LAS CARTAS DE LOS
MAHATMAS.
CARTA N°. 84
Carta del Mahatma
K.H. a A. P. Sinnett.
LA RAMA LONDRES DE
LA SOCIEDAD TEOSÓFICA
CARTA Nº 84
Confidencial
Mi querido amigo—
Lo que incluyo debe
ser transmitido a la R.L.S.T. por su mediación, en su calidad de Vice-Presidente
de la Sociedad Madre, y por lo tanto, como representante del
Presidente-Fundador y no como miembro de la Rama de Londres.
Los
recientes acontecimientos en los que usted ha desempeñado un papel no del todo agradable
puede que sean penosos para algunos y fastidiosos para otros; sin embargo, es mejor
que sea así y que no haya continuado la vieja calma paralizadora. Un acceso de fiebre
en el cuerpo humano es prueba de que la naturaleza está tratando de expulsar
los gérmenes de la enfermedad y, posiblemente, de la muerte, anteriormente
absorbidos. Tal
como iban las cosas, la Rama Londres estaba sólo vegetando y las vastas
posibilidades de evolución psíquica en la Gran Bretaña no habían sido puestas a
prueba totalmente. El Karma requería, evidentemente,
que el reposo fuera interrumpido por la intervención del principal responsable de
ello —C.C. Massey, y por eso fue él quien colocó a la señora K. en su actual
posición. Ella no ha logrado su propósito, pero el Karma ha conseguido el suyo;
en adelante, el grupo de Londres, despierto, estimulado y advertido, tiene el
campo libre para ejercer sus actividades.
Su propio Karma,
amigo mío, le destina a desempeñar un papel todavía más importante en las cuestiones
teosóficas europeas del que ha tenido hasta ahora. La próxima visita de Olcott tendrá
como resultado acontecimientos importantes, en cuyo desarrollo va usted a tomar
parte. Mi deseo es que vaya usted haciendo acopio de todas las fuerzas en
reserva de su ser, de manera que pueda estar a la altura de la dignidad e
importancia de la crisis. Por poco que le parezca
que consigue —psíquicamente— en esta existencia, no olvide que su desarrollo interno
progresa de instante en instante y que hacia el final de su vida, así como en
su próximo nacimiento, el mérito acumulado por usted le aportará todo aquello a
lo que aspira.
No es buena
política el que H.S. Olcott sea exclusivamente su huésped durante toda su estancia
en Inglaterra: su tiempo debería ser compartido entre usted y otros con
opiniones diversas —si es que ellos desearan invitarle durante algún tiempo.
Irá acompañado de Mohini, a quien he elegido como chela mío y con el cual me
comunico algunas veces directamente.
Trate al joven con
amabilidad, olvidando que es un bengalí y recordando sólo que ahora es mi chela.
Haga todo lo que pueda para dignificar el cargo de Olcott porque él representa
a toda la Sociedad y por razón de su posición oficial —si no por otra es, con
Upasika, el más cercano a nosotros en la cadena del trabajo teosófico.
Asirvadam (Bendiciones).
K.H.
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