La Genealogía Espiritual
PRIMERA CONFERENCIA
Parte VIII
Tomado del libro: “La Genealogia del Hombre.”
De Annie Besant
Cuando las Monadas ex-lunares de la primera clase del
Grupo segundo -las más desarrolladas- llegan al Globo A de la Cadena terrestre,
pasan rápidamente a través de las formas -preparadas por los Pitris Barhishads-
de los seis reinos inferiores, y alcanzan la etapa más inferior del reino
humano.
Dichas Monadas
repiten este proceso en los Globos B, C, D, E, F y G, pasando por una etapa humana en cada Globo, hasta que en el Globo G
completan las siete etapas humanas y de esta suerte han pasado a través de
todas las cuarenta y nueve etapas -siete en cada uno de los, siete reinos- que
constituyen una Ronda.
Debo advertiros
que "humano" no significa aquí nada semejante a lo "humano"
que conocemos. Hasta que las Monadas llegan al Globo D de la Ronda no hallan
ninguna forma física humana.
Las Monadas ex-lunares
de la segunda clase siguen a las de la clase primera, pero viajan con menos
rapidez que sus predecesoras, de modo que al fin de la Ronda solo han
completado el reino animal y han tocado los bordes del humano; solo en la
próxima Ronda completaran las siete etapas del reino humano.
Las Monadas exlunares
de la tercera clase siguen a las de la clase segunda, pero se quedan algo mas
atrás que estas, pues solo están prontas para pasar desde el reino vegetal al
animal a la conclusión de la primera Ronda, al paso que las de la cuarta clase
solo están prontas para salir del reino mineral.
Las restantes tres clases que constituyen el Grupo
tercero de las Monadas exlunares, se hallan respectivamente en los bordes del
reino mineral la primera de dichas clases, en el más elevado reino elemental la
clase segunda, y en el reino elemental medio la tercera clase, a la conclusión
de la primera Ronda.
Por
consiguiente,
la clase primera
ha pasado a través de cuarenta y nueve etapas;
la clase segunda
por cuarenta y dos etapas;
la clase tercera
por treinta y cinco;
la clase cuarta
por veintiocho;
la clase quinta
por veintiuna;
la clase sexta
por catorce; y
la clase séptima
por siete.
O, tomando a
esta última clase como a unidad, la clase primera ha viajado siete veces más
rápidamente; la segunda clase seis veces; la tercera clase cinco veces; la
cuarta clase cuatro veces; la quinta clase tres veces; y la sexta clase dos veces.
Debe tenerse en
cuenta que en la primera Ronda solo se hallan en el Globo A los arquetipos del
reino mineral, y que el tipo más denso de materia que se desarrolla en esta
Ronda, solo es alcanzado en el reino mineral en el Globo D, existiendo solo
como gérmenes mentales, los más elevados tipos vegetales, animales y humanos.
En la segunda Ronda, solo las Monadas exlunares de la primera clase entraron en el reino humano vigorizando los gérmenes en los
cuales moraron; las de la segunda clase alcanzaron el reino humano y
adquirieron una etapa de progreso en cada Globo, completando las siete etapas
en el Globo G; la tercera clase llego al reino humano en esta segunda Ronda,
mientras que la cuarta clase completo el reino vegetal y estuvo pronta para el
animal.
En la tercera
Ronda, las Monadas exlunares de la primera y segunda clase trabajaron todavía
en el desenvolvimiento de los gérmenes
de la humanidad, mientras que la tercera clase recorrió las siete etapas del
reino humano en esta Ronda, y la cuarta clase alcanzo justamente las fronteras
de este mismo reino, pasando así al reino humano al principio de la cuarta
Ronda.
Mientras tanto,
las tres restantes clases más atrasadas subían lentamente su camino, de modo
que en la cuarta Ronda todas habían pasado más
allá de los reinos elementales, y al presente son las Monadas que animan a
los animales, vegetales y minerales; pero no alcanzaran el reino humano en esta
Cadena, debido a que la naturaleza no produce ya en ella formas humanas de un
tipo suficientemente inferior para su humanización.
Frecuentemente se llama a la cuarta Ronda, la ronda
humana, debido a que al principio de la misma aparecen en el Globo A los arquetipos
de cada Raza Raíz; pero en realidad es la Ronda en la que el mineral alcanza su
perfección; esto es, el punto de su mayor dureza y densidad.
Cuando las
primeras Monadas en evolución llegaron al Globo D en la cuarta Ronda, estaban
prontas para desarrollar al hombre según un muy elevado tipo, y el Chhaya de
los Pitris Barhishad fue entonces la forma a la que el átomo fisico permanente
se unió, siendo el Chhaya de materia etérea.
El Aiteraya
Brahmaya esboza en cortas frases esta larga evolución, este paso de las Monadas
a través de los reinos mineral, vegetal y animal, para culminar en el reino
humano. Dice: "En las
hierbas y árboles se percibe la vida; en los seres que alientan y respiran se
percibe la inteligencia, y en ellos el Yo esta mas manifestado. En estos
últimos se percibe también la vida, mas la inteligencia no se percibe en los
primeros. En el hombre el Yo esta mas manifiesto, esta dotado de un mayor
conocimiento. El hombre habla de aquello que sabe; ve aquello que conoce; sabe
lo que ocurrió ayer; conoce lo visible y lo invisible; por medio de lo mortal
aspira a lo inmortal. De esta suerte esta dotado el hombre” (Aitareyaranyaka,
II, Ill. 2.).
Acerca de este punto se lee en el
comentario de Sayana: "En lo inconsciente, la tierra, las piedras, etc., solo Sat
esta manifestado, y el Atma no ha alcanzado todavía la forma de Jiva.
Los Jivas inmóviles, esto es, las hierbas y los árboles, así como los móviles
que poseen Prana como aliento, ambos son etapas de manifestación en un grado
mas elevado".
Las Monadas más avanzadas cobijan entonces las formas
embrionarias de la primera Raza Raíz, y dirigen el desenvolvimiento de los fetos humanos en
la matriz del tiempo. Sus Rayos vivifican las envolturas de materia que las
envuelve y les construyen órganos apropiados que les permiten comunicarse con
el mundo exterior. El sentido auditivo
es el primero que debe ser desarrollado, el cual en lo futuro responderá al
grado de vibraciones conocido como sonido. Despierta en su propio plano, la conciencia monádica responde confusamente, muy confusamente a través
de la materia que la envuelve, de suerte que las formas son casi insensibles.
En el plano fisico, estas formas sienten la presencia del fuego, el primer contacto
al que la conciencia responde allí por medio de las primitivas formas.
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