EL DOBLE ETÉRICO
(TOMADO DEL LIBRO:
EL HOMBRE Y SUS CUERPOS)
La ciencia física moderna afirma que todo cambio corporal, ya sea en los
músculos, en las células o en los nervios, está acompañado por una acción eléctrica,
y esto es probablemente la verdad hasta en los cambios químicos que constantemente
tienen lugar.
Dondequiera que concurra la
acción eléctrica, el éter tiene que estar presente, de modo que la presencia de la corriente implica la del éter, que
compenetra a todo y a todo envuelve; ninguna partícula de materia física se
halla en contacto con otra, sino que cada una flota en una atmósfera de éter.
Los científicos occidentales aseguran,
como hipótesis necesaria, lo que el discípulo práctico en la ciencia oriental
afirma como una observación que puede probarse, pues el éter es de hecho tan visible como una
silla o una mesa, sólo que se necesita para percibirlo una vista diferente de
la física.
Existe en cuatro estados distintos, el más
sutil de los cuales constituye los átomos físicos últimos -no el llamado átomo químico que es un cuerpo compuesto-;
últimos, porque cuando se les
desintegra producen materia astral (Véase la obra Química
oculta (este libro también lo
estudiaremos en un futuro próximo)).
El doble etéreo está compuesto de estos cuatro éteres que compenetran
los constituyentes sólido, líquido y gaseoso del cuerpo denso, encerrando a
cada partícula en una envoltura etérea, y presentando de este modo un duplicado
perfecto de la forma más densa.
Este doble etéreo es
perfectamente visible a la vista ejercitada, siendo su color de un
violado gris, grosero o delicado en su textura, según el cuerpo
denso sea grosero o fino.
Los cuatro éteres entran en él del mismo modo que los sólidos, líquidos
y gases entran en la composición del cuerpo denso, y pueden estar en
combinaciones más o menos groseras o finas, como sucede con los constituyentes
más densos; es importante
observar que el cuerpo denso y su doble etéreo varían juntos en su calidad,
de modo que a medida que el aspirante refina deliberada y conscientemente su cuerpo
denso, el doble etéreo sigue el mismo curso sin que aquél tenga
conciencia de ello y sin necesidad de nuevos esfuerzos (Mirando
los cuerpos inferiores del hombre con la vista astral, se ven el doble
etéreo (Linga Sharira) y el cuerpo astral (cuerpo kámico),
compenetrándose mutuamente, así como ambos compenetran el físico denso, lo cual
ha dado margen a alguna confusión usándose indistintamente los nombres de Linga
Sharira y cuerpo astral, al paso que este último se ha aplicado también al
cuerpo kámico o de deseos.
Esta
terminología indefinida ha ocasionado mucha perturbación, pues las funciones
del cuerpo kámico, llamado el cuerpo astral, se han tomado a menudo como las
funciones del doble etéreo, dominando también el cuerpo astral, y el estudiante
que no puede ver por sí mismo, ha sido ... metido en un embrollo desesperante
de contradicciones aparentes. Observaciones cuidadosas sobre la formación de estos
dos cuerpos nos permiten ahora afirmar de un modo definitivo, que el cuerpo
etéreo está compuesto solamente de los éteres físicos, y no puede, si es
repelido, dejar el plano físico o ir muy lejos de su copia densa; además está
construido con arreglo al molde suministrado por los señores del Karma, y el
Ego no lo trae consigo, sino que es esperado por él juntamente con el cuerpo
astral y kámico, el cuerpo de deseos se compone solamente de materia astral,
puede pasar al plano astral una vez libre del cuerpo físico, y es el vehículo
propio del Ego en aquel plano; es traído por el Ego cuando viene a la
encarnación. En estas circunstancias es mejor llamar al primero el doble
etéreo, y al segundo el cuerpo astral, para así evitar confusiones.)
Por medio del doble etéreo circula la vitalidad Prana
a lo largo de los nervios del cuerpo, los cuales pueden así actuar como los
transmisores de la fuerza motriz y de la sensibilidad a las masas externas.
Los poderes del pensamiento, del
movimiento y del sentimiento, no residen en la substancia nerviosa física o
etérea: son actividades del Ego obrando en sus cuerpos internos, y su expresión
en el plano físico se hace posible por el aliento de vida al correr a lo largo
de los hilos nerviosos y alrededor de las células nerviosas; pues Prana, el aliento de vida, es la energía
activa del yo, como Shri Shankaracharya nos ha enseñado.
La función del doble etéreo es servir de medio físico a esta energía, y
de aquí que se le mencione generalmente en nuestra literatura como el "vehículo de Prana".
Creemos muy útil observar que el doble etéreo es particularmente
sensible a los constituyentes volátiles del alcohol, algunos ácidos y la
anestesia.
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