LA CLAVE DE LA TEOSOFÍA
EXPOSICIÓN CLARA EN FORMA DE PREGUNTAS Y
RESPUESTAS DE LA ÉTICA, CIENCIA Y FILOSOFÍA
PARA CUYO ESTUDIO HA SIDO FUNDADA LA
SOCIEDAD TEOSÓFICA
Dedicada por H. P. B.
a todos sus discípulos
para que aprendan y puedan enseñar a su
vez.
(Parte 13)
CARÁCTER SAGRADO DEL COMPROMISO
|
|
¿Se aplica en la Sociedad Teosófica algún
sistema de ética?
|
Bastante clara y fácil
es la nuestra para el que quiera seguirla. Es la esencia de la ética del
mundo, sacada de las enseñanzas de todos los grandes reformadores del
Universo.
En ella veréis
representados a Confucio y Zoroastro, Lao–Tse y el Bhagavat–Gîtâ, los preceptos de Gotama Buddha y Jesús de Nazaret, de Hillel y su escuela; así
como los de Pitágoras, Sócrates, Platón y sus respectivas
escuelas.
|
¿Siguen los miembros de la Sociedad
esos preceptos? Tengo entendido que existen grandes disensiones y disputas
entre ellos.
|
Es muy natural; pues
aunque la reforma, en su estado actual, puede considerarse como nueva, los
hombres y las mujeres que hay que reformar no son sino las mismas naturalezas
humanas pecadoras de los tiempos pasados. Como ya se dijo, son pocos los miembros activos, celosos y
ardientes; pero muchos son los sinceros y bien dispuestos que tratan de
sostener lo mejor que pueden los ideales de la Sociedad y los suyos propios.
Es deber nuestro el ayudar a los miembros, individualmente, en el progreso
intelectual, moral y espiritual, y no censurar o condenar a los que yerran y
fracasan. No tenemos, estrictamente hablando, derecho para negar la admisión
a persona alguna especialmente en la Sección Esotérica de la Sociedad
en la cual “el que entra es igual a un recién nacido”. Pero si cualquier
miembro, a pesar de sus compromisos sagrados, contraídos bajo su palabra de
honor y en nombre del “Yo” inmortal, sigue después de ése “nuevo nacimiento”
con los vicios y defectos de la antigua vida, tolerándolos y satisfaciéndolos
no obstante pertenecer a la Sociedad, entonces, naturalmente, es más que
probable que se le pondrá en el trance de dimitir o, en caso de negarse a
ello, será expulsado. Tenemos reglas estrictas para tales circunstancias.
|
¿Podéis citar algunas de ellas?
|
Sí. Ningún miembro de la
Sociedad, sea exotérico o esotérico, tiene derecho a imponer sus opiniones
personales a otro miembro. Ésta es una ofensa contra la Sociedad en general.
Respecto a la Sección Interior, llamada ahora Esotérica, la siguiente
regla ha sido presentada y adoptada desde el año 1880: “No podrá ningún
hermano, servirse para su uso egoísta, de ningún conocimiento que se le
comunique por cualquier miembro de la primera sección (actualmente, “un
grado” superior), siendo la violación de esta regla castigada con la expulsión”.
Antes que puedan ser comunicados esos conocimientos, ha de comprometerse el
aspirante, bajo juramento solemne, a no usarlos con miras egoístas, ni a
revelar nada de lo que se le ha confiado, si no está autorizado para ello.
|
¿Pero puede una persona expulsada de
la Sección, o dimisión, revelar lo que pueda haber aprendido o violar
cualquier cláusula del compromiso adquirido?
|
No, ciertamente. Su expulsión o dimisión sólo la relevan de
la obligación de obediencia al maestro, y de tomar parte activa en la obra de
la Sociedad; pero no seguramente del sagrado compromiso del secreto.
|
¿Es esto razonable y justo?
|
Seguramente. Para todo
hombre o mujer dotado aun del mínimo sentimiento del honor, su promesa del
secreto, tomada bajo su palabra de honor, y mucho más, en nombre de su
Yo superior (el Dios interno), es inviolable mientras viva. Y aunque pueda
dejar de formar parte de la Sección y de la Sociedad, ningún hombre o mujer
dignos pensará en atacar o perjudicar a una corporación a que pertenecen en
virtud de semejante compromiso.
|
Sin embargo, ¿no es esto extremar
las cosas?
|
Puede que sí, teniendo
en cuenta la relajación de estos tiempos y de la moral; mas si la promesa no
fuera firme, ¿qué necesidad habría
de compromiso alguno? ¿Cómo puede uno aspirar a que se lo instruya en la
ciencia secreta, si ha de quedar en libertad de eximirse cuando le plazca de
todas las obligaciones que se ha impuesto? ¿Qué seguridad, confianza o
crédito podrían existir jamás entre los hombres, si compromisos tales no
hubiesen de tener valor o fuerza real alguna? Creedme; la ley de retribución
(Karma) daría su merecido muy pronto a aquel que de tal modo quebrantase su
compromiso; tan pronto, quizás, como se manifestaría el desprecio de todo
hombre honrado, hasta en este mismo plano físico. Como dice muy bien el Path,
julio 1889 (Nueva York), respecto a este asunto: “Una vez adquirido un
compromiso, nos obliga para siempre en el mundo moral y en el mundo oculto. Si
alguna vez lo violamos y sufrimos las consecuencias, esto no nos justifica para
violarlo de nuevo; y siempre que así lo hagamos, reaccionará sobre nosotros
la poderosa balanza de la Ley (de Karma).
|
No hay comentarios.:
Publicar un comentario