sábado, 13 de febrero de 2016

LAS CARTAS DE LOS MAHATMAS. CARTA N°. 48

LAS CARTAS DE LOS MAHATMAS.
CARTA N°. 48
Carta del Mahatma K.H. a A. P. Sinnett.


CARTA Nº 48
Recibida en Allahabad, el 3 de marzo de 1882.
Buen amigo, yo "sé" —por supuesto. Y sabiendo, y sin que me lo pidiera, si estuviera autorizado a influenciarle en una u otra dirección —le diría con mucho gusto: "ese conocimiento lo compartirás conmigo algún día". Cuándo o cómo —"no está en mí decirlo, ni por mí mismo saberlo", pues usted, y sólo usted tiene que tejer su destino. Quizás pronto, o acaso —nunca; pero ¿por qué sentirse "desesperado" o incluso receloso? Créame; todavía podemos marchar juntos por la escabrosa senda. Aún podemos encontrarnos y si, de alguna manera, eso sucede, ha de ser paralelamente y sobre —aquellas "rocas inquebrantables con las que nuestras reglas ocultas nos rodean"— nunca fuera de ellas, por muy amargamente que nos lamentemos. No, nunca podremos proseguir nuestra jornada más allá, —si no es de la mano— a lo largo de ese elevado sendero rodeados por la multitud que circula y en la que espiritistas y místicos, profetas y videntes, se codean entre sí, hoy en día. Sí, en verdad: la abigarrada multitud de candidatos puede gritar durante una eternidad venidera pidiendo que el Sésamo se abra.
Nunca se abrirá en tanto que ellos se mantengan al margen de esas reglas. Vuestros videntes modernos y sus profetisas se deslizan en vano por cada grieta y hendidura sin salida ni continuidad, que descubren por casualidad; y todavía será más en vano cuando, una vez dentro, eleven sus voces y griten: "¡Eureka! —hemos recibido una Revelación del Señor!"—porque en verdad, no han logrado nada parecido. No han conseguido más que alborotar a los murciélagos, menos ciegos que esos intrusos, los cuales, sintiéndolos revolotear a su alrededor, los confunden, frecuentemente, con ángeles —¡porque ellos también tienen alas!
No lo dude, amigo mío: sólo desde la misma cima de esas "rocas inquebrantables" nuestras, y no desde su base, es desde donde uno es siempre capaz de percibir la Verdad integra, al abarcar todo el horizonte ilimitado. Y aunque pueda parecerle que son un obstáculo en su camino, esto es simplemente porque, hasta ahora, usted ha fallado al no descubrir, o más aún, al no sospechar la razón y el funcionamiento de esas leyes; de ahí que éstas aparezcan ante sus ojos tan frías, despiadadas y egoístas; aunque usted mismo ha reconocido intuitivamente en ellas el resultado de edades de sabiduría.
Sin embargo, de seguirlas uno con obediencia, podría hacer que éstas se plegaran gradualmente a sus deseos y le concedieran todo lo que les pide. Pero nadie podrá nunca quebrantarlas por la violencia sin convertirse en la primera víctima de su propia culpa; hasta el extremo, además, de arriesgarse a perder aquí y allá su inmortalidad, tan duramente conquistada.
Recuerde: una expectativa demasiado ansiosa, no solamente es fastidiosa, sino que también es peligrosa.
Cuanto más cálido y rápido el latido del corazón, tanto más se desgasta la vida.
Aquel que busca SABER no debe abandonarse a las pasiones ni a los afectos; porque "agotan el cuerpo terrestre con su misma fuerza secreta; y aquel que desee alcanzar la meta —debe ser frío". No debe ni siquiera desear con demasiada ansia o con demasiada pasión el objeto que desea alcanzar: de lo contrario, el mismo deseo impedirá la posibilidad de su cumplimiento —y, en el mejor de los casos, lo retrasará y lo contrarrestará. . . .
Encontrará usted en el próximo número dos artículos que debe leer y no necesito decirle por qué, pues lo dejo a su intuición. Como de costumbre es una indiscreción que, sin embargo, me he permitido, si es que hay alguien —excepto usted— que pueda comprender las alusiones que contienen. Sin embargo, hay más de una alusión y por lo tanto se le pide que preste atención al "Elixir de Vida" y a la "Filosofía del Espíritu", de W. Oxley: El primer escrito contiene referencias y explicaciones cuya vaguedad puede recordarle a un hombre que, acercándose a uno furtivamente, le asesta un golpe por la espalda y luego echa a correr desapareciendo; ya que estas explicaciones y referencias pertenecen, sin discusión alguna, a la categoría de esa "buena suerte" que le llega a uno como ladrón en la noche y durante el sueño y se marcha al no encontrar quien responda a su ofrecimiento —de lo cual usted se lamenta en su carta al Hermano. Esta vez usted está prevenido, mi buen amigo, así que deje de lamentarse. El artículo no 2 está escrito por Oxley —el clarividente de Manchester. No habiendo recibido respuesta a sus requerimientos a K.H., él critica —tan suavemente como puede— las expresiones de ese "Poder Interno" —nuevo título por el cual yo le doy las gracias. Ante este amable reproche, nuestra excitable editora no tardó en estallar. No quería calmarse, hasta que Djual Khul, con quien la famosa revista estaba tratando —(acuerdo que usted no debería haber permitido que saliera nunca a la luz) fue autorizado, bajo el inofensivo seudónimo de "Crítico de la Revista", a contestar (corrigiendo algunos de sus desatinos) al clarividente, con algunas inocentes notas al pie de página. No obstante, debo decir que de todos los "profetas" ingleses actuales, W. Oxley es el único que tiene algún indicio de la verdad, y por lo tanto, el único que tiene probabilidades de ayudar con eficacia a nuestro movimiento. El hombre entra y sale constantemente del camino recto, desviándose de él cada vez que cree haber hallado una nueva senda; pero, al encontrarse en un callejón sin salida retorna, invariablemente, a la verdadera dirección. Debo admitir que hay mucha sana filosofía diseminada en lo que escribe; y aunque su historia de "Busiris", en su presentación antropomórfica, es ridiculamente insensata y su traducción de nombres sánscritos es, por lo general, errónea; y aunque parece no tener más que ideas muy confusas sobre lo que él llama la "base astro-masónica del Bhagavad Gita" y del Mahabharata" —obras que, evidentemente, atribuye al mismo autor— sin embargo, es total y absolutamente el único cuya comprensión general del Espíritu y de sus capacidades y funciones después de la primera separación que nosotros llamamos muerte es, en general, si no totalmente exacta, al menos muy aproximada a la Verdad. Léalo cuando aparezca, especialmente el párrafo 3, col. I, páginas 152 y siguientes, donde lo encontrará. Entonces podrá usted comprender por qué, en vez de contestar de forma directa a su pregunta, abordo un tema hasta ahora perfectamente indiferente para usted. Siga, por ejemplo, su definición del término "ángel" (estará en la línea 30) y trate de seguir y comprender su pensamiento, tan desmañadamente pero sin embargo tan correctamente expresado, y entonces compárelo con la enseñanza tibetana. ¡Pobre, pobre Humanidad! ¿Cuándo tendrás toda la Verdad sin adulterar? Contemple a cada uno de los "privilegiados" diciendo: "¡Sólo yo tengo razón! No hay ninguna laguna. . . ." No, ninguna; —no en aquella página especial abierta ante él y la cual es la única que él está leyendo en el interminable volumen de "Revelación del Espíritu" —titulada Videncia.
Pero, ¿por qué tan porfiado olvido de la importante realidad de que hay otras innumerables páginas antes y después de esa página en solitario, que cada uno de los "Videntes" hasta ahora a duras penas ha aprendido a descifrar?
¿Por qué cada uno de esos "Videntes" se cree el Alfa y el Omega de la Verdad?
De ese modo, a S.M. se le enseña que no hay "Seres" tales como los Hermanos y a rechazar la doctrina de la frecuente aniquilación, y la de los Elementarios y la de los Espíritus no humanos. A Maitland y a la señora K. se les ha revelado —por mediación del mismo Dios y de Jesús — (sólo esto bastaría para derrotar a +) que muchos de los supuestos "Espíritus" que controlan a los médiums y conversan con los asistentes —los espiritistas, no son en absoluto espíritus "desencarnados", sino solamente "reflejos", y restos de perros, gatos y cerdos, ayudados a comunicarse con los mortales por los espíritus de "árboles", vegetales y minerales.
Aunque más confusos que los humanos y prudentes discursos del pretendido +, estas enseñanzas se acercan más al objetivo que nada de lo que se haya proclamado hasta la fecha a través de los médiums, y le diré por qué. Cuando a la "clarividente" se le hace revelar que la "inmortalidad no es de ningún modo un lugar común para todos" . . . que "las almas se contraen y desaparecen, y expiran", siendo propio de "su naturaleza consumirse y gastarse" . . . etc., ella está emitiendo hechos reales e incontrovertibles.
Y ¿por qué? Porque tanto Maitland como ella, así como su círculo, son vegetarianos estrictos, mientras que S.M. es un carnívoro y un bebedor de vinos y licores. Los espiritistas nunca encontrarán médiums y clarividentes dignos y fiables (ni siquiera en parte) en tanto que estos y su "círculo" se saturen de sangre animal y de los millones de infusorios de los líquidos fermentados. Desde mi regreso, me resulta imposible respirar —¡ni siquiera en la atmósfera de la Sede Central'. M. (Morya?) tuvo que intervenir y obligar a todos a renunciar a la carne y fue necesario purificarlos y limpiarlos completamente con varios productos desinfectantes antes de que yo pudiera incluso tomar las cartas que me habían sido escritas. Y yo no soy, como usted pudiera imaginar, ni la mitad de sensible a las repugnantes emanaciones de lo que lo sería un cascarón desencarnado suficientemente respetable —dejando aparte una PRESENCIA verdadera, aunque no fuera más que una "proyección". En un año más o menos, o tal vez antes, puede que me endurezca otra vez. Por el momento me resulta imposible —aunque lo intente.
Y ahora, después de un Prefacio como éste, en lugar de contestarle, le haré una pregunta.
Usted conoce a S. Moses y conoce también a Maitland y a la señora K. personalmente. Y usted ha oído hablar y ha leído acerca de varios Clarividentes de los siglos pasados y presente, tales como Swedenborg, Boehme y otros. No hay ninguno entre ellos que no fuese totalmente honrado y sincero, y tan inteligente como instruido —e incluso sabio. Cada uno de ellos, además de esas cualidades, tiene o tenía un + propio; un "Guardián" y un Revelador —bajo cualquier nombre "misterioso" y "místico" —cuya misión es— o ha sido describir con todo detalle a su pupilo espiritual —un nuevo sistema de abarcar todos los detalles del mundo del Espíritu.
Dígame, amigo mío: ¿conoce usted a dos que estén de acuerdo?
¿Y por qué, puesto que la verdad es una —y dejando totalmente a un lado la cuestión de las discrepancias en los detalles— vemos que no están de acuerdo ni siquiera en los problemas más vitales —aquellos que deben "ser o no ser", y para los cuales no puede haber dos soluciones?
Resumiendo, se deduce lo siguiente:
Todos los "Rosacruces", todos los místicos medievales, Swedenborg, P.B. Randolf, Oxley, etc. etc. dicen que "existen Fraternidades secretas de Iniciados en Oriente, y en especial en el Tibet y en Tartaria;
que sólo allí puede hallarse LA PALABRA PERDIDA (que no es ninguna palabra)";
que hay Espíritus de los Elementos y Espíritus- Llamas que nunca estuvieron encarnados (en este ciclo) y que la inmortalidad es condicional.
Según los médiums y los clarividentes (del tipo de S. Moses),
"no hay Hermanos en el Tibet ni en la India; y la Palabra Perdida',
dicen, está sólo bajo la custodia de mi 'Guardián', quien conoce la palabra, pero no sabe que haya Hermanos.
Y la inmortalidad es para todos e incondicional, no habiendo más Espíritus que los humanos y los desencarnados, etc. etc." — sistema éste de negación radical de lo primero, y en completo antagonismo con ello.
Mientras que Oxley y la señora H. Billing están en comunicación directa con los "Hermanos", S.M. rechaza la idea misma de que exista uno. Mientras que "Busiris" es un "ángel" en plural, o sea el Espíritu de una aglomeración de Espíritus (Dhyan Chohans), el + es el alma de un solo Sabio desencarnado. Sus enseñanzas son de autoridad y sin embargo, encontramos siempre en ellas un tono de incertidumbre y de vacilación cuando dice: "Nosotros no podemos decir, ahora" . . . "Es dudoso" . . . "No comprendemos si se pretende" . . . "Parece que" . . . "no estamos seguros", etcétera.
Así es como se expresa un hombre condicionado y limitado en sus medios de obtener el conocimiento absoluto; pero,
¿por qué usaría semejante fraseología cautelosa y vacilante, un alma dentro del "Alma Universal", un "Espíritu Sabio", si la verdad es conocida para él?
¿Por qué no, en respuesta a la valiente y desafiante observación de ella diciendo:
¿Quiere usted una prueba objetiva de la Logia?
¿No tiene usted a + ? ¿Y no puede preguntarle a él si yo digo la verdad?
—¿Por qué no hay una respuesta— (si es + quien contesta) —sea de una manera o de otra, y dice: —"la pobre mujer está alucinada"; o bien, (cómo no puede haber una tercera alternativa sí S.M. tiene razón): "ella miente intencionadamente por tal o cual motivo, ¡desconfíe de ella!".
¿Por qué tanta confusión? — ¡Ah!, en verdad, porque "él (+) sabe" y "bendito sea su nombre", —pero él (S.M.) no sabe; porque, igual que sus "espíritus", + según él cree— le recuerdan reiteradamente: "No parece que usted haya captado exactamente lo que nosotros dijimos . . .", la controversia excita su mente y sus sentimientos, y en lugar de un médium transparente, nos da uno que es turbio . . . necesitamos una mente pasiva y no podemos actuar sin ella" . . . (véase Light del 4 de febrero). Como nosotros no "pedimos una mente pasiva", sino al contrario, estamos buscando las más activas que puedan sacar conclusiones una vez que estén en la pista verdadera, si a usted le place, daremos por terminado el asunto. Deje que su mente resuelva el problema por sí misma.
Sí, estoy en verdad satisfecho de su último artículo, aunque no convencerá a ningún espiritista. Con todo, hay más filosofía y acertada lógica que en una docena de sus más pretenciosas publicaciones. Los hechos vendrán luego. Así, poco a poco, lo que ahora es incomprensible se hará evidente por sí mismo; y muchas frases de significado místico brillarán entonces ante los Ojos de su Espíritu como una transparencia, iluminando las tinieblas de su mente. Tal es el curso del progreso gradual; uno o dos años atrás usted podía haber escrito un artículo más brillante, pero nunca más profundo. Mi buen Hermano, no abandone pues al humilde, al ridiculizado periódico de su Sociedad y no se preocupe ni por su peculiar y pretenciosa portada ni por los "montones de basura" que contiene —si hemos de repetir la caritativa y para usted demasiado conocida observación empleada frecuentemente en Simla. Pero deje que su atención sea atraída más bien por las pocas perlas de Sabiduría y de verdades ocultas que, de vez en cuando, se descubren bajo esa "basura". Nuestros propios modos y maneras son tal vez tan originales como extraños —y aún más que eso. Subba Row tiene razón; el que conoce algo de los métodos de los Siddhas estará de acuerdo con los puntos de vista expresados en la tercera página de su incompleta carta; muchos de nosotros podríamos ser tachados de locos por vuestros caballeros ingleses. Pero el que quiera convertirse en hijo de la Sabiduría siempre puede ver debajo de la tosca superficie. Así ocurre con el pobre querido Periódico. Contemple su mística y pomposa vestidura, sus numerosas imperfecciones y sus fallos literarios —y con todo, esa portada es el símbolo más perfecto de su contenido, la parte principal de la novedad de su tema, densamente velado, totalmente confuso y tan negro como la noche, en medio del cual asoman puntos grises, líneas, palabras e incluso —frases. Para el verdadero sabio esas roturas del gris pueden sugerir una alegoría llena de significado, tal como las líneas oscuras del firmamento oriental en un temprano amanecer después de una noche de intensa oscuridad, o la aurora de un ciclo más "espiritualmente intelectual". ¡Y quién sabe cuántos de aquellos que, sin desanimarse por la poco atractiva apariencia, por su horrible estilo embrollado y por los otros muchos fallos de la impopular revista, continuarán abriendo sus páginas, y pueden sentirse recompensados algún día por su perseverancia! En cualquier momento pueden resplandecer ante ellos frases iluminadas, derramando una brillante luz sobre algunos de los antiguos y complicados problemas. Usted mismo, una buena mañana, mientras reflexione sobre sus torcidas columnas, con el afilado ingenio de un cerebro bien descansado, y atisbando con curiosidad en lo que usted considera ahora como especulaciones confusas o intangibles con sólo la consistencia del vapor —usted mismo, probablemente, podrá percibir en ellas la solución inesperada de un viejo, confuso y olvidado "sueño" suyo, el cual, una vez recordado, se imprimirá como una imagen indeleble en su memoria externa desde la interna, para no desvanecerse nunca más. Todo esto es posible y puede suceder, porque nuestros métodos son métodos de "locos" . . .
Entonces, ¿por qué sentirse "desgraciado" y "decepcionado"? Mi bueno y leal amigo, recuerde que una esperanza diferida no es una esperanza perdida. Las "condiciones" pueden cambiar para mejorar, porque también nosotros, como los fantasmas, necesitamos nuestras condiciones, y difícilmente podemos trabajar sin ellas; y entonces la vaga depresión del Espíritu que se está afianzando ahora en usted como una pesada nube sobre una visión paisajística, puede disolverse con la primera brisa favorable. Bhavani Shanker está con O., y en muchos aspectos es más fuerte y más capaz que Damodar o incluso que nuestra mutua amiga.
No. A usted no se le separará de sus estudios antes de que haya dominado por completo el alfabeto para que aprenda a leer por sí mismo, y depende sólo de usted retener para siempre la "tan atractiva visión" que ahora le parece que se desvanece..... (Falta una página entera en la carta original.) ....toda la situación. Que yo no soy un "Serafín" todavía se demuestra por el hecho de que le estoy escribiendo esta interminable carta. Cuando se compruebe que usted no ha interpretado mal lo que quiero decir, puede que le diga más. Morya, para capacitarle a usted, como él dice, para enfrentarse con sus enemigos, los que creen en la materialización de las "almas individuales", me pidió que le familiarizara con la totalidad de los cuerpos sutiles y con su conjunto colectivo, así como con el conjunto distributivo, es decir, con las envolturas. Yo creo que es prematuro. Antes de que el mundo pueda comprender la diferencia entre "Sutratma" (filamento del alma) y "Taijasa" (lo brillante o lo luminoso) ha de enseñársele la naturaleza de los elementos más densos. De lo que le culpo a él es de que le haya dejado a usted empezar desde el extremo menos indicado —el más difícil, si no se ha dominado por completo el terreno preparatorio. He echado un vistazo a los manuscritos que usted le ha enviado y más de una vez he descubierto en el margen en blanco la sombra de su rostro, con la mirada ansiosa e interrogante de sus ojos, proyectando el pensamiento de la imagen que usted tenía en la mente y que anhelaba recibir de vuelta, colmada —al estar "ávido", como usted dice— de más notase información. Bien; si su pereza es superior a sus buenas intenciones durante mucho tiempo más, tendré que hacerlo yo mismo, aunque mi tiempo es limitado. En todo caso, escribir para usted no es una tarea ingrata, ya que hace el mejor uso de lo poco que recoge aquí y allá. En verdad, cuando usted se lamenta de ser incapaz de comprender lo que Eliphas Levi quiere decir, es sólo porque falla, como otros muchos lectores, en encontrar la clave de su modo de escribir.
Con una atenta observación usted se dará cuenta de que nunca fue intención de los ocultistas esconder realmente a los estudiantes decididos y ansiosos lo que habían estado escribiendo, sino más bien guardar su información por razones de seguridad en una caja fuerte bien segura, cuya llave es —la intuición.
El grado de diligencia y de celo con el cual el estudiante busca el significado oculto es, en general, la prueba de hasta dónde está cualificado para la posesión de un tesoro tan escondido. Y, ciertamente, si usted es capaz de extraer lo que se ha ocultado bajo la tinta roja de M. —no necesita desesperarse por nada. Creo que ya es tiempo de despedirme de usted, confiando que hallará menos molesto leer los jeroglíficos en azul que en rojo. O. estará pronto con usted y por su parte debería sacar el mejor partido de esa oportunidad que puede ser la última para ambos. Y ahora, ¿necesito recordarle que esta carta es ESTRICTAMENTE confidencial?
Suyo, ocurra lo que ocurra,
K.H.


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