LAS CARTAS DE LOS
MAHATMAS.
CARTA N°. 63
Carta del Mahatma
K.H. a A. P. Sinnett.
CARTA Nº 63
Recibida en
Londres, en el verano de 1884.
Buen amigo—
Cuando comenzó
nuestra primera correspondencia no se tenía la menor idea de que surgiera ninguna
publicación que tuviera como base las respuestas que usted pudiera recibir.
Usted seguía haciendo preguntas al azar, y al ser dadas las respuestas en
momentos diferentes, ante preguntas que no guardaban ninguna relación entre sí,
y por así decirlo, bajo una disimulada protesta, a menudo resultaban
necesariamente imperfectas desde diferentes puntos de vista.
Cuando se permitió
la publicación de algunas de estas respuestas en El Mundo Oculto, se tenía la
esperanza de que entre sus lectores algunos pudieran ser capaces, como lo era
usted, de reunir las diferentes partes y sacar de ellas el armazón o una sombra
de nuestro sistema, el cual, aunque no fuera exactamente el original —pues esto
sería imposible— se parecería a éste tanto como eso fuera posible puesto que se
trata de la obra de un no-iniciado. ¡Pero
los resultados han demostrado ser casi desastrosos! Hemos ensayado un
experimento y ¡hemos fracasado lamentablemente! Ahora vemos que
nadie, a no ser aquellos que han pasado al menos su tercera iniciación, es
capaz de escribir sobre esos temas con comprensión. Un Herbert Spencer
se hubiera hecho un lío con ello, en sus circunstancias. Y Mohini no tiene ciertamente
toda la razón; en realidad, en algunos detalles se equivoca, pero también lo
hace usted, mi viejo amigo, aunque el lector profano no es el más inteligente
para darse cuenta y, hasta ahora, ninguno
se ha dado cuenta de los errores vitales en El Buddhismo Esotérico y en El
Hombre; ni es probable que lo noten. No podemos dar más información sobre el
tema que ya ha sido tratado por usted, y hemos de dejar que los hechos ya
comunicados se incorporen a una filosofía consistente y sistemática por parte
de los chelas de la Sede Central. La Doctrina Secreta explicará muchas cosas y
orientará a más de un perplejo estudiante.
Por lo tanto,
exponer ante el mundo todo el material original y complicado que obra en su poder
en forma de viejas cartas —en las cuales, debo confesarlo, mucho fue escrito confusamente
a propósito— sólo haría que la confusión aumentara. En vez de resultar de ello algún
bien para usted y para los demás, sólo le colocaría en una posición todavía más
difícil, atrayendo la crítica sobre las cabezas de los "Maestros" y
originándose así una influencia que retardaría el progreso humano y el de la
S.T. Por eso yo protesto con la mayor energía contra su
nueva idea. Deje a La Doctrina Secreta la tarea de vindicarlo. Mis cartas no
deben ser publicadas en la forma que usted sugiere, sino al contrario, si usted
quisiera evitarle el trabajo a Djual K., deberían enviarse copias de algunas al
Comité Literario en Adyar —sobre el cual Damodar ya le ha escrito a usted— de
manera que, con la ayuda de S.T.K. Charya, Djual K., Subba Row y el Comité
Secreto (del cual excluimos, a propósito, a H.P.B. para evitar nuevas suspicacias
y calumnias), ellos podrían ser capaces de utilizar la información para la consecución del objetivo por el cual se
inició el Comité, tal como lo explicó Damodar en la carta que escribió,
siguiendo órdenes. No es
un nuevo "asunto Kiddle" lo que trato de evitar, ni la crítica dirigida
contra mí personalmente, la cual, en verdad, apenas puede alcanzarme, sino que
más bien trato de evitarle a usted y a la Sociedad nuevas contrariedades, que
esta vez serían serias. Para
abreviar: las cartas no fueron escritas para ser publicadas ni para ser comentadas
en público, sino para uso privado, y ni M. ni yo daremos nunca nuestro consentimiento
para que se vean manipuladas de esa manera.
En cuanto a su
primera carta, Dj.K. ha recibido instrucciones de atenderla. En cosas tan delicadas
todavía soy menos competente para aconsejar que para satisfacer a aspirantes a "chelas"
de la clase de "L.C.H." Me temo que la
"pobre y querida señora Holloway" está enseñando sus blancos dientes,
y con dificultad se la calificaría ahora de "compañera encantadora". Siguiendo
instrucciones, Olcott escribió una carta a Finch, la cual proporciona la clave
del pequeño problema. Se trata de nuevo de Fern, Moorad Alí, Bishen Lal y otros
náufragos. ¡Por
qué los "aspirantes" a chelas que tienen una personalidad y un
sentido del yo tan marcados quieren entrar a la fuerza en el círculo encantado
y peligroso de la probación! Perdone
mi breve carta: ahora estoy muy ocupado con el nuevo año que empieza.
K.H.
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