miércoles, 22 de octubre de 2014

LA CONCIENCIA Y LA CONCIENCIA DE SÍ MISMO

LA CONCIENCIA Y LA CONCIENCIA DE
SÍ MISMO

(Este texto es posiblemente el comienzo inacabado de un artículo escrito por H.P.B. el cual existe en los archivos de Adyar en un manuscrito de su puño y letra. Originalmente fue publicado en The Theosophist)


Se argumenta que no puede haber más de un objeto de percepción al mismo tiempo ante el alma, porque el alma es una unidad.

El Ocultismo enseña que nuestra conciencia puede recibir simultáneamente no menos de siete distintas impresiones, e inclusive pasarlas a la memoria.

Esto puede ser comprobado tocando al mismo tiempo siete tonos de la escala de un instrumento, digamos de un piano  los 7 sonidos alcanzarán la conciencia simultáneamente; aunque la conciencia no entrenada no pueda ser capaz de registrarlos al primer segundo, sus vibraciones prolongadas percutirán los oídos con 7 distintos sonidos, cada uno con un tono más alto que el otro. Todo depende del entrenamiento y de la atención.

Es así que la transferencia de una sensación a la conciencia a partir de cualquier órgano es casi simultánea si la atención se concentra en ella, pero si la atención es distraída por cualquier ruido, llevará varios segundos antes de que alcance la conciencia.

El ocultista debería entrenarse a sí mismo para recibir y transmitir toda impresión o impresiones simultáneamente en el sentido de las siete escalas de su conciencia. Aquel que más reduzca los intervalos del tiempo físico, habrá hecho el mayor progreso posible.

Los nombres y el orden de las siete escalas son:
1. Percepción de los Sentidos.
2. Percepción de Sí mismo (o apercepción).
3. Apercepción Psíquica,
4. Percepción Vital.
Estas son las cuatro escalas inferiores y pertenecen al hombre psicofísico.
Luego vienen:
5. Los discernimientos Manásicos.
6. La percepción de la Voluntad
7. La apercepción consciente Espiritual.

El órgano especial de la conciencia está desde luego en el cerebro, y se localiza en el aura de la glándula pineal en el hombre vivo.

Durante los procesos de la mente o del pensamiento manifestado a la conciencia, tienen lugar constantes vibraciones de luz. 
Si uno pudiese ver clarividentemente en el cerebro de un hombre vivo, casi podría contar (y ver con los ojos) los siete matices de las escalas sucesivas de luz, desde el más lánguido hasta el más brillante.

Fisiológicamente nunca podrá ser definido lo que es la conciencia.
Podemos clasificar y analizar sus obras y sus efectos, pero no podremos definirla al menos que postulemos un Ego distinto del cuerpo.

La escala septenaria de los estados de conciencia se refleja en el corazón, o más bien en su aura, la cual vibra e ilumina los siete cerebros del corazón como lo hacen las siete divisiones o rayos alrededor de la glándula pineal.

Esta conciencia nos muestra la diferencia entre la naturaleza y la esencia entre, por ejemplo, el cuerpo astral y el Ego.
El primero es molecular, e invisible a menos que se condense otro es espiritual-atómico
La idea del Ego es la única compatible con los hechos de la observación psicológica.
La mente o Ego, el sujeto de todos y cada uno de los estados de conciencia es esencialmente una unidad.
Los millones de diferentes sub-estados de conciencia son una prueba de la existencia de ese Ego.
Hasta las células del cerebro nos proporcionan esos estados de conciencia que nos confirman que hay un alma inmortal, etc.

Cada uno de los cinco sentidos aceptados actualmente fue primariamente un sentido mental. Un pez nacido en una caverna es ciego pero si se le deja salir a un río, comenzará a sentir que ve, hasta que gradualmente el órgano físico de la visión evolucione y llegue a ver. Un hombre sordomudo oye internamente, a su manera.

Conocer, sentir, querer, no son facultades de la mente sino sus colegas.


(Blavatsky)





No hay comentarios.:

Publicar un comentario