UN DISCURSO NO PUBLICADO DE BUDDHA
(Se
encuentra en el Segundo Libro de Comentarios y está dirigido a los
Arhats.)
Dijo el Todo-Misericordioso:
Benditos son
ustedes, O Bhikshu-s, felices son
ustedes que han comprendido el misterio de Ser
y No-Ser explicado en Bas-pa (Dharma, Doctrina), y le han dado
preferencia al segundo, porque ustedes son verdaderamente mis Arhats… El elefante que ve su figura reflejada en el lago, la mira, y luego se
va, tomándola por el cuerpo real de otro elefante, es más sabio que el hombre
que admira su rostro en la corriente, y mirándola dice: "Aquí estoy yo… yo
soy yo", porque el 'yo', su Yo, no está en el mundo de los doce Nidâna-s y mutabilidad, sino en la del No-Ser, el único mundo más allá de las
ilusiones de Mâyâ. …Sólo
aquello que no tiene ni causa ni creador, que es auto-existente, eterno, que
está mucho más allá del alcance de la mutabilidad, es el verdadero 'Yo'(Ego),
el Yo del Universo.
El Universo
de Nam-Kha dice: "Yo soy el
mundo de Sien-Chan"(El Universo de Brahmâ (Sien-Chan; Nam-Kha) es Ilusión Universal, o
nuestro mundo fenoménico.); las
cuatro ilusiones ríen y contestan, "Así es". Pero el hombre
verdaderamente sabio sabe que ni el hombre, ni el Universo que él atraviesa
como una sombra en movimiento, es un Universo más real que la gota de rocío que
refleja una chispa del sol matinal, es ese sol… Existen tres cosas, Bhikshu-s, que son eternamente iguales, sobre las que ninguna vicisitud, ninguna
modificación jamás puede actuar: estas son
la Ley,
Nirvâna, y el
Espacio (Âkâsa. Es cercano a lo imposible darle a la
palabra mística 'Tho-og' ningún otro término que no sea 'Espacio', y sin
embargo, a menos que haya sido acuñada a propósito, ningún apelativo nuevo
puede interpretarlo tan bien para la mente del Ocultista. El término
'Aditi' también se lo traduce como 'Espacio', y existe un mundo de significado
en él.),
y esas tres son
Una, ya que las dos primeras están dentro de la última, y esta última es Mâyâ, mientras
el hombre se mantenga dentro del remolino de las existencias sensorias.
No es
indispensable que uno tenga muerto el cuerpo para evitar las garras de la
concupiscencia y otras pasiones. El Arhat
que observa los siete preceptos ocultos de Bas-pa
puede volverse Dang-ma y Lha. ( Dang-ma, un alma purificada, y Lha, un espíritu liberado dentro de un
cuerpo vivo; un Adepto o Arhat. En el Tibet, la opinión popular es que un
Lha es un espíritu desencarnado, algo similar al Nat birmano, sólo que
superior.) Él puede escuchar la 'sagrada voz' de… (Kwan-yin), ( Kwan-yin es un
sinónimo, porque en el original se usa otro término, pero el significado es
idéntico. Es la voz divina del Yo, o la 'Voz espiritual' en el hombre, y lo
mismo que Vâgisvara (la Voz-deidad) de los Brâhmana-s. En China, los
ritualistas Buddhistas han degradado su significado antropomorfizándolo como
una Diosa del mismo nombre, con mil manos y ojos, y la llaman
Kwan-shai-yin-Bodhisat. Es el 'daimon' Buddhista, la voz de Sócrates.) y encontrarse a sí mismo dentro de los pacíficos
precintos de su Sangharam (Sanghârâna es el sanctum sanctórum del asceta, una caverna o cualquier
lugar que elija para su meditación.) transferido en Amitâbha Buddha. (Relacionándolo, Amitâbha Buddha es la 'luz
ilimitada' por medio de la cual las cosas del mundo subjetivo se perciben.)
Volviéndose
uno con Anuttara Samyak Sambodhi, (Esotéricamente, "el corazón insuperablemente misericordioso e
iluminado", dicho de los 'Perfectos', los Jivan-mukta-s, juntos) él puede pasar por los seis mundos del Ser (Rupaloka) y entrar a los tres primeros
mundos de Arupa.( Estos seis mundos, siete con nosotros, son los mundos de los Nats o
Espíritus, de los Buddhistas birmanos, y los siete mundos superiores de los
Vedântinos.)… Quien escucha mi ley secreta, enseñada a mis Arhats elegidos, llegará con su ayuda al conocimiento del Yo, y por
ende a la perfección.
Se debe a conceptos totalmente erróneos del
pensamiento oriental y a la ignorancia de la existencia de una clave esotérica
para las frases Buddhistas exotéricas, que Burnouf
y otros grandes eruditos han inferido de tales propuestas, sostenidas
también por los Vedântinos, como "mi cuerpo no es cuerpo" y "yo mismo no es el yo mío",
que la psicología oriental estaba totalmente basada en la no-permanencia. Cousin, por ejemplo, refiriéndose al
tema, trae las dos proposiciones siguientes para probar, basado en la autoridad
de Burnouf, que a diferencia del Brâhmanismo, el Buddhismo rechaza la
perpetuidad del principio pensante. Ellas son:
1. El pensamiento o el espíritu (Dos cosas totalmente diferentes una de la
otra. La "facultad no se distingue del sujeto" sólo en este plano
material, mientras que el pensamiento generado por nuestro cerebro físico,
-uno que nunca se ha impactado a sí mismo y al mismo tiempo en la
contraparte espiritual, ya sea por medio de la atrofia del último o la
debilidad intrínseca de ese pensamiento-, nunca puede sobrevivir a nuestro
cuerpo; esto es bien seguro.), dado
que la facultad no se distingue del sujeto,
sólo aparece con la sensación y no la sobrevive.
2. El Espíritu mismo no puede atraparse a sí
mismo, y al dirigir la atención a sí mismo, obtiene de ello sólo la
convicción de su falta de poder para verse a sí mismo distinto a transitorio y sucesivo.
(Course of the History of Modern
Philosophy (Curso de la Historia de la Filosofía Moderna) de M.
Victor Cousin, NY, D. Appleton & Co., 1854, vol. I. P. 374 fn. en
traducción por O. W. Wight.)
Todo esto se
refiere al Espíritu encarnado, no al Yo
Espiritual liberado sobre el cual Mâyâ
no tiene más dominio. El Espíritu no es
el cuerpo; por lo tanto los Orientalistas lo consideran 'nadie' y nada. Por ello es que afirman que los Buddhistas son Nihilistas, y los Vedântinos son los seguidores de un credo en el que lo "Impersonal (Dios), al
examinarlo, resulta ser un mito"; su meta es descripta como
La extinción total de todos los poderes espirituales, mentales y
corporales, por la absorción en lo Impersonal. (Vedânta Sâra… traducido por Major G. A.
Jacob en A Manual of Hindu Pantheism (Un Manual de Panteísmo Hindú).
Londres, Trübner, Boston, Houghton. 1881.)
…¡El velo que me enceguecía está rasgado!
Soy como todos estos hombres
Que lloran a sus dioses, y no son escuchados,
O no son notados, sin embargo ¡debe haber ayuda!
Para ellos y para mí y para todos, ¡debe haber ayuda!
Tal vez los dioses tienen necesidad de ayudarse
mutuamente,
Siendo tan débiles que cuando los tristes labios
lloran
¡No pueden ayudar! ¡No dejaré a nadie que llore
Si puedo auxiliarlo!
La Luz de Asia, fin del Libro III
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