domingo, 26 de octubre de 2014

LA CLAVE DE LA TEOSOFÍA (Parte 2)

LA CLAVE DE LA TEOSOFÍA

EXPOSICIÓN CLARA EN FORMA DE PREGUNTAS Y RESPUESTAS DE LA ÉTICA, CIENCIA Y FILOSOFÍA
PARA CUYO ESTUDIO HA SIDO FUNDADA LA SOCIEDAD TEOSÓFICA
Dedicada por H. P. B.
a todos sus discípulos
para que aprendan y puedan enseñar a su vez.

(Parte 2)

(En la medida de lo posible tratare de poner este extraordinario libro en el blog en formato de tabla, con el objetivo, como dice mas arriba la propia autora H.P.B. para que aprendamos mas teosofía y la vez poder explicarle al mundo este Cuerpo de Doctrina)

CÓMO PROCEDE LA SOCIEDAD TEOSÓFICA
Había en tiempos de Ammonio antiguas e importantes religiones, y sólo en Egipto y Palestina las sectas eran numerosas; ¿cómo pudo reconciliarlas entre sí?
Haciendo lo que nosotros tratamos de hacer ahora. Los Neoplatónicos formaban una corporación numerosa, y pertenecían a varias filosofías religiosas (El Judaísmo se estableció en Alejandría bajo Philadelphus, y los maestros helénicos se convirtieron desde entonces en peligrosos rivales del colegio de Rabinos de Babilonia. El autor del “Neoplatonismo” dice con mucha oportunidad: “Los sistemas Buddhista, Vedantino y Mágico se expusieron durante aquel período al mismo tiempo que las filosofías de Grecia. No era extraño que los hombres pensadores opinasen que la lucha de palabras debía cesar, y considerasen posible extraer de esas varias doctrinas un sistema armónico… Panteno, Athenagoras y Clemente fueron instruidos por completo en la filosofía Platónica, y comprendieron su unidad esencial con los sistemas orientales.”), como sucede a nuestros Teósofos. El judío Aristóbulo afirmaba en aquellos días que la ética de Aristóteles representaba las enseñanzas esotéricas de la Ley de Moisés; Philon Judæus se esforzaba en reconciliar el Pentateuco con la filosofía Pitagórica y Platónica; y Josefo probaba que los Esenios del Carmelo eran simplemente los copistas y discípulos de los Terapeutas Egipcios (los que curaban). Lo mismo ocurre en nuestros días. Podemos probar el origen de cada religión, así como de cada secta, hasta de la más insignificante. No son las últimas más que las ramas pequeñas nacidas de las mayores; pero unas y otras arrancan del mismo tronco, la RELIGIÓN de la Sabiduría.
Probar esto mismo fue el objeto de Ammonio, que intentó conseguir que Gentiles y Cristianos, Judíos e Idólatras, abandonasen sus luchas y disputas para acordarse únicamente de que todos estaban en posesión de la misma verdad, oculta bajo aspectos diferentes, y de que eran todos hijos de una madre común (Mosheim, hablando de Ammonio, dice: “Comprendiendo que no sólo los filósofos de Grecia, sino también todos los de las naciones bárbaras, estaban de perfecto acuerdo unos con otros respecto a cada punto esencial, se propuso exponer los principios de todas esas diferentes sectas, para demostrar que todas habían nacido de un mismo y único origen, y que tendían todas a un mismo y único fin.” Si el escritor que habla de Ammonio en la Enciclopedia de Edimburgo (Edimburgh Encyclopædia) conoce la materia que trata, describe en ese caso a los teósofos modernos, sus creencias y su obra, porque dice refiriéndose al Theodidaktos: “Adoptó las doctrinas admitidas en Egipto (las esotéricas eran las de la India), concernientes al Universo y a la Deidad, considerados como constituyendo un gran todo respecto a la eternidad del mundo… Estableció también un sistema de disciplina moral que permitía en general a las gentes vivir según las leyes de su país y los preceptos de la naturaleza, pero que exigía a los sabios la exaltación de su espíritu por medio de la contemplación.”. El mismo objeto persigue la Teosofía.
¿Cuáles son las fuentes que os autorizan a emitir ese juicio respecto a los teósofos de Alejandría?
Un número incalculable de escritores conocidos. Mosheim entre ellos, dice que: “Ammonio enseñó que la religión de las masas estaba relacionada con la filosofía, y que con ella fue corrompiéndose gradualmente y oscureciéndose por los conceptos, mentiras y supersticiones puramente humanos; que, por consiguiente, era necesario devolverle su pureza original, purificándola de esas escorias y basándola sobre principios filosóficos; que el objeto del Cristo era establecer y restaurar en su integridad primitiva la sabiduría de los antiguos; reducir el dominio de la superstición que prevalecía en el Universo; corregir por una parte, y por otra exterminar los diferentes errores que se habían introducido en las distintas religiones.”
Esto mismo es también lo que dicen los Teósofos modernos. La única diferencia consiste en que, mientras hallaba el gran Filaleteo apoyo y ayuda para su intento en dos Padres de la Iglesia, Clemente y Athenágoras; en todos los Rabinos ilustrados de la Sinagoga, en la Academia y en el bosque, mientras enseñaba una doctrina común para todos; nosotros, sus discípulos y continuadores, no somos reconocidos, sino, por el contrario, ultrajados y perseguidos. Así queda demostrado que las gentes eran más tolerantes hace 1.500 años que en este siglo de las luces.
¿No puede encontrarse la causa del apoyo que halló en la Iglesia, en el hecho de ser Ammonio Cristiano y haber enseñado el Cristianismo a pesar de sus herejías?
De ningún modo. Había nacido cristiano, pero jamás ha-bía aceptado el Cristianismo de la Iglesia. Dice el Dr. Wilder: “Sólo tuvo que exponer sus doctrinas, «según las antiguas columnas de Hermes», que tanto Platón como Pitágoras conocieron antes y con ellas constituyeron su filosofía”. Encontrando las mismas ideas en el prólogo del Evangelio de San Juan, supuso muy acertadamente que la intención de Jesús era la de restaurar la gran doctrina de la sabiduría en su integridad primitiva. Consideraba él que las narraciones de la Biblia y las historias de los dioses eran sólo alegorías explicativas de la verdad, o bien fábulas inaceptables.
Además, según la Edimburgh Encyclopædia: “reconocía (Ammonio) que Jesús era un hombre excelente y amigo de Dios”, pero declaraba que no se propuso abolir enteramente el culto de los demonios (dioses), y que su única intención era purificar la religión antigua.


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