LA
VOLUNTAD Y EL DESEO
La voluntad es posesión
exclusiva del hombre en este nuestro plano de conciencia. Lo divide del bruto
en el que sólo está activo el deseo instintivo.
El deseo, en su aplicación más
amplia, es la fuerza creativa en el Universo. En este sentido es indistinguible
de la Voluntad: pero nosotros los hombres nunca conoceremos el deseo bajo esta
forma mientras sólo permanezcamos como hombres. Por consiguiente, la Voluntad y
el Deseo son considerados aquí como opuestos.
Es así como la Voluntad es la
progenie de lo Divino, del Dios en el hombre, el Deseo es la fuerza motriz de
la vida animal.
La mayoría de los hombres viven
en y por el deseo, confundiéndolo con la voluntad. Pero aquél que quiera lograr
la realización, deberá separar la voluntad del deseo, y hacer de su voluntad el
gobernante, ya que el deseo es inestable y, siempre está cambiando mientras que
la voluntad es firme y constante.
Tanto la voluntad como el deseo
son creadores absolutos. que forman
al hombre mismo y, las circunstancias que lo rodean. Pero la voluntad crea
inteligentemente –mientras que el deseo ciega e inconscientemente. Por lo
tanto, el hombre se hace a sí mismo a la imagen de sus deseos, a menos que se
cree a sí mismo a la semejanza de lo Divino. a través de su voluntad, la hija
de la luz.
Su tarea es doble: despertar la
voluntad, reforzándola por el uso y la conquista, para hacerla regidora
absoluta dentro del cuerpo: y en paralelo a esto, purificar el deseo. El
conocimiento y la voluntad son las dos herramientas para el logro de esta
purificación.
Blavatsky
(Will and Desire, Lucifer, oct. 1887)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario