LA NATURALEZA DEL ESTUDIO
Sidney A. Cook
Las reacciones a
los cursos de estudio reflejan las diferencias en los estudiantes y maestros.
Un curso de
estudio en particular trae entusiasmados informes de noches llenas de profundo
interés con la instrucción,
buena asistencia,
y un deseo de seguir las clases semana tras semana.
El mismo curso
también trae comentarios secos y desinteresados. ¿Qué
causa esa diferencia?
Las páginas de
estudio, las referencias, la división por materias, y las sugerencias para
presentar trabajos en la clase son idénticas. Sin embargo, un estudiante las
halla muy buenas, y el otro nada encuentra.
Claramente, la
diferencia no está en el curso, sino en los estudiantes y el maestro.
-Un grupo prueba
que el curso tiene cosas buenas, valiosas y de interés.
-El otro, apenas
las encuentra. Estos hechos nos llevan a la consideración de la naturaleza del
estudio. Evidentemente, estudiar no es simplemente leer; y claramente, tampoco
es solamente escuchar, pues ambos grupos leen y escuchan.
La clave es la diferencia en el trabajo que se realiza. El
trabajo ocurre a costa de las propias energías de uno, es un gasto de esfuerzo
con vistas a lograr ciertos resultados. La diferencia en el efecto de este curso
y la reacción del grupo es, por lo tanto, atribuible a la diferencia en el
cabal esfuerzo que realizan los maestros y los estudiantes —probablemente
ambos— porque los estudiantes y los maestros tienen que apoyarse mutuamente.
Ambos deben trabajar juntos, ambos tienen que dar de sí mismos, de su propio
esfuerzo.
Estudiar no es meramente leer. Estudiar es adentrarse en algo, es la búsqueda, la comparación, el esfuerzo
no sólo para comprender, sino para comprender un poco más. Porque leer y
comprender —e incluso reflexionar y entender— no constituyen estudio. Estudiar es leer, reflexionar, comprender, y
descubrir —descubrir algo nuevo a través del propio pensamiento profundo, y
probablemente más allá de lo que subyace tras las palabras que se leen. No
hay resultados que puedan compararse a los que obtiene el estudiante teosófica
que trabaja.
Un curso de
estudio, una lección, es ir más allá del punto que se trata.
Cada estudiante
debe sacar sus propias conclusiones a partir de sus propios pensamientos.
Deben buscar y
descubrir a través de su propio esfuerzo —búsqueda y descubrimiento.
Si
hacen esto, tanto los estudiantes como los maestros encontrarán cualquier curso
teosófico interesante, instructivo y alentador. Si fallan en lograrlo, no
habrá curso alguno, no importa cuán
bellamente se halla creado y presentado, que sea exitoso para ellos. Cualquier
clase a la cual cada estudiante aporte una sola idea nueva descubierta por sí
mismo a través de un honesto esfuerzo durante la lección, estará viva.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario