lunes, 13 de junio de 2016

KARMA, parte 2 libro de Annie Besant

GENERACION  DE LAS
FORMAS MENTALES

CAPITULO  4

Estamos ahora dispuestos a comprender s claramente las palabras del Maestro. Al actuar la mente en el plano mental inferior genera imágenes o formas mentales, llamadas también formas de pensamiento. Se ha dicho con sumo acierto que la imaginación es la facultad creadora de la mente, y así es en un sentido mucho s literal del que se figuran los que emplean dicha palabra. La aptitud de producir imágenes es la facultad característica de la mente, y las palabras no son más que toscos intentos de representar o expresar un cuadro mental. Una idea, una imagen mental, es en muchos casos algo muy complicado cuya expresión verbal requiere toda una frase; y así, la palabra expresiva de una idea sólo concierne a un incidente en ella notable sin expresar completamente toda la idea. Por ejemplo, la palabra "triángulo" evoca en la mente de quien la oye  una  figura  geométrica  cuya  definición  o  desarrollo  verbal requiere otras palabras para expresar el contenido total de la idea de triángulo. Pensamos en símbolos y trabajosa e imperfectamente los expresamos en palabras. Cuando una mente se comunica en derechura con otra mentelexpresióeperfecta  y  transciende  las  palabras,  y  aun  en  la  transmisión  de pensamientos limitados no se pronuncian palabras sino que se emiten ideas. El orador expresa con palabras todo cuanto puede de sus imágenes mentales, que se reproducen en la mente de quienes lo escuchan. La mente se vale de ideas, no de palabras y la mitad de los debates y controversias que degeneran en disputa, provienen de que los polemistas atribuyen diferentes ideas a las mismas palabras o emplean distintas palabras para expresar las mismas ideas.
Una forma de pensamiento es una imagen mental que con materia mental forja el ego por medio de la mente y pone en vibración el ambiente mental.   
Estas vibraciones descienden al plano astral donde se transmutan en colores y sonidos que atraen a los elementales sintonizados con las respectivas vibraciones.
Porque todos los elementales, como las des entidades del universo, pertenecen a uno u otro de los siete Rayos o Hijos primordiales de la Luz. La Luz Blanca dimanante del Tercer Logos o manifestación de la  Mente Divina, se descompone en siete Rayos, simbolizados apocalípticamente en "los siete Espíritus que están delante del trono" y cada uno de estos siete Rayos se subdivide en siete subrayos y así sucesivamente en seriadas sub divisiones.
De aquí que entre las innumerables diferenciaciones constitutivas del universo, haya elementales pertenecientes a las varias subdivisiones, que se comunican en un lenguaje basado en su color correspondiente. Tal es la razón de que se haya reservado tan celosamente el oculto significado de los colores, los sonidos y los números (pues los números subyacen en el sonido y el color) ya qupomedidelloeposibldominar  a  loelementales.
EMaestrKHdicmuy claramente acerca del lenguaje de los colores: ¿Cómo podréis comprender, cómo dominar a esas semiinteligentes entidades que no se comunican con nosotros por medio de palabras sino con sonidos y colores correspondientes a las mutuas vibraciones? Porque el sonido, la luz y el color son los principales factores de los grados de inteligencia de esos seres de quienes no tenéis idea ni en los que se os consiente creer, pues ateos y cristianos, materialistas y espiritualistas arguyen cadcual  a  smodcontrsemejante  creencia,  y  los  cientistas la tildan enérgicamente de degradante superstición.
Cuantos hayan estudiado la historia antigua recordarán que de cuando en cuando se encuentran obscuras alusiones al lenguaje de los colores, y que en Egipto se escribían en colores los manuscritos sagrados y se castigaba con pena de muerte cualquier error de copia. Pero no quiero dejarme seducir por esta fascinadora digresión. Nos contraemos a la circunstancia de que con los elementales nos relacionamos por medio de sonidos y colores que son para ellos tan inteligibles como las palabras para los hombres. El matiz del color fonético depende del motivo generador de la forma de pensamiento. Si el motivo es puro, amoroso y benéfico, la forma de pensamiento atraerá a un elemental sintonizado con su color fonético, quien se  infundirá elforma  y  será  salmaconstituyendasí  eemundastraunentidad independiente de carácter puro, amoroso y benéfico, por el contrario, si el motivo es impuro, hostil  y  maléfico,  la  formdpensamientatraerá  a  uelementasintonizadcoscolor fonético y se infundirá en la forma y será su alma, constituyendo así en el mundo astral una entidad independiente de carácter maléfico.  Por ejemplo, un pensamiento iracundo producirá una forma de color de fuego que atrae a los elementales de la ira y uno de ellos se infunde en la forma y la convierte en una entidad iracunda con actuación independiente.

Los hombres están hablando dcontinusidarscuenteestlenguajdcolores  fonéticos  y  atraen  enjambres  de elementales que se aposentan en las formas de pensamiento, de suerte que cada cual puebla su ambiente con los engendros de sus fantasías, deseos, impulsos y pasiones. Ángeles y demonios de nuestra propia creación nos rodean  y son causa de dicha o infortunio para nosotros y para los demás.  Son  una  hueste  kármica. 

Los  clarividentes  perciben  los  relampagueantes colores de continuo cambiantes en el aura de cada individuo, de modo que todo pensamiento y toda emoción son visibles para la vista astral. Los que poseen un mayor grado de clarividencia pueden ver también las formas de pensamiento y los efectos producidos por los relámpagos de colores en las huestes de elementales.


ACTIVIDAD DE LAS FORMAS DE PENSAMIENTO

CAPITULO  5

La duración de estas animadas formas de pensamiento depende en primer lugar de la energía que les haya comunicado su creador, de su intensidad inicial, y en segundo lugar del alimento que se les proporciona al reiterar el pensamiento su progenitor o cualquier otro individuo, por lo que si la reiteración es muy frecuente, se vigoriza la forma hasta el punto de estabilizarse en el mundo astral.
Las formas de pensamiento de análoga índole se atraen mutuamente y constituyen por aglomeración una forma de extraordinaria energía e intensidad.
Las formas de pensamiento están ligadas con su creador por una especie de lazo magnético, de suerte que reaccionan sobre él, y cuando la repetición del pensamiento las vigoriza, determinan un definido bito mental a manera de molde en que fácilmente se vierta el pensamiento. Si es de índole elevada, beneficiará a su   creador,   aunque   la   mayoría   impiden   por   lo   siniestros   el   desenvolvimiento   mental.
Consideremos la formación del hábito porque demuestra en miniatura la operación del karma y nos ayuda a comprenderla. Supongamos una mente virgen, sin pasada actividad, capaz de actuar libre y espontáneamente. Si engendra una forma de pensamiento y la reitera multitud de veces, se habituará a tal pensamiento de modo que en él aplique todas sus energías sin acción selectiva de la voluntad.  Supongamos además que el ego nota que aquel hábito mental es un obstáculo para su progreso, y se propone vencerlo. Sólo podrá lograrlo invirtiendo el procedimiento, esto es, por la renovada espontánea acción de la mente dirigida a deshacer lo hecho, a eliminar el contraído hábito que impide el adelanto del ego. Aquí tenemos idealmente representado un mínimo ciclo kármico, rápidamente recorrido. La mente libre contrae un bito que la limita; pero dentro de esta limitación conserva su libertad y puede actuar desde su interior contra el adquirido hábito hasta eliminarlo. Desde luego que no somos inicialmente libres, pues venimos al mundo cargados con las cadenas que nos forjamos en vidas anteriores; pero el proceso relativo a cada cadena, a cada hábito contraído, es el mismo que indicado queda en el ciclo puesto por ejemplo. La mente forja la cadena, la soporta y al propio tiempo puede limarla (Desde luego se comprende que siempre que la autora habla de la mente, se refiere a la "conciencia mental" o personal, constituida por la mayor cantidad  calidad  de  los  pensamientos  acumulados,  cual  conciencia contrae los hábitos y los elimina, forja y lima las cadenas simbólicas, es el actor y la mente es un instrumento de acción.).

El creador de una forma de pensamiento puede dirigirla a determinado individuo para favorecerlo o perjudicarlo, según la índole del elemental que la anima. No es ficción poética, sino positiva realidad, que los buenos deseos, las oraciones y los pensamientos amorosos benefician a quienes se envían, pues forman una hueste protectora que los circunda y defiende de peligrosas influencias.

No sólo genera y emite el hombre sus propias formas de pensamiento sino que como un imán atrae las de otros individuoscotaquseadlmisma índole que las suyas. Así puede atraer poderosos refuerzos de energía a él externa y de él depende que esta energía sea positiva o negativa. Si los pensamientos son puros y nobles atraerán huestes de entidades benéficas, y así se explica que a veces se vea capaz de realizar lo que en verdad le parece superior a sus fuerzas.  Análogamente, los pensamientos bajos, siniestros y viles atraen huestes de entidades maléficas, y así se explica que un hombre cometa crímenes de que al punto se arrepiente creído de que algún demonio le ha tentado.
Los elementales que animan las formas de pensamiento, buenas o malas, flotantes en el ambiente astromental, se enlazan con el elemental del deseo del cuerpo astral del hombre y con los que animan sus propias formas de pensamiento, con tal que todas sean de la misma índole, pues los elementales de índole contraria se repelen, de suerte que el hombre de nobles y elevados pensamientos y virtuosas emociones formará un aura contra la cual se estrellen como en un broquel toda clase de siniestras influencias.
Hay otra clase de actividad elemental que produce amplios resultados, y por tanto no puede omitirse en este preliminar examen de las fuerzas que contribuyen a formar el karma. Lo mismo que las acabadas de mencionar, las formas de pensamiento pueblan el ambiente que reacciona sobre todo organismo sensitivo o nervioso que se ponga en contacto con ellas, aunque también pueden afectar a cualquier otro organismo. Los elementales son de temperamento gregario y se agrupan por clases, de suerte que cuando un individuo proyecta una forma de pensamiento atrae a cuantos elementales de su propia índole alcanza su intensidad y constituyen por aglomeración una entidad colectiva. Del carácter de estas entidades  colectivas  dependen  las  señaladas  características  de  las  familias,  poblaciones, comarcas, regiones y naciones, pues forman un ambiente astral en el que actúan los cuerpos astrales de los individuos pertenecientes a la respectiva familia, población, comarca, región o nación, y en  consecuencia tal ambiente colectivo modifica la actividad del individuo y limita hasta cierto punto la expresión de sus facultades.
Si a un individuo se le presenta a examen una nueva idea, sólo podrá verla a través de su ambiente familiar, vecinal, comarcal, regional o nacional,  y  es  fácil  que  la  vea  retorcidporefraccióeeambientePoltantohay limitaciones kármicas de suma importancia, que requieren ulterior consideración. La influencia de las entidades colectivas no se contrae al cuerpo astral de los individuos, sino que cuando son de siniestra y destructora índole actúan como focos de tremenda energía desintegradora que ocasiona en el plano físico estragos tales como los accidentes, tempestades, ciclones, huracanes, terremotos e inundaciones. También estos resultados kármicos requieren ulterior consideración.

FUNDAMENTO DEL KARMA

CAPITULO  6

Conocida la relación entre el hombre y los reinos elementales y considerada la creadora  energía de la mente que engendra las vidas formas de pensamiento, nos hallamos en disposición de comprender el fundamento del karma durante un ciclo de vida del ego, o sea el periodo que transcurre entre dos nacimientos y abarca por lo tanto una vida terrestre, una vida astral y una vida mental para volver de nuevo a la vida terrestre. Conviene advertir que durante un ciclo de vida, el ego permanece muchísimo s tiempo fuera del plano físico, de suerte que la verdadera vida del ego es la ultraterrena, y así vemos que no será posible comprender acertadamente las operacionedekarmsiestudiar  las  actividades  del  ego  fuera  del  plano  físico.  Dice  un Maestro: "Afirman los vedantinos que la vida terrena, por su inestabilidad y relativamente corta duración, es ilusoria, y que la vida real es la del ego en las esferas superiores" (Revista Lucifer. Octubre de 1892. Artículo: Vida y Muerte). Durante la vida terrena  se  manifiesta  s  directamente  la  actividad  del  ego  en  la  creaciódformade pensamiento por medio de la mente. El germen o embrión de estas formas es una imagen mental que se mantiene unida a la conciencia de su creador como una idea concebida, pero todavía no expresada. Esta imagen mental puede compararse a un molde estereotipado en la conciencia del ego, del que puede producir tantas copias o formas de pensamiento como quiera. La imagen mental  elestereotipia  y  laformadpensamiento son los ejemplares. La imagen es puro pensamiento. Las formas de pensamiento son astromentales. El ego lleva en su conciencia la imagen mental durante todo un ciclo de vida, y si al pasar por los planos astral y mental en el arco ascendentnpuedlimagesoportar la sutil atmósfera de uno u otro de ambos planos, prescinde temporáneamente de ella, y al volver a la tierra por el arco descendente, recoge la imagen en el punto donde la había dejado sin perder su conexión con ella; es decir, que la imagen mental puede permanecer largo tiempo aletargada y recobrar después su actividad. Cada impulso del ego y la influencia de las derivadas formas de pensamiento y de las entidades análogas acrecientan la energía y modifican la forma de la imagen mental, que evoluciona de conformidad con leyes definidas. La agregación de las imágenes mentales constituye el carácter del individuo, cuyo aspecto, externo es reflejo de lo interno; y así como las células orgánicas se modifican en el transcurso del proceso fisiológico, así también las imágenes que dan la tónica mental del individuo experimentan notables modificaciones. El estudio de la operación del karma arrojará mucha luz sobre estas modificaciones. De diversa índole puede ser una imagen mental, según el motivo de su creador. Puede ser pasional, ética o intelectual; pero sea cual sea su índole es una creación del ego y el fundamento del karma. Sin imagen mental no habría karma que enlazase un ciclo de vida con otro, y es indispensable el cuerpo mental para que haya karma individual. Los minerales, vegetales y animales no tienen karma individual porque carecen de manas (Está en ellos latente, en espera de actualización, el principio manásico, y es como si carecieran de él.). Consideremos ahora la imagen mental con relación a la forma de pensamiento en el plano astral y veamos cómo se produce esta forma. Las vibraciones de la imagen mental levantan vibraciones sintónicas en la materia astral, y como esta materia es s densa que la mental, constituye la forma o envoltura de la imagen mental, de modo qulas imágenes mentales creadas por el ego y adheridas inalienablemente a su conciencia, tienen su expresión astromental en las formas de pensamiento que constituyen el ambiente peculiar del ego, su propio mundo, de la propia suerte que las imágenes mentales del Logos tienen su expresión en el universo manifestado y así también, como aunque cesara la manifestación del universo, no se aniquilaría su imagen en la mente del Logos, así aunque se desvanezca por consunción la forma de pensamiento, permanece en la conciencia del ego la imagen mental. Conviene añadir que las vibraciones de la imagen mental no sólo provocan otras en la materia del plano astral, sino que repercuten en la materia indiferenciada, en el akasha, el inagotable depósito de todas las vibraciones mentales, emocionales y físicas, que allí se estereotipan como imágenes fijas y constituyen los anales akásicos, los simbólicos libros de los Lipikas, que puede leer todo el que según dice la Doctrina Secreta posee la visión del Dangma (Dangma equivale a vidente que ha alcanzado la suprema sabiduría.)
Una mente ejercitada puede proyectar en la materia astral las imágenes akásicas como por medio de la linterna mágica se proyecta una fotografía en una pantalla, de suerte que una escena del pasado puede reproducirse en toda su vivida realidad con los s leves por menores, pues en la materia akásica existe como perpetuo clisé que percibe y es capaz de reproducir el experto vidente. Esta incompleta descripción bastará para dar una débil, pero por de pronto suficiente idea del fundamento del karma. En el akasha se fija la imagen mental creada por el ego. De la imagen mental deriva la forma de pensamiento animada según queda dicho, que actúa en el mundo astral produciendo diversos efectos relacionados con la imagen mental y con el ego.
Cada uno de los efectos producidos por la forma de pensamiento puede compararse a un hilo de tela de araña, y el conjunto de los efectos a la tela tejida por la forma de pensamiento.
Además, cada efecto tiene su peculiar matiz, por el que puede conocerse de qué imagen mental procede y a qué ego pertenece. Así cabe tener alguna idea de cómo los Señores del karma o administradores de la ley kármica perciben al primer golpe de vista la completa responsabilidad del ego por la imagen mental que crea y su responsabilidad parcial por sus efectos ulteriores, que será mayor o menor según entren o no otros hilos kármicos en la determinación de los efectos.
También podemos comprender por qué el motivo desempeña parte tan importante en la operación del karma; por qué las acciones esn subordinadas a su generadora energía; y por qué el karma opera en cada plano de conformidad con su índole, y sin embargo enlaza todos los planos con un hilo sin soluciódcontinuidadCuandloluminosoconceptodlReligión  de  la  Sabiduría derraman su luz sobre el mundo y disipan las tinieblas, dejando ver la absoluta justicia que obra bajo las aparentes incongruencias, desigualdades y accidentes de la vida, no es extraño que nuestro corazón se dirija con inefable gratitud a los excelsos seres que mantienen la antorcha de la Verdad y nos libran de la tensión que estaba a punto de estallar, de la congoja con que presenciábamos males al parecer irremediables y nos movían a dudar de la justicia y del amor.
¡No estás condenado ! Dulce es el Alma de las cosas, y descanso celestial el corazón del Ser. Más fuerte que el infortunio es la voluntad. Lo bueno se transmuta en mejor y lo mejor en óptimo. Tal es la Ley que obra rectamente y nadie puede detener ni desviar. Su corazón es Amor. Su fin es paz y plenitud. ¡Obedeced!.  

Para mayor claridad trazaremos un diagrama del triple resultado de la actividad del ego que crea el karma fundamental. Así tendremos durante un ciclo de vida.


KARMA





EL HOMBRE
CREA EN EL
PLANO
MATERIA
CONSTITUYENTE
RESULTADO

ESPIRITUAL

AKASHA
IMÁGENES AKASHICAS QUE FORMAN EL REGISTRO KARMICO

MENTAL
INFERIOR


MENTAL
IMÁGENES MENTALES QUE PERMANECEN EN LA CONCIENCIA DE SU CREADOR

ASTRAL

ASTRAL
 IMÁGENES ASTRO MENTALES, ENTIDADES ACTIVAS EN EL PLANO ASTRAL



El resultado de todo ello son las tendencias, aptitudes, actividades, oportunidades, ambiente, etc, principalmente en futuros ciclos de vida, de conformidad con definidas leyes.

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