jueves, 16 de abril de 2015

LAS CARTAS DE LOS MAHATMAS. CARTA N°. 6

LAS CARTAS DE LOS MAHATMAS.
CARTA N°. 6
Carta del Mahatma K.H. a A. P. Sinnett.



Recibida en Allahabad, aproximadamente el 10 de diciembre de 1880.
No, usted no "escribe demasiado". Únicamente siento disponer de tan poco tiempo, lo que me impide contestarle tan pronto como quisiera. Desde luego, tengo que leer cada palabra que usted escribe: de otro modo, en menudo lío me metería. Y tanto que lo haga con mis ojos físicos o con mis ojos espirituales, el tiempo que necesito para hacerlo es prácticamente el mismo. Lo mismo podría decirse de mis contestaciones. Porque, tanto que "precipite", dicte, o escriba mis respuestas yo mismo, la diferencia en tiempo economizado es muy pequeña.

Tengo que pensar, tengo que fotografiar cada palabra y cada frase cuidadosamente en mi cerebro, antes de que pueda ser repetida por "precipitación". Del mismo modo que el fijar químicamente sobre unas superficies preparadas las imágenes formadas por la cámara requiere una preparación previa de enfoque del objeto que se ha de reproducir, porque de otro modo, tal como se observa a menudo en las malas fotografías, las piernas del que está sentado saldrían desproporcionadas respecto a la cabeza, etc., igualmente, nosotros hemos de arreglar nuestras frases e imprimir primero en nuestras mentes, antes de que esté a punto para ser leída cada carta que tenga que aparecer en el papel. Por ahora, es todo lo que puedo decirle.

Cuando la ciencia haya aprendido algo más sobre el misterio del litofil (o litobiblion) y de cómo las hojas se imprimen originalmente en las piedras, entonces podré hacerle comprender mejor el proceso. Pero usted debe saber y recordar una cosa: nosotros no hacemos más que seguir a la Naturaleza y copiarla fielmente en sus obras.

No, no es necesario seguir hablando del desgraciado asunto de "Un día con Madame Blavatsky". Resulta inútil, puesto que usted dice que no tienen ustedes derecho a machacar ni a pulverizar en el Pioneer a sus incivilizados y, a menudo, desvergonzados adversarios, ni siquiera en defensa propia, al ser contrarios sus propietarios a que se mencione el Ocultismo. Como son cristianos, ésto no debe extrañamos en absoluto. Seamos caritativos y confiemos que recibirán su propia recompensa: morir y convertirse en ángeles de luz y de Verdad; pobres seres alados del cielo cristiano.
Si usted no consigue reunir a unas cuantas personas y organizarlas de un modo o de otro, me temo que en la práctica le seré de poca ayuda. Mi querido amigo, yo también dependo de mis "propietarios". Por razones que ellos sabrán mejor que yo, están en contra de la idea de instruir a individuos por separado. Mantendré correspondencia con usted y, de vez en cuando, le daré pruebas de mi existencia y de mi presencia. Pero enseñarle o instruirle es una cuestión totalmente distinta. Por consiguiente, reunirse con su señora es inútil. Sus magnetismos son demasiado parecidos y no conseguirán ustedes nada.
Traduciré mi Ensayo y se lo mandaré tan pronto como pueda. Su idea de mantener correspondencia con sus amigos y correligionarios es lo mejor que puede hacer ahora. Pero no deje de escribir a Lord Lindsay.
Soy un poco "demasiado severo" con Hume, dice usted. ¿Lo soy? Confieso que la de él es también una naturaleza superiormente intelectual y espiritual. Pero, de los pies a la cabeza, él es el "Señor oráculo". Puede que ello se deba a la misma exuberancia de ese gran intelecto que busca salida a través de cada rendija, y que nunca pierde la oportunidad de aligerar la carga del cerebro, la cual se desborda en pensamientos. Encontrando en su tranquila vida diaria demasiado insulsa, un campo con sólo "Moggy" y Davison para sembrar en él, su intelecto rompe el dique y se desborda sobre todo acontecimiento imaginado, sobre todo posible, aunque improbable hecho que su imaginación pueda sugerirle, para interpretarlo a su propia manera y según su criterio. Y no me sorprende que un fabricante tan experto en mosaicos intelectuales como él, que descubre de repente la más fértil de las canteras, la más preciosa existencia de coloridos en esta idea de nuestra Fraternidad y de la Sociedad Teosofica, extraiga ingredientes de la misma para embadurnar con ellos nuestros rostros. Y colocándonos ante un espejo que nos refleja tal como él nos ve en su fértil imaginación, nos dice: "Ahora, viejas reliquias de un remoto Pasado, ¡contemplaros tal como realmente sois!". Un hombre excelente, realmente excelente, nuestro amigo el señor Hume, pero totalmente inepto para convertirse en adepto.

Al igual que usted, sólo que mucho menos todavía, él no parece darse cuenta de nuestro verdadero objetivo en la formación de una Rama Anglo-India. Las verdades y los misterios del Ocultismo constituyen, realmente, un conjunto de la mayor importancia espiritual, profundo y práctico a la vez para el mundo en general. Sin embargo, no se lo están dando a usted como simple añadido a la confusa cantidad de teorías y especulaciones del mundo científico, sino para su puesta en práctica en interés de la humanidad. Los términos "acientífico", "imposible", "alucinación", "impostor", se han utilizado hasta ahora de una manera anárquica y despreocupada, como involucrando en los fenómenos ocultos algo misterioso y anormal, o bien un engaño premeditado. Y por eso nuestros jefes decidieron proyectar más luz sobre el particular en unas cuantas mentes receptivas y demostrarles que semejantes manifestaciones están tan sujetas a la ley como los fenómenos más simples del universo físico.

Los pseudosabios dicen: "La edad de los milagros ha pasado", pero nosotros contestamos: "¡Nunca existió!". Aunque estos fenómenos, que no dejan de tener su paralelismo y su contrapartida en la historia universal, deben alcanzar y ALCANZARÁN una influencia irresistible en un mundo de escépticos y de fanáticos. Estos fenómenos tienen que mostrarse a la vez destructivos y constructivos: destructivos para los errores perniciosos del pasado, para las antiguas creencias y supersticiones que, al igual que la marihuana mexicana asfixian con su venenoso abrazo a casi toda la humanidad; pero constructivos de las nuevas instituciones para una genuina y práctica Fraternidad de la Humanidad, en la que todos se convertirán en colaboradores de la naturaleza, trabajarán para el bien del género humano con y a través de los Espíritus Planetarios superiores, los únicos "Espíritus" en los que creemos.

Elementos fenomenales nunca imaginados ni soñados pronto empezarán a manifestarse, día tras día, con creciente fuerza y, finalmente, se descubrirán los secretos de su misterioso modo de actuar. Platón tenía razón: (Para los párrafos omitidos de la Carta original del Maestro sobre este punto, véase la carta n° 93, esta carta en días proximos la pondremos aquí en el blog siguiendo el orden que tenemos)  las ideas gobiernan el mundo, y a medida que las mentes de los hombres reciban nuevas ideas dejando de lado las viejas e inútiles, el mundo avanzará; poderosas revoluciones surgirán de ellas; creencias e incluso poderes se desmoronarán ante su marcha arrolladora, aplastados por la fuerza irresistible. Será tan imposible resistir su empuje cuando llegue el momento, como querer detener el avance de la marea. Pero todo esto llegará gradualmente y antes de que llegue tenemos ante nosotros un deber que cumplir: el de barrer, tanto como sea posible, los desperdicios que nos dejaron nuestros piadosos antepasados.

Las nuevas ideas tienen que cultivarse en lugares limpios, porque estas ideas abarcan temas de máxima importancia. No son los fenómenos físicos, sino estas ideas universales lo que nosotros estudiamos, ya que, para comprender los primeros, primero hemos de comprender las últimas.

Ellas tratan de la verdadera posición del hombre en el universo, en relación con sus anteriores y posteriores nacimientos;
de su origen y
de su último destino;
de la relación de lo mortal con lo inmortal;
de lo temporal con lo eterno;
de lo finito con lo infinito;
ideas más grandes, más elevadas, más completas que reconocen el reino universal de la Ley Inmutable, que no cambia ni puede cambiarse, y en relación con lo cual sólo existe un ETERNO AHORA; mientras que, para los mortales no iniciados, el tiempo es pasado o futuro, según se relacione con su existencia finita en esta partícula de barro.
Esto es lo que estudiamos y lo que muchos ya han resuelto.

Y ahora le corresponde a usted decidir qué es lo que desea: la filosofía más elevada o una simple exhibición de poderes ocultos. Desde luego que esto no es, ni con mucho, la última palabra entre nosotros —y tendrá usted tiempo para meditarlo.

Los Jefes quieren que se establezca una "Hermandad de la Humanidad", el inicio de una verdadera Fraternidad Universal; una institución que se dé a conocer en todo el mundo y que llame la atención de las mentes más elevadas.

Le enviaré mi Ensayo. ¿Quiere usted ser mi colaborador y esperar pacientemente fenómenos menores? Creo que puedo imaginar su respuesta.
De todos modos, mientras la lámpara sagrada de la luz espiritual (por débil que sea) brille en usted, hay esperanza para usted —y también para mí. Sí; póngase a buscar nativos si no puede encontrar ingleses. Pero, ¿cree usted que el espíritu de persecución y su poder han desaparecido de esta era de las luces? El tiempo lo demostrará.

Mientras tanto, como soy humano, tengo que descansar. Llevo más de sesenta horas sin dormir.

Sinceramente suyo,
KOOT´ HOOMI



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