martes, 16 de febrero de 2016

LAS CARTAS DE LOS MAHATMAS. CARTA N°. 59

LAS CARTAS DE LOS MAHATMAS.
CARTA N°. 59
Carta del Mahatma K.H. a A. P. Sinnett.


CARTA Nº 59
Recibida en Londres hacia el mes de julio de 1883.
Sean cuales sean las deficiencias de las que me haga responsable, mi siempre indulgente "chela laico", es patente que me hará justicia por haberle suministrado una nueva fuente de satisfacción; pues, ni siquiera la sombría profecía de Sir Charles Turner (una reciente oscuración suya) de que usted caería en el catolicismo romano como inevitable resultado de inmiscuirse en la Teosofía y creer en el maya de "K.H.", ha mitigado el ardor de su propaganda en el licencioso mundo londinense. Y si este celo se hubiera mencionado por parte del Altruista de Rothney en apoyo de su declaración de que la materia gris de usted está sobrecargada con el Akasa de Shigatse, sin duda será todavía un bálsamo para sus sentimientos heridos saber que usted está ayudando especialmente a construir el puente por el cual los metafísicos británicos puedan alcanzar nuestro lejano pensamiento.
Es costumbre, entre algunas buenas personas, mirar hacia atrás en el camino de su vida desde las lomas del tiempo a las que ascienden cada año. De manera que, si mi esperanza no me ha traicionado, usted debe haber estado comparando mentalmente "el mayor de sus placeres actuales" y su "ocupación constante" con lo que era en tiempos pasados, cuando usted transitaba por las calles de su ciudad, donde las casas son como si estuvieran "pintadas en tinta china", y donde un día de sol es algo memorable.
Usted se ha enfrentado consigo mismo y ha encontrado que el teósofo es un Anak desde el punto de vista moral, comparado con el "hombre de antes" (el beau valseur); ¿no es así? Bien, posiblemente ésta es su recompensa — o el comienzo de ella; el final, usted lo cumplirá en el Devachán, cuando esté "flotando en" el éter circundante —en lugar de flotar en el enlodado Canal Británico (Canal de la Mancha. N.T.)— aunque ese estado pueda ahora aparecer confuso ante su visión mental. Sólo entonces "tú mismo te verás a ti mismo" y aprenderá el verdadero significado del Atmanam, atmana pasya:— "Conocerse a sí mismo como radiante luz, No requiere ninguna luz para ser percibido...." de la gran Filosofía Vedanta.
De nuevo y una vez más se ha hecho un intento para dispersar una parte de esa gran niebla que encuentro en el Devachán del señor Massey. Aparecerá como una colaboración en el número de agosto del Theosophist y para eso lo someteré al señor Massey y a usted. Es muy posible que incluso entonces la "oscuración" no se disperse y pueda pensarse que la explicación propuesta no es nada convincente y que en lugar de dar cuerda al reloj, una mano torpe no ha hecho más que romper algunos dientes de su engranaje. Este es nuestro infortunio, y dudo que alguna vez nos veamos libres totalmente de estas oscuridades y de estas supuestas contradicciones, puesto que no hay manera de situar cara a cara a los que preguntan y a los que responden. Pero, en el peor de los casos, debe admitirse que hay cierta satisfacción en el hecho de que ahora existe un vado a través de este río y de que usted está construyendo los arcos para un magnífico puente. Está muy bien que usted bautice al bebé recién nacido de su cerebro con las aguas de la Esperanza y que, dentro de los límites de las posibilidades, se dé con ello "un impulso mayor y más sensible al movimiento actual". Pero, amigo, incluso el "queso fresco" de la radiante luna es comido periódicamente por Rahu —de manera que no crea usted que está libre de toda eventual veleidad popular, que apagaría su luz en favor de alguna nueva "vela de sebo de cuatro cuartos" de algún nuevo hombre. La cultura de la Sociedad se inclina más a menudo hacia la filosofía del tenis que a la de los execrados "adeptos", quienes se ejercitan en una partida más amplia, que tiene mundos en lugar de pelotas y el espacio etéreo como alisado césped. El estilo llano de su primer libro estaba condimentado con fenómenos para deleitar el paladar espiritista; este segundo libro es un plato de fría filosofía y apenas encontrará usted en "la gran sección de la Sociedad londinense" cantidad suficiente del vino de la simpatía para acompañarlo. Muchos de los que ahora creen que usted está algo loco, comprarán el libro para descubrir si  debería crearse una comisión De lunático para evitar que usted haga más daño; pero, de todos sus lectores, es probable que sean pocos los que sigan su ejemplo dirigiéndose hacia nuestro ashram. Pero el deber del teósofo es parecido al del labrador; abrir los surcos y sembrar el grano lo mejor que pueda; el resto depende de la naturaleza y ésta es la esclava de la Ley.
No malgastaré más mis condolencias por los pobres "chelas laicos" a causa de las "delicadas armas que sólo ellos pueden utilizar". ¡Sería un día muy triste para la humanidad si otras armas más afiladas y mortales se pusieran en sus manos inexpertas! ¡Ah!, usted estaría de acuerdo conmigo, mi fiel amigo, si pudiera oír tan sólo el lamento que uno de ellos acaba de lanzar a causa de los angustiosos resultados de las armas envenenadas de las que en mala hora se valió con la ayuda de un hechicero. Anonadado moralmente, por la misma impetuosidad de su egoísmo, consumiéndose físicamente por las enfermedades engendradas por las satisfacciones animálicas que buscó con la ayuda del "demonio"; tras él queda el oscuro recuerdo de oportunidades desperdiciadas y éxitos diabólicos, y ante él, una mortaja de negra desesperación —de avítchi. Este desdichado ser vuelve su rabia impotente contra nuestra "luminosa ciencia" y contra nosotros, y lanza sus inútiles maldiciones contra aquellos a quienes él asedió en vano, pidiéndoles más poderes en el sendero probatorio, y a los que abandonó por un Gurú nigromántico que ahora abandona a la víctima a su destino. Siéntase satisfecho, amigo mío, con sus "armas delicadas"; y si no son tan letales como el disco de Vishnu, pueden derribar muchas barreras si son manejadas con fuerza. El pobre desgraciado del que hablo reconoce una serie de "mentiras, abusos de confianza, odios, tentaciones o motivos de extravío de otros, injusticias, calumnias, perjurios, falsos pretextos, etc." El "aceptó el riesgo voluntariamente", pero añade: "si ellos (nosotros) hubieran sido buenos y compasivos, a la vez que sabios y poderosos, seguro (fue me hubieran impedido emprender una tarea para la cual yo no estaba capacitado". En una palabra: se espera de nosotros —que hemos conseguido nuestro conocimiento, tal como es, por el único método factible, y que no tenemos ningún derecho a impedir que ningún semejante haga la prueba, (aunque sí tenemos el derecho de poner sobre aviso —y lo hacemos— a cada candidato), que carguemos con la responsabilidad del castigo de esa interferencia, o que tratemos de salvarnos del mismo convirtiendo en adeptos a incompetentes, ¡a pesar de ellos mismos! Por el hecho de que nosotros no hicimos esto, este hombre está "condenado a llevar una existencia desgraciada, igual que si fuera un saco de veneno activo, lleno de corrupción física, moral y mental". En su desesperación, este hombre, de "pagano", ateo y librepensador —se ha convertido en cristiano, o mejor, en teísta, y ahora se "somete" humildemente a El (un Dios extra-cósmico, para quien incluso ha descubierto un lugar) y para todos los delegados por El con legítima autoridad. Y nosotros, pobres criaturas, somos "Traidores, Embusteros, Diablos, y todos mis crímenes (los de él, tal como se enumeran más arriba), son como un brillante ropaje de gloria si se comparan con los crímenes de Ellos" —sus palabras en mayúsculas, así como las subrayadas están citadas de la misma manera. Ahora, amigo mío, aleje ese pensamiento de que yo no debo comparar el caso de usted con el de él, porque no lo hago. Sólo le he proporcionado a usted un vislumbre del infierno de esta alma perdida, para demostrarle qué desastres pueden caer sobre el "chela laico" que trata de agenciarse poderes prohibidos, antes de que su naturaleza moral se haya desarrollado hasta el punto idóneo para su utilización.
Usted debe reflexionar mucho sobre el artículo "Chelas y chelas laicos" que encontrará en el Suplemento del Theosophist de julio.
¿De manera que el importante señor Crookes ha decidido poner un pie para cruzar el umbral por consideración al contenido de las publicaciones de la Sociedad? Muy bien y muy prudentemente hecho y, realmente, muy valiente por su parte. En tiempos pasados fue lo bastante audaz como para dar un paso similar, y lo bastante leal a la verdad como para desengañar a sus colegas, dando publicidad a sus actos. Cuando se dio cuenta de que su inapreciable publicación se ocultaba a las "Secciones" y que toda la Royal Society trataba de silenciarlo, metafóricamente si no de hecho, como lo hizo su Sociedad Hermana en América con aquel mártir llamado Haré —poco podía imaginar él qué perfecta venganza le tenía preparada el Karma. Hágale saber que su cuerno de la abundancia no está todavía vacío y que la ciencia occidental tiene que descubrir todavía tres estados adicionales de la materia. Pero no debe esperar que nosotros nos condensemos a nivel de estetoscopio, como lo hizo su Katie; porque nosotros, los hombres, estamos sujetos a las leyes de la afinidad molecular y de la atracción de los polos con las cuales esa dulce aparición no encontró dificultades.
Nosotros no tenemos favoritos, ni quebrantamos ninguna regla.
Si el señor Crookes quisiera penetrar en lo Arcano, más allá de los pasadizos que los instrumentos de la ciencia moderna ya han excavado —que lo haga.
Lo intentó y dio con el Radiómetro;
lo intentó de nuevo y encontró la materia Irradiante;
puede que lo intente otra vez y encuentre el "Kama-rupa" de la materia: su quinto estado.
Pero, para encontrar su Manas, tendrá que comprometerse a guardar el secreto más firmemente de lo que parece sentirse inclinado a hacer. Usted conoce nuestro lema, y sabe que sus aplicaciones prácticas han borrado la palabra "imposible" del vocabulario del ocultista. Si él no se cansa de probar, puede descubrir la más noble de todas las realidades, su verdadero SER. Pero tendrá que ir penetrando a través de muchos estratos antes de que llegue hasta Ello. Y para empezar, en primer lugar, déjele que se libere del maya de que algún ser viviente pueda tener "derechos" sobre los Adeptos. El puede crear atracciones irresistibles y obligarles a que le presten atención, pero esas atracciones serán espirituales y no mentales o intelectuales. Y este aviso es pertinente para y está dirigido a varios teósofos británicos, y sería bueno para ellos que lo supieran. Una vez desembarazados de las influencias comunes a la Sociedad, nada nos atrae hacia alguien de fuera a no ser su espiritualidad en desarrollo. Puede ser un Bacon o un Aristóteles en conocimiento y sin embargo, ni siquiera puede hacer que su corriente sea notada por nosotros ni como el peso de una pluma, si su poder está limitado a Manas.
La energía suprema reside en Buddhi; latente cuando está unido sólo a Atman, activa e irresistible cuando está galvanizada por la esencia de "Manas", y cuando ninguna de las impurezas de este último se mezcla con esa esencia pura para agobiarla con su naturaleza finita.
El Manas puro y simple es de grado más inferior y de la región de la tierra; y por eso sus hombres eminentes sólo cuentan como nulidades en el terreno donde la grandeza se mide de acuerdo con las normas del desarrollo espiritual.
Cuando los antiguos fundadores de vuestras escuelas filosóficas llegaron a Oriente para adquirir el conocimiento de nuestros predecesores, no manifestaron ninguna exigencia, excepto la de un sincero y desinteresado anhelo por la verdad. Si alguien aspira ahora a fundar nuevas escuelas de ciencia y de filosofía, triunfará con el mismo plan —siempre que los que lo pretendan posean en sí mismos los elementos del éxito.
Sí, usted tiene razón por lo que se refiere a la Sociedad de Investigaciones Psíquicas; su trabajo es de una naturaleza que puede causar efecto ante la opinión pública, demostrando de una manera experimental las fases elementales de la Ciencia Oculta. H.S. Olcott ha estado tratando de convertir a cada una de las Ramas indias en una escuela de investigación por el estilo, pero falta la capacidad para el estudio independiente y sostenido por amor al conocimiento, y esta capacidad debe desarrollarse. El éxito de la S. de I.P. ayudará mucho en este sentido, y bien que lo deseamos.
También estoy de acuerdo con usted en sus puntos de vista sobre la elección del nuevo presidente de la S.T.B.; de hecho, creo que le hice saber que estaba de acuerdo antes de que se efectuara la elección.
No hay razón alguna por la cual usted no deba "intentar curas mesméricas", no con la ayuda de su guardapelo, sino con el poder de su propia voluntad. Si esta última no actúa con energía, ningún guardapelo servirá de mucho. El cabello en sí no es más que un "acumulador" de la energía de aquel en quien creció, y no puede curar por sí mismo, de la misma manera que la electricidad acumulada no puede hacer girar una rueda hasta que es liberada y conducida hasta el punto deseado. Ponga su voluntad en movimiento y en seguida atraerá a la persona en cuya cabeza creció el cabello, a través de la corriente psíquica que siempre circula entre él y sus mechones cortados. Para curar enfermedades no es indispensable —aunque sí deseable— que el especialista en psicopatías sea absolutamente puro; hay muchos en Europa y en otras partes que no lo son. Si la curación se realiza bajo el impulso de la caridad perfecta, sin mezcla alguna de ningún egoísmo latente, el filántropo pone en movimiento una corriente que circula como una pura vibración a través de la sexta condición de la materia, y es percibida por aquel a quien se reclama en busca de ayuda, a no ser que en ese momento él esté ocupado en algún trabajo que le obligue a rechazar toda influencia ajena. La posesión de un mechón del cabello de cualquier Adepto es, desde luego, una ventaja indudable, igual que lo es para el soldado en la batalla la posesión de una espada bien templada; pero la medida de su verdadera ayuda para el que trata en psicopatía estará en relación con el grado de poder de voluntad que despierte en sí mismo, y con el grado de pureza psíquica en su móvil. El talismán y el Buddhi de él están en armonía.
Ahora que usted se encuentra en el centro de la moderna exégesis buddhista en relación personal con algunos de los comentaristas más inteligentes (¡de los cuales nos libren los santos Devas!), llamaré su atención sobre unas cuantas cosas que son, en verdad, tan vergonzosas a la vista de los aún no iniciados, como engañosas para el público en general. Cuanto más lee uno especulaciones tales como las de los señores Rhys Davids, Lillie, etc. — menos se puede llegar a creer que la enquilosada mente occidental pueda alcanzar nunca la esencia de nuestras abstrusas doctrinas. No obstante, a pesar de lo desesperados que puedan ser sus casos, parece que valdría la pena tomarse la molestia de poner a prueba la intuición de sus miembros londinenses —de algunos de ellos por lo menos— dando a entender, a través y por medio de usted, uno o dos misterios, y dejando que ellos mismos completen lo que queda de la serie. ¿Tomaremos al señor Rhys Davids como nuestro primer responsable y demostraremos que, a pesar de haberlo hecho de una manera indirecta, es él quien ha fortalecido las absurdas ideas del señor Lillie, quien se ilusiona imaginando que ha demostrado la creencia en un Dios personal en el antiguo Buddhismo? La obra "Buddhismo", de Rhys Davids, está llena de los rasgos más importantes de nuestro esoterismo, pero éste, al parecer, se encuentra siempre no sólo más allá de su alcance sino, en apariencia, incluso más allá de los poderes de su comprensión intelectual, por lo que se ve. Para invalidar "metafísicas absurdas" y las invenciones de las mismas, él crea dificultades innecesarias, y se precipita temerariamente en una inextricable confusión. El es como los Colonos de El Cabo, que vivían sobre minas de diamantes sin sospecharlo. Pondré sólo como ejemplo la definición de "Avalokitesvara" en las páginas 202 y 203. Allí encontramos al autor diciendo lo que para cualquier ocultista es de un absurdo evidente:
—"El nombre de Avalokitesvara, que significa 'el Señor que mira hacia abajo desde lo alto' es una invención puramente metafísica. El curioso uso de la partícula avalokita en voz pasiva pasada, se ve claramente, dándole un sentido activo, que procede de las traducciones al tibetano y al chino".
Ahora bien: al decir que este vocablo significa: "el Señor que mira hacia abajo desde lo alto", o bien, tal como lo explica con desenfado más adelante: —"el Espíritu de los Buddhas presente en la iglesia", es invertir por completo el sentido. Es equivalente a decir: "el señor Sinnett mira hacia abajo desde lo alto (su Fragments of Occult Truth) a la Sociedad Teosófica Británica", mientras que es esta última la que mira hacia arriba al señor Sinnett, o más bien a su Fragments como la expresión (la única posible en su caso) y culminación del conocimiento buscado. Este no es un símil inadecuado y define la situación con exactitud. Resumiendo, Avalokita Isvar, interpretado literalmente, significa "el Señor que es visto", implicando "Iswara, por otra parte, más bien el adjetivo que el sustantivo, es decir, señorial, señorío existente por sí mismo, y no Señor. Cuando el término se interpreta correctamente es, en un sentido, "el Ser divino percibido o visto por el Ser", el Atman o Séptimo Principio liberado de su separación mayávica, de su Origen Universal —que se convierte en el objeto de percepción para y por la individualidad concentrada en Buddhi, el Sexto Principio —algo que sólo pasa en el estado más elevado de Samadhi. Esto es por lo que se refiere al microcosmo. En otro sentido, Avalokitesvara implica el séptimo Principio Universal como objeto percibido por el Buddhi universal, "Mente" o Inteligencia, que es, en conjunto, la síntesis de todos los Dhyan Chohans, así como de todas las demás inteligencias, grandes o pequeñas, que siempre existieron, existen o existirán. Ni tampoco es el "Espíritu de los Buddhas el que está presente en la Iglesia", sino —el Espíritu Universal Omnipresente en el templo de la Naturaleza— en un caso, y el séptimo Principio, el Atman, en el templo, el hombre —en el otro. El señor Rhys  Davids podría haber recordado al menos, el (para él) conocido símil hecho por el Adepto cristiano, el Cabalista Pablo: "¿No sabéis que vosotros sois el templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?" —y así, el señor Davids se hubiera ahorrado hacerse un lío con el nombre. Aunque como gramático se dio cuenta de la utilización del vocablo en voz "pasiva pasada", sin embargo, se encuentra muy lejos de ser un inspirado "Panini", al pasar por alto la verdadera causa y salvar su gramática provocando la persecución pública contra los metafísicos. Y sin embargo, cita el Catena de Beal como autoridad a la que se remite para la invención, cuando en realidad esta obra es tal vez la única escrita en inglés que, en cualquier caso, da una explicación bastante aproximada y correcta de la palabra, en la página 374.
"Auto-manifestado" —¿cómo? se pregunta.
"La palabra o Vach se consideraba el Hijo o la manifestación del Eterno SER, y era adorada bajo el nombre de Avalokitesvara, el Dios manifestado".
Esto demuestra con toda claridad que Avalokitesvara es, a la vez, el Padre no manifestado y el Hijo manifestado, el último procediendo de y siendo idéntico al primero; es decir,—el Parabrahm y Jivatman, el séptimo Principio Universal e individualizado —lo Pasivo y lo Activo; el último, la Palabra, Logos, el Verbo. Llámesele como se quiera, mientras estos desgraciados y despistados cristianos sepan que el verdadero Cristo de todo cristiano es Vach, la "Voz mística", mientras que el hombre —Jeshu, no era más que un mortal como cualquiera de nosotros, un adepto, más por su pureza inherente y por su desconocimiento del verdadero Mal, que por lo que había aprendido con sus Rabinos iniciados y con los Hierofantes y sacerdotes egipcios, quienes en ese período ya estaban degenerando rápidamente. Beal también comete una gran equivocación cuando dice: "Este nombre (Avalokitesvara) tomó en chino la forma de Kwan-shai-yin, y la divinidad a la que se rendía culto bajo ese nombre (era), generalmente, considerada femenina".
(374) Kwan-shaiyin —o la voz universalmente manifestada es activa— masculina; y no debe ser confundida con Kwan-yin, o Buddhi, el Alma Espiritual (el sexto Principio) y el vehículo de su "Señor".
Kwan-yin es el principio femenino o la manifestación pasiva, manifestándose a sí misma "en cada criatura del Universo para liberar a todos los hombres de las consecuencias del pecado" —tal como lo presenta Beal, por esta vez con absoluta corrección, (383) —mientras que Kwan-shai-yin, el "Hijo idéntico al Padre", es la actividad absoluta; y por lo tanto —al no tener relación directa con los objetos de sensación— es Pasividad.
¡Qué artimaña más vulgar la de sus aristotélicos! Con la persistencia de un perro sabueso persiguen una idea hasta el mismo borde del "abismo infranqueable" y después, acorralados, dejan que los metafísicos descubran la pista, si pueden, o que la dejen perder. Nada más natural que un teólogo cristiano, un misionero, actúe de esta manera, puesto que una comprensión demasiado acertada de nuestro Avalokitesvara y de nuestra Kwan-Shai-Yin podría tener efectos muy desastrosos —tal como puede percibirse con facilidad incluso en lo poco que acabo de explicar. Significará, simplemente, mostrar a la cristiandad el origen verdadero e innegable de los "pasmosos e incomprensibles" misterios de su Trinidad, de su Transubstanciación, de su Inmaculada Concepción, así como también de dónde proceden sus ideas del Padre, Hijo, Espíritu y —Madre. Es menos fácil cambiar de táctica al piacere (A placer.—Eds.) en la cronología buddhista que en las cronologías del Chrishna y Cristo. Los buddhistas no pueden situar —por mucho que lo quieran— el nacimiento de nuestro Señor Sangyas Buddha en la era cristiana, tal como se las han ingeniado para hacer con la de Chrishna. Es algo sorprendentemente curioso el por qué un ateo y materialista como el señor Rhys Davids elude así la correcta interpretación de nuestros dogmas —incluso cuando él los comprende— cosa que no ocurre todos los días. En esta ocasión, el ciego y culpable Rhys Davids conduce al ciego e inocente señor Lillie hasta el foso, donde este último, aferrándose a la paja que se le tiende, se regocija ante la idea de que el Buddhismo predica en realidad —¡¡un Dios personal!!
¿Conoce su S.T.B. (Sociedad Teosófica Británica.—Eds.) el significado de los triángulos blanco y negro entrelazados del sello de la Sociedad madre que ella también ha adoptado?
¿Debo explicarlo?
El doble triángulo, considerado por los cabalistas judíos como el Sello de Salomón es, como muchos de ustedes indudablemente saben, el Sri-yantra del Templo arcaico Ario, el "misterio de los Misterios", una síntesis geométrica de toda la doctrina oculta. Los dos triángulos entrelazados son el Buddhangams de la Creación. Contienen la "cuadratura del círculo", la piedra filosofal", los grandes problemas de la Vida y de la Muerte, y —el misterio del Mal.
El chela que pueda explicar este signo en cada uno de sus aspectos —es virtualmente un adepto. ¿Cómo es, pues, que la única persona entre ustedes que ha llegado tan cerca del descubrimiento del misterio, es también la única que no obtuvo ninguna de sus ideas de los libros? Inconscientemente, ella descubre —al que tiene la clave— ¡la primera sílaba del Nombre Inefable! Como es natural, usted sabe que el doble triángulo —el Satkona Chakram de Vishnu— o la estrella de seis puntas, es el siete perfecto. En todas las obras sánscritas antiguas —védicas y tántricas— encuentra usted el número 6 mencionado más a menudo que el 7; al estar este último número, el punto central, implícito, porque es el germen de los 6 y su matriz. Tenemos pues que . .(Aquí, en el texto original, se encuentra un dibujo rudimentario representando los triángulos entrelazados inscritos en un círculo.—Ed.) el punto central representa el siete, y el círculo el Mahakasha 􀁎􀁽􀀥􀁽 —el espacio infinito— como el séptimo Principio Universal. En un sentido, los dos son considerados como Avalokitesvara, pues son, respectivamente, el Macrocosmo y el microcosmo. De los triángulos entrelazados —el que tiene la punta hacia arriba— es la Sabiduría oculta, y el de la punta hacia abajo es la Sabiduría revelada (en el mundo fenomenal). El círculo indica la cualidad del Todo que limita y circunscribe, el Principio Universal, el cual se expande así desde cualquier punto dado hasta abarcar todas las cosas, al mismo tiempo que encarna la potencialidad de cada acción en el Cosmos. Por lo tanto, como el punto es el centro alrededor del cual está trazado el círculo —ambos son idénticos y uno solo, aunque desde el punto de vista de Maya y Avidya —ilusión e ignorancia— el uno está separado del otro por el triángulo manifestado, cuyos tres lados representan las tres gunas —atributos finitos.
Simbólicamente, el punto central es Jivatma (el séptimo Principio) y por lo tanto, Avalokitesvara, la Kwan- Shai-Yin, la "Voz" o (Logos) manifestado, el punto germen de la actividad manifestada; por esto, según la fraseología de los cabalistas cristianos, "el Hijo del Padre y de la Madre", y según la nuestra —el Ser manifestado en el Ser— Yih-sin, la "forma Una de la existencia", el hijo de Dharmakaya (la Esencia difundida universalmente), masculina y femenina a la vez.
Parabrahm o "Adi-Buddha" que, a la vez que actúa a través de ese punto germen externamente como una fuerza activa, reacciona desde la circunferencia internamente como la Potencia Suprema, pero latente. Los dobles triángulos simbolizan el Gran Pasivo y el Gran Activo; lo masculino y lo femenino; Purusha y Prakriti. Cada triángulo es una Trinidad, porque presenta un aspecto triple. El blanco representa, con sus líneas rectas Jnanam — (Conocimiento)—; ¡nata —(el Conocedor); y Jneyam —(lo que es conocido). El negro —la forma, el color y la substancia; y también las fuerzas creadora, conservadora y destructora, que son mutuamente correlativas, etc., etc.
Bien puede usted admirar y más debería asombrarse ante la maravillosa lucidez de esa extraordinaria vidente, pues sin saber sánscrito ni pali, y por lo tanto viéndose privada de los tesoros metafísicos de estas lenguas, ha visto, sin embargo, una gran luz resplandeciendo más allá de las oscuras colinas de las religiones exotéricas. ¿Cómo cree usted que llegaron a saber los autores de "La Vía Perfecta" que Adonai era el Hijo y no el Padre; o que la tercera Persona de la Trinidad cristiana es —femenina? En verdad que en esa obra ellos se sirvieron varias veces de los fundamentos del Ocultismo. Ella —que persiste en utilizar sin ninguna explicación el engañoso término "Dios" en sus escritos— ¿puede imaginarse hasta qué punto se acerca a nuestra doctrina cuando dice:
—"Teniendo por Padre al Espíritu, que es Vida (el círculo infinito o Parabrahm), y por Madre el Gran Abismo, que es Substancia (Prakriti en su condición indiferenciada) —Adonai posee la potencialidad de los dos y maneja los poderes duales de todas las cosas?" Nosotros diríamos triples, pero en el sentido que se le da aquí ya servirá.
Pitágoras tenía una razón para no usar nunca el número 2, finito y sin utilidad, y para prescindir por completo de él. El UNO, al manifestarse, sólo puede convertirse en tres. Lo inmanifestado, como simple dualidad, permanece pasivo y disimulado. La mónada dual (los principios 7° y 6°) para poder manifestarse como Logos, como "Kwan-shai-yin", tiene que convertirse primero en una tríada (principios 7°, 6° y la mitad del 5°); luego, en el seno del "Gran Abismo" atrayendo dentro de sí misma el Círculo Uno, forma de él el Cuadrado perfecto —y de esta manera se alcanza la "cuadratura del círculo"— el más grande de todos los misterios, amigo mío —e inscribe dentro de este último la —PALABRA (el Nombre Inefable)— pues de lo contrario, la dualidad no podría seguir siéndolo y tendría que ser reabsorbida en el UNO. El "Abismo" es el Espacio —masculino y femenino a la vez. La Sloka dice: "Purush (como Brahma) alienta en la Eternidad; cuando 'él' inspira, Prakriti (como substancia manifestada) desaparece en su seno; cuando 'él' espira, ella reaparece como Maya". La realidad Una es Mulaprakriti (la Substancia indiferenciada), la "Raíz sin raíz", la . . . Pero hemos de detenemos, de lo contrario a su propia intuición le quedaría muy poco por decir.
Bien puede ser que el Geómetra de la R.S. (La Real Sociedad.—Eds.) no sepa que el aparente absurdo de intentar la cuadratura del círculo encierra un misterio inefable. Este, difícilmente se encontraría entre las piedras fundamentales de las especulaciones del señor Roden Noel sobre el "cuerpo espiritual ... de nuestro Señor", ni entre los débris  (Pedazos, en francos. N.T.)  de la obra del señor Farmer "A New Basis of Belief in Inmortality"; y para muchas de esas mentes metafísicas sería más que inútil divulgar el hecho de que el Círculo Inmanifestado —el Padre o Vida Absoluta— es inexistente fuera del Triángulo y del Cuadrado Perfecto —y que sólo se manifiesta en el Hijo; y que cuando se invierte la acción y vuelve a su estado absoluto de Unidad, y el cuadrado se expande una vez más en el Círculo, —"el Hijo retorna al seno del Padre". Allí permanece hasta que es llamado por su Madre —el "Gran Abismo", para que regrese, para volver a manifestarse como tríada —participando el Hijo, simultáneamente, de la Esencia del Padre y de la de la Madre —la Substancia activa, Prakriti, en su condición diferenciada. "Mi Madre —(Sophia, la Sabiduría manifestada)— me tomó", dice Jesús en un tratado gnóstico; y pide a sus discípulos que esperen hasta que él venga... La verdadera "Palabra" sólo puede encontrarse descubriendo el misterio del paso hacia dentro y hacia fuera de la Vida Eterna, a través de los estados representados en estas tres figuras geométricas.
La crítica de "Un Estudiante de Ocultismo" (cuyo ingenio se ha agudizado con el aire de las montañas de su casa) y la respuesta de "S.T.K. . . -. Chary" (Theosophist de junio) sobre una parte de las explicaciones de anillos y círculos de usted, no deben perturbar o distraer en modo alguno su serenidad filosófica. Como dice, de una manera significativa, nuestro chela de Pondichery ni a usted ni a ningún otro hombre del otro lado del umbral se les ha enseñado ni se les enseñará jamás la      "teoría completa" de la Evolución, ni la conseguirán, a menos que la adivinen por sí mismos. Si alguien puede desenmarañarla de esos entremezclados hilos tal como los que se le dan, pues bien; y desde luego, sería una demostración muy buena de su visión espiritual. Algunos —han llegado muy cerca de ella. Sin embargo, incluso entre los mejores de ellos existe siempre suficiente error de interpretación y de conceptos —matizando y confundiendo; la sombra de Manas proyectándose sobre el campo de Buddhi— para demostrar la ley eterna de que sólo el Espíritu liberado de toda traba verá las cosas del Espíritu sin un velo. Ningún aficionado no instruido podría jamás rivalizar con el que es experto en esta rama de la investigación; pues los verdaderos Reveladores en el mundo han sido pocos, y los pseudo-Salvadores del mismo han sido legión; y es una suerte si sus semivislumbres
de la luz no se hacen observar a punta de espada, como en el Islam, o como en la Teología cristiana entre las llamaradas de las hogueras y en las cámaras de tortura. Los Fragments de usted contienen algunos errores —aunque muy pocos, debidos sólo a sus dos preceptores de Adyar, uno de los cuales no quiso decírselo a usted todo, y el otro no pudo. El resto no podrían llamarse errores —sino más bien explicaciones incompletas. Estas se deben, en parte, a su misma imperfecta instrucción sobre el último tema —quiero decir las siempre amenazantes oscuraciones— en parte, a los pobres medios de expresión de que disponemos, y también en parte, a la discreción impuesta sobre nosotros por la regla. Pero, teniendo en cuenta todas las cosas, esos errores son pocos y triviales, mientras que por lo que se refiere a los puestos de relieve por "Un estudiante, etc." (el Marco Aurelio de Simla), en su número VII, le agradará a usted saber que cada uno de ellos, por más que parezcan ahora contradictorios, pueden conciliarse fácilmente con los hechos (y si es necesario se conciliarán).
La dificultad estriba en que:
(a) a usted no se le pueden dar los verdaderos números y diferencias en las Rondas; y
(b) que usted no abre suficientes puertas a los investigadores. El radiante Astro de la S.T.B. y las Inteligencias que la rodean (que la encarnan, quiero decir) pueden ayudarle a ver los fallos: de todos modos, inténtelo.
"Nunca se ha perdido nada por intentarlo". Usted, al igual que todos los principiantes, tiende a sacar conclusiones totalmente firmes (a partir) de insinuaciones parcialmente captadas, y a dogmatizar sobre ello como si se hubiera dicho la última palabra. Con el tiempo, se corregirá de esto. Usted puede comprendemos mal, es más que probable que lo haga así, pues nuestro lenguaje debe ser siempre, más o menos, el de la parábola y la sugerencia, cuando se está pisando terreno prohibido; nosotros tenemos nuestros modos peculiares de expresión, y lo que se encuentra más allá de las barreras verbales es más importante aún que lo que usted lee.
Pero, con todo —INTÉNTELO. Es posible que si el señor S. Moses pudiera saber lo que se quiso significar con lo que se le dijo sobre sus Inteligencias se daría cuenta de que todo es estrictamente cierto. Como él es un hombre de desarrollo interno, puede llegar el día en que su reconciliación con "los Ocultistas" sea completa. ¿Quién sabe?
Mientras tanto, y con su permiso, terminaré este primer volumen.
K.H.




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