sábado, 13 de febrero de 2016

LAS CARTAS DE LOS MAHATMAS. CARTA N°. 51

LAS CARTAS DE LOS MAHATMAS.
CARTA N°. 51
Carta del Mahatma K.H. a A. P. Sinnett.

CARTA Nº 51
Recibida el 22 de agosto de 1882.
Privada.
Mi buen amigo:
Recuerde que en el fenómeno destinado al coronel Chesney no hubo, no hay ni habrá más que una cosa fenoménica auténtica, o más bien —un acto de ocultismo— la imagen de su humilde servidor, la mejor de las dos producciones de D. Kool, siento decirlo —para usted. El resto de la operación es, a pesar de su carácter misterioso, algo demasiado natural y que no apruebo en absoluto. Pero no tengo derecho a ir en contra del sistema tradicional, a pesar de lo mucho que me gustaría evitar su aplicación práctica.
Guarde esto estrictamente reservado dentro de su amistoso corazón hasta que llegue el día en que se permita saber a algunas personas que usted fue advertido de ello. No me atrevo a decir más. Las pruebas son duras en todos los conceptos, y es seguro que no corresponden a sus ideas europeas de veracidad y sinceridad. Pero, aunque soy reacio a utilizar esos medios o incluso a permitir que se empleen en relación con mis chelas, debo decir sin embargo que el engaño, la falta de buena fe y las trampas (!!) preparadas para engañar a los Hermanos, se han multiplicado de tal manera últimamente, y es tan poco el tiempo que queda hasta el día en que se decidirá la selección de los chelas, que no puedo por menos que pensar que, después de todo, nuestros jefes y especialmente M., es posible que tengan razón. Con el enemigo se tienen que emplear iguales o mejores armas. Pero no se deje engañar por las apariencias.
Ojalá pudiera ser yo tan franco con el señor Hume, a quien tan sinceramente respeto por algunas de sus genuinas y excelentes cualidades, aunque no puedo evitar censurarle por otras.
¡Cuándo sabrán y comprenderán, algunos de ustedes, lo que somos realmente, en vez de complacerse en un mundo de ficción!
En el caso de que el coronel Chesney le hable de ciertas cosas, dígale que no se fíe de las apariencias. El es un caballero y no debería dejársele que fuera víctima de un engaño que nunca se pensó para él, sino sólo como prueba para aquellos que querrían imponerse sobre nosotros con un corazón impuro.
Se avecina la crisis. ¿Quién ganará la batalla?

K.H.

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