LAS CARTAS DE LOS
MAHATMAS.
CARTA N°. 58
Carta del Mahatma
K.H. a A. P. Sinnett.
CARTA Nº 58
Recibida en Madras,
en marzo de 1883.
Mi querido
"Pupilo":
Si a usted le
parece, no trataremos ahora de la situación relativa a las
"estrellas" y oscuraciones, por las razones que, con mucha claridad,
le ha explicado a usted H.P.B. esta mañana. Con cada carta, mi tarea se hace
más peligrosa. Resulta en extremo
difícil enseñarle a usted y, al mismo tiempo, atenernos estrictamente al
programa original; "hasta aquí llegaremos y no más allá". Sin
embargo, atengámonos a él; debemos hacerlo y lo haremos.
Usted ha equivocado
por completo el significado de mi telegrama. Las palabras "más en Adyar"
se referían a la verdadera explicación de su visión, pero de ninguna manera a
la promesa en ese sentido de que yo realizaría algunos experimentos
psicológicos posteriores. La visión se debió a un intento de D.K., quien está
enormemente interesado en el progreso de usted. Si bien él tuvo éxito en hacerle salir a usted de su
cuerpo, fracasó por completo en sus esfuerzos para abrir su visión interna, por
razones bien plausibles en aquel momento para usted mismo. Yo no tuve ninguna
participación activa en el intento.
De ahí mi
contestación "suposiciones correctas —más en Adyar". Precisamente
ahora me encuentro en una posición muy falsa y —para no poner en peligro las
posibilidades del futuro— tengo que ser doblemente precavido.
¿La fecha probable
de su marcha? Bien, hacia el 7 de abril. Si su impaciencia no está de acuerdo
con mi deseo, es usted libre de proceder como guste. Sin embargo, lo
consideraría como un favor personal. Estoy profundamente
disgustado por la apatía de mis compatriotas en general. Más que nunca, sólo
confío en los pocos y leales trabajadores de la desdichada y desventurada S.T. La carta del
Virrey podría ser de la máxima ayuda si pudiera ser utilizada juiciosamente.
Pero veo que en esas cuestiones no soy ningún juez, como adivino en este momento
por la impresión dejada en su mente por R. Srinavasa Rao y los demás. Quedando
explicado el incidente del 7 de febrero, su pregunta referente a las
"antiguas restricciones" ya está cumplimentada.
¿Puedo solicitarle
otros dos favores personales e importantes?
Primero —tener
siempre presente que en cualquier tiempo que sea y en todo lo posible, se hará
siempre lo que se pueda por usted sin que lo pida; en consecuencia, nunca lo
pida ni lo sugiera usted, ya que ello significará, simplemente, evitarme la
tarea sumamente desagradable de tener que rechazar la petición de un amigo sin
estar, además, en posición de poder explicar la razón de la negativa; y
segundo —recordar
que, aunque personalmente y en su propio interés yo pueda estar preparado para
hacer mucho, no estoy en modo alguno obligado a hacer nada parecido por los miembros
de la S.T. Británica. De todos modos, le he dado a usted mi palabra de
enseñarles nuestra filosofía mediante su amable colaboración, si lo aceptan.
Pero nunca me he comprometido a convencer a ninguno de ellos acerca del alcance
de nuestros poderes, ni siquiera de nuestra existencia personal. El que ellos crean o dejen de creer en esto
último, en verdad, es una cuestión de relativa importancia para nosotros. Si
ellos se han de beneficiar alguna vez de nuestra promesa, debe ser sólo a
través de usted y de los propios esfuerzos personales de usted. Ni tampoco podrá verme nunca en mi cuerpo
carnal —ni siquiera en una visión claramente definida— a menos que esté
dispuesto a prometer por su honor que jamás revelará el hecho a nadie mientras
viva, (salvo que reciba permiso para ello). Por el momento, lo que deseamos
es precisamente que la consecuencia de tal promesa sea la de crear una duda nunca
satisfecha y siempre reiterada en las mentes de los miembros británicos.
Demasiado, o demasiado poco, se dijo y se demostró de nosotros, tal como
acertadamente señaló el señor M.A. Oxon. Se los ha ordenado que nos pongamos a
trabajar para hacer desaparecer toda huella —por cuya nueva política usted se
ve mezclado en las constantes y solapadas intrigas de nuestro
ex-amigo el señor Hume —(ahora enteramente
en manos de los Hermanos de la Sombra)— y cuanto más se
ponga en duda nuestra real existencia, mejor. En cuanto a experimentos y
pruebas convincentes para los saduccos de Europa en general y, especialmente para
los de Inglaterra —esto es algo que hay que dejar completamente de lado en
nuestro programa futuro. A menos que se nos permita utilizar nuestro propio
criterio y nuestros medios —el curso de los acontecimientos futuros no se
deslizará en absoluto por terreno llano. Por eso, ustedes no deberían emplear
nunca frases tales como "en consideración y para consolidar a los amigos
de nuestro país", ya que pueden estar seguros de que no hacen ningún bien
y, simplemente, serán causa de más irritación para los oíros "poderes
existentes" —si hemos de usar la ridícula frase. No es
siempre halagador, querido amigo, ser colocado, incluso por aquellos que uno
aprecia más, en el mismo nivel que los cascarones y los médiums —con motivo de
los experimentos.
Pensé que, afortunadamente, usted había superado esta etapa. Atengámonos en el
presente al simple aspecto intelectual de nuestra relación, y ocupémonos sólo
de filosofía y de su futura
publicación y dejemos el resto en manos del tiempo y de los acontecimientos
imprevistos.
Precisamente porque
yo sigo y percibo el trabajo dual de su mente al hacer estas peticiones, es por
lo que yo mismo firmo invariablemente,
Su afectísimo
amigo,
K.H.
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