lunes, 15 de febrero de 2016

LAS CARTAS DE LOS MAHATMAS. CARTA N°. 55

LAS CARTAS DE LOS MAHATMAS.
CARTA N°. 55
Carta del Mahatma K.H. a A. P. Sinnett.

CARTA Nº 55 (El sobre está escrito con letra de K.H. y dirigido a "A.P. Sinnett, Esq. c/ of L.C.H."—Ed.)
Ahora, amigo, ha completado usted uno de sus ciclos menores; ha sufrido, luchado y triunfado. Tentado, no ha desfallecido, ha ganado fortaleza y la dura naturaleza de la parte y de las pruebas que le tocan a cada aspirante que busca el conocimiento oculto es ahora, sin duda, mejor comprendida por usted. Era necesaria su huida de Londres y de usted mismo; como también lo era su elección de los lugares donde usted pudiera librarse mejor de las malas influencias de su "temporada" social y de su propia casa. No hubiera sido lo mejor el que hubiera usted venido antes a Elberfeld; es mejor que haya venido ahora. Porque ahora está mejor preparado para soportar la tensión de la situación actual. El aire está lleno de las miasmas de la traición; un oprobio inmerecido se cierne sobre la Sociedad y la falacia y la falsedad han sido utilizadas para derribarla. La Inglaterra eclesiástica y la Anglo-India oficial han pactado en secreto para comprobar, si es posible, sus peores sospechas y aplastar el movimiento al menor pretexto. Toda estratagema infame será empleada en el futuro, como ya lo es en el presente, para desprestigiamos a nosotros, como sus promotores, y a ustedes como sus patrocinadores. Porque la oposición representa enormes intereses financieros y ellos cuentan con la ayuda entusiasta de los Dugpas, ¡tanto en Bhootan como en el Vaticano!
Usted es uno de los "blancos luminosos" a los que apuntan los conspiradores. Trabajarán diez veces más que hasta ahora para cubrirle a usted de ridículo por su credulidad —en especial— por su fe en mi persona, y para refutar los argumentos de usted que apoyan la enseñanza esotérica. Puede que traten de quebrantar su confianza, aún más de lo que ya lo han hecho, con pretendidas cartas presentadas como elaboración de H.P.B. y otros, o con documentos falsificados presentando y confesando fraudes y planeando repetirlos. Siempre ha sido así.
Aquellos que han estado velando por el género humano en el transcurso de los siglos de este ciclo, han visto repetirse constantemente los detalles de esta lucha a muerte entre la Verdad y el Error. Algunos de ustedes, teósofos, se sienten heridos ahora sólo en su "honor" o en sus bolsillos, pero aquellos que sostuvieron la lámpara en las generaciones precedentes, pagaron con sus vidas la posesión de su conocimiento.
Valor, pues, todos vosotros, los que quisierais ser luchadores de la única Verdad divina; manteneos decididos y confiados; economizad vuestra fuerza moral no desperdiciándola en trivialidades, sino conservándola para las grandes ocasiones como la presente.
A través de Olcott, el pasado mes de abril les previne a todos ustedes, de lo que estaba a punto de estallar en Adyar y le dije que no se sorprendiera cuando se prendiera fuego a la mecha. Todo terminará bien, a su debido tiempo —sólo con que ustedes, los grandes y distinguidos jefes del movimiento, sigan inmutables, precavidos y unidos.
Hemos alcanzado nuestro objetivo en cuanto a L.C.H. Ella ha mejorado mucho y a partir de ahora toda su vida se beneficiará de la prueba que está atravesando. Para ella el romper con usted hubiera representado un daño psíquico irreparable. En realidad, esto se le mostró a ella antes de que yo consintiera en intervenir entre ustedes dos, ante sus ruegos apasionados; estaba dispuesta a volar hacia América, y si no hubiera sido por mi intervención, lo hubiera hecho así. Peor que eso, su mente estaba perdiendo rápidamente su estabilidad, y se estaba volviendo inútil como instrumento oculto. Falsos maestros la estaban atrayendo a su poder y falsas revelaciones la confundían, así como a aquellos que la consultaban. Su casa, mi buen amigo, alberga una colonia de Elementarios que se han establecido allí; y para una sensitiva como ella era una atmósfera tan peligrosa para vivir como lo sería la de un movido cementerio para una persona receptiva ante mórbidas influencias físicas. Usted debe extremar su cuidado cuando regrese para no estimular la sensibilidad en su hogar, ni admitir más visitas de las que pueda atender de conocidos sensitivos con tendencias mediumnísticas. También sería bueno encender fuego de leña en las habitaciones de cuando en cuando, y colocar como fumigadores recipientes abiertos (¿braseros?), con brasas de madera. También podría pedir a Damodar que le enviara algunos paquetes de varillas de incienso para utilizarlas con este propósito. Estas cosas ayudan, pero la mejor manera de expulsar a huéspedes indeseables de esta especie es vivir con pureza de pensamiento y acción. Los talismanes que se le han dado serán también una ayuda poderosa sí usted mantiene inamovible su confiama en ellos y en nosotros. (?)
Usted ha oído hablar del paso que se le permitió dar a H.P.B. Sobre el señor Olcott ha recaído una tremenda responsabilidad; y otra mayor todavía sobre usted, a causa del M.O. (El Mundo Oculto— Eds.) y El Buddhismo Esotérico. Porque este paso de ella está en relación directa y es el resultado de la aparición de estos dos libros. Esta vez se trata de su Karma, mi buen amigo. Espero que comprenderá bien lo que quiero decir. Pero si se mantiene sinceramente fiel a la S.T. puede contar con nuestra ayuda, y también pueden hacerlo todos los demás hasta el máximo de sus merecimientos. El plan de acción original de la S.T. debe ser reivindicado si no quiere ver como ésta se derrumba y si no quiere que su reputación se entierre con ella. Ya hace tiempo que se lo dije. En los próximos años, la Sociedad no podrá sostenerse apoyada solamente en fenómenos y en los "Hermanos Tibetanos". Todo esto debería haberse limitado a un círculo interno y SECRETO. Hay una tendencia claramente demostrada del culto al héroe y usted, amigo mío, no está totalmente exento de ella. Me doy perfecta cuenta del cambio que últimamente se ha operado en usted, pero esto no cambia la cuestión principal. Si usted ha de continuar con sus estudios ocultos y con el trabajo literario —entonces aprenda a ser leal a la Idea antes que a mi pobre persona. Cuando haya que hacer algo, no piense nunca si yo lo deseo, antes de actuar; yo quiero todo lo que, en mayor o menor grado, pueda impulsar hacia adelante estas inquietudes. Pero estoy muy lejos de ser perfecto y, por lo tanto, estoy muy lejos de ser infalible en todo lo que hago, aunque esto no es exactamente como usted imagina haberlo descubierto ahora. Porque usted conoce —o cree conocer— aun solo K.H. —y puede que no conozca más que a uno— mientras que existen dos personajes distintos que responden en él a este nombre que usted conoce. El enigma es sólo aparente y fácil de resolver, con sólo que usted sepa lo que es un verdadero Mahatma. Con el incidente de Kiddle —que tal vez se permitió que llegara hasta su amargo fin con un propósito— usted ha visto que incluso un "Adepto", cuando actúa en su cuerpo, no está exento de los errores propios de la negligencia humana. Ahora usted comprende que es verosímil que él resulte un absurdo ante los ojos de aquellos que no tienen una adecuada comprensión del fenómeno de la transmisión de pensamiento y de las precipitaciones astrales —y todo esto debido a la falta de una simple precaución. Este peligro existe siempre, si uno ha descuidado constatar si las palabras y las frases que se deslizan en la mente han surgido todas de dentro, o si algunas pueden haber sido imbuidas desde fuera. Lamento haberle puesto en esa falsa posición ante sus muchos enemigos, e incluso ante sus amigos. Esa fue una de las razones por las cuales yo vacilé en dar mi consentimiento para publicar mis cartas privadas y excluí específicamente de la prohibición unas cuantas de la serie. No tuve tiempo de repasar su contenido —ni lo tengo ahora.
Tengo la costumbre de hacer frecuentes citas sin poner las comillas —citas que tomo del laberinto de lo que consigo en los incontables folios de nuestras bibliotecas Akásicas— con los ojos cerrados —por así decirlo. Algunas veces puedo expresar pensamientos que verán la luz años después; en otras ocasiones, lo que un orador, un Cicerón, puede haber pronunciado en épocas pretéritas, y otras veces no sólo lo que ya fue expresado por oradores modernos, sino también lo que ya fue escrito o impreso —como en el caso de Kiddle. Al no ser periodista de oficio, hago todo esto sin interesarme lo más mínimo de dónde pueden provenir las frases y la ristra de palabras, mientras que a mí me sirvan para expresarme y estén de acuerdo con mis propios pensamientos. ¡Ahora he recibido una lección, según el punto de vista europeo, sobre el peligro de mantener correspondencia con literati occidentales! Pero, sin embargo, mi "inspirador", el señor Kiddle, no es desagradecido, puesto que es sólo a mí a quien debe el distinguido honor de ser conocido por su nombre, y de que sus declaraciones fueran repetidas incluso por boca de los serios "catedráticos" de Cambridge. Si para él la fama es dulce, ¿por qué no ha de sentirse consolado pensando que el caso de "fragmentos paralelos de Kiddle—" se ha convertido ahora en una cause tan célebre en el departamento de "quién es quién" y de "¿cuál de los dos plagió al otro?" como el misterio Bacon-Shakespeare; si no por su valor, sí por el rigor de la investigación científica, nuestro caso es parejo al de nuestros dos grandes predecesores.
Pero la situación —por divertida que sea en un sentido— es muy seria para la Sociedad; y los "paralelismos" deben ceder su protagonismo ante la conspiración "Misión cristiana- Coulomb". Deposite, pues, en esto último todos sus pensamientos, mi buen amigo —si a pesar de todo es amigo. Usted está muy equivocado si está pensando en ausentarse de Londres el próximo invierno. Pero no voy a presionarle para que se quede, si no se encuentra a la altura de las circunstancias. En todo caso, tienen que tomarse otras disposiciones si usted deserta del "Círculo Interno"; para mí está fuera de toda duda que debo seguir manteniendo correspondencia con los dos e instruirles. O bien usted ha de ser mi portavoz y secretario en el Círculo o yo tendré que servirme de algún otro como mi delegado, y en este caso no me quedará absolutamente nada de tiempo para escribirle. Ellos se han comprometido conmigo (la mayoría) —en vida y en muerte— (la copia de la promesa está en manos del Maha-Chohan) —y yo estoy ligado a ellos.
Ahora no puedo enviar con seguridad mis instrucciones y mis cartas ocasionales, excepto si lo hago por medio de Damodar. Pero, antes de que pueda hacer incluso eso, la Sociedad, y en especial la Sede Central, tendrá que pasar primero por la crisis que se avecina.
Si a usted le interesa todavía reanudar las enseñanzas ocultas ponga a salvo, ante todo, nuestro servicio de correspondencia. Repito que no debe acudirse más a H.P.B. sin obtener su total consentimiento. Scha ganadoesto y hay que dejarla tranquila.
Se le permite retirarse por tres razones;
(1) para apartar la S.T. de sus fenómenos, que ahora se intentan presentar como fraudulentos;
(2) para ayudar a la S.T. eliminando la causa principal de la animosidad desencadenada contra ella; (3) para tratar de restaurar la salud del cuerpo para que así pueda ser utilizado durante algunos años más. Y ahora, respecto a los detalles, consúltenlos entre todos ustedes; para eso les he pedido a ellos que lo manden a buscar a usted. El firmamento está ahora negro, pero no se olvide del alentador lema "¡Post nubila Phoebus!".
Bendiciones para usted y para su siempre leal señora,
K.H.



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