jueves, 18 de diciembre de 2014

LA TEOSOFÍA Y EL MATRIMONIO

LA CLAVE DE LA TEOSOFÍA

EXPOSICIÓN CLARA EN FORMA DE PREGUNTAS Y RESPUESTAS DE LA ÉTICA, CIENCIA Y FILOSOFÍA
PARA CUYO ESTUDIO HA SIDO FUNDADA LA SOCIEDAD TEOSÓFICA

Dedicada por H. P. B.
a todos sus discípulos
para que aprendan y puedan enseñar a su vez.

(Parte 56)

LA TEOSOFÍA Y EL MATRIMONIO
Otra pregunta deseo haceros. ¿El hombre debe casarse o permanecer soltero?
Esto depende de la clase de hombres a que os refiráis. Si se trata del que se propone vivir en el mundo; del que aun siendo un sincero teósofo, un trabajador celoso de nuestra causa, todavía está ligado al mundo por sus obligaciones y deseos; del que, en una palabra, siente que no ha concluido para siempre con lo que los hombres llaman vida, y sólo desea una cosa: conocer la verdad y ser capaz de ayudar a los demás, entonces digo que no hay motivo para que no se case si quiere correr los riesgos de esa lotería en la que salen tan pocos números premiados. Supongo que no nos creeréis absurdos y fanáticos hasta el punto de predicar también contra el matrimonio. Por el contrario, el matrimonio, salvo algunos casos excepcionales de ocultismo práctico, es el único remedio contra la inmoralidad.
Pero ¿por qué no han de poder adquirirse esos poderes y esa sabiduría en la vida matrimonial?

Comprenderéis que no podemos entrar en cuestiones fisiológicas; pero puedo contestaros de un modo satisfactorio, y que creo suficiente, el cual os explicará las razones morales que tenemos para ello. ¿Puede el hombre servir a dos amos? No. Por lo tanto, es imposible para él dividir su atención entre el Ocultismo y una mujer. Si lo intenta, no podrá seguramente hacer ambas cosas como es debido; y permitidme que os recuerde que el Ocultismo práctico es un estudio demasiado serio y peligroso para que lo emprenda un hombre si no obra con la mayor sinceridad y no está dispuesto a sacrificar todo, y a sí mismo ante todo, para alcanzar su objeto. Más esto no se aplica a los miembros de nuestra Sección Interna. Sólo me refiero a aquellos que están resueltos a caminar por el sendero del discipulado, que conduce a la meta más elevada. Muchos de los que entran en nuestra Sección Interna, si no todos, sólo son principiantes que se preparan en esta vida para entrar realmente en aquel sendero, en vidas futuras.


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