o debe pasar por el reino humano; si se halla más allá del mismo, debe haber pasado por él; si no lo ha alcanzado, tendrá que pasar por él en lo futuro. Este paso del ser a través del reino humano no está limitado a este globo ni a esta raza. El "Hombre" es el campo de batalla entre la Materia y el Espíritu, y cada ser debe, como Yudhishthira, tener su Kuruskshetra y vencer, antes de que pueda entrar en su reino divino. Tal es el "Hombre". La Monada es el Espíritu divino, el polo superior del hombre, nacida del Mismo Ishvara, o mas bien, nacida dentro de Él como un centro en Su vida, "una porción de El Mismo". Levanta tu cabeza, Oh Lanu; ¿ves tú una o innumerables luces brillando en el oscuro y estrellado cielo de media noche? "Yo percibo una Llama, oh Gurudeva;  veo  innumerables  e  inseparables  chispas  brillando  en  ella"  (Catecismo Oculto, citado en la Doctrina Secreta, I, 145.).  La  Llama es lshvara  en  Su manifestación como el Primer LOGOS; las inseparables chispas son las Monadas humanas y otras.
Para manifestarse la voluntad de Ishvara obra sobre estas porciones de Si mismo, inseparables de Él, y esta voluntad las dirige hacia el mundo de materia,
y así pasan al Segundo LOGOS y viven en El, los Hijos del Padre.
Del Tercer LOGOS reciben el impulso que da a cada una de ellas una "individualidad espiritual", el confuso sentimiento de la separatividad.
Así entran en las corrientes en que el Tres se divide en Siete, tomando cada grupo el color especial del Logos Planetario del cual procede, y entonces los siete colores se entremezclan en un maravilloso haz de brillantes luces -la primera gran danza coral celeste, el Rasalita solar- hasta que en cada Logos Planetario se perciben los siete rayos de color, un séxtuple esplendor, dominando en cada uno de ellos Su color peculiar, el cual presta su matiz a todos los rayos que con él se hallan entremezclados. De aquí que se diga que "cada hombre nace bajo la influencia de un planeta", puesto que en cada Globo de cada Cadena Planetaria aparecen los siete grupos de Monadas, presentando cada uno de ellos el peculiar color de su "Estrella Padre".
La Monada no está todavía pronta para emprender su largo peregrinaje, pues su atención no está dirigida al exterior, y los tres aspectos de su naturaleza, que son las reproducciones de los tres aspectos de Ishvara, dormitan en ella, y no son dirigidos hacia el universo. Pero luego estos aspectos principian a despertarse en ella por medio de las Órdenes Creadoras.
De la primera Jerarquía Creadora procede el impulso de vida que despierta la Voluntad, el aspecto atmico; de la segunda se deriva el impulso que de una manera parecida despierta la Sabiduría, el aspecto búddhico; y de la tercera se origina el impulso que despierta la Actividad, el aspecto manásico. Habiendo de esta suerte sido despertada su atención hacia lo externo, la Monada esta pronta para su descenso.
Una vez franqueadas estas etapas preparatorias, la gran hueste de las Monadas que deben alcanzar la condición humana, han alcanzado su punto de residencia, en donde moraran durante edades innumerables. Esta Monadas son la cuarta Jerarquía Creadora, pronta para su larga peregrinación. Cada una de ellas es "un
Dhyan Chohan individual distinto de los demás"(Doctrina Secreta, I, 285.), pero son demasiado sutiles, demasiado elevados en su naturaleza para poder entrar en el quíntuple universo, el universo de la más grosera materia. Sin embargo, deben agenciarse un vehículo a fin de que sus poderes divinos puedan manifestarse en los mundos que tienen ante sí, por cuyo motivo, y así como las poderosas vibraciones del Sol lanzan materia en las vibraciones que llamamos sus rayos, de la propia suerte hace la Monada vibrar la atómica materia de los planos átmico, buddhico y manásico que la rodean, del mismo modo que el éter del espacio rodea al Sol, y de este modo se construye un Rayo triple, como triple es su naturaleza. La Monada es ayudada en esta tarea por la quinta y sexta Jerarquías Creadoras, las cuales han pasado antes por experiencias similares. La quinta Jerarquía dirige la oleada vibratoria desde el aspecto Voluntad hacia el átomo atmico, y el átomo atmico, vibrando como el aspecto Voluntad, es llamado Atma.
La sexta Jerarquía dirige la oleada vibratoria desde el aspecto Sabiduría hacia el Átomo buddhico, y el átomo buddhico, vibrando como el aspecto Sabiduría, es llamado Buddhi. Además, la sexta Jerarquía dirige también la oleada vibratoria del aspecto Actividad hacia el átomo manasico, y el átomo manasico, vibrando como el aspecto Actividad, es llamado Manas. Así, Atma-Buddhi-Manas, es Mo- nada en el mundo de la manifestación, el Rayo de la verdadera Monada, se forma mas allá del quíntuple universo.
Aquí yace el misterio del Vigilante, del Espectador, del inactivo Atma, que mora constantemente en su triple naturaleza en su propio plano, y vive en el mundo de los mortales por medio de su rayo, el cual anima sus sombras, las pasajeras vidas terrestres. En las Stanzas de Dzyan esta escrito: "Dijo la Llama a la Chispa: Tu eres yo misma, mi Imagen y mi Sombra. Yo me he revestido de ti, y tu eres mi vahan (vehículo), hasta el día, sea con nosotros, en que tu volverás a ser yo misma y otras, tú misma y yo" (Doctrina Secreta, I, 286). La Llama, la Monada, extiende el hilo de Vida, el triple hilo tejido de su propia naturaleza, y en este el Sutratma, "el Alma Hilo", son enzarzadas todas las encarnaciones, las sombras. "El Vigilante y sus Sombras -siendo estas últimas tantas como reencarnaciones tiene la Monada- son uno. El Vigilante, o el Prototipo Divino, se halla en el extremo superior de la escala del ser, y la Sombra en el inferior"(Doctrina Secreta, I, 285-2, Ibid.-285.). Él, el Vigilante, es nuestro Padre en el cielo, y "Yo y mi Padre somos uno". Nosotros somos las sombras en nuestras personalidades, y la imagen -el Hijo del Padre- en nuestras individualidades. Las innumerables sombras son lanzadas por el Rayo, y son las perlas enzarzadas en el hilo de Vida. Las sombras ejecutan su labor en los planos inferiores, y son impulsadas por la Monada por medio de su Imagen o Rayo, al principio tan débilmente que su influencia apenas es perceptible, pero mas adelante con un poder siempre creciente. "El hilo entre el Silencioso Vigilante y sus Sombras se hace más resistente y radiante con cada cambio".

No hay comentarios.:

Publicar un comentario