A
partir de esta parte 7ma. de LA CLAVE DE LA TEOSOFÍA, he puesto el titulo del
tema que se trata en cuestión con vistas a no hacer tan monótonas la
presentación del tema que se trata en cada
parte de este libro ya que el mismo lo he dividido en 60 partes aproximadamente.
LA CLAVE DE LA TEOSOFÍA
EXPOSICIÓN CLARA EN FORMA DE PREGUNTAS Y
RESPUESTAS DE LA ÉTICA, CIENCIA Y FILOSOFÍA
PARA CUYO ESTUDIO HA SIDO FUNDADA LA
SOCIEDAD TEOSÓFICA
Dedicada por H. P. B.
a todos sus discípulos
para que aprendan y puedan enseñar a su
vez.
(Parte 9)
POR QUÉ INTERESA LA TEOSOFÍA
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Entiendo hasta cierto punto las doctrinas
teosóficas; pero observo que son mucho más complicadas y metafísicas que las
del espiritismo o las ideas religiosas corrientes. ¿Podéis explicarme cómo ha
despertado este sistema de la Teosofía, que
defendéis, tanto interés y tanta animosidad
al mismo tiempo?
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Creo que existen
varias razones para ello. Entre otras causas que pueden citarse, figura primeramente la gran reacción que
existe, hija de las groseras teorías materialistas que hoy prevalecen entre
los hombres de ciencia. En segundo lugar,
el descontento general respecto de la teología artificial de las diferentes
Iglesias Cristianas, y el número cada vez mayor de sectas que se
combaten unas a otras. Tercero, una
percepción creciente del hecho de que las creencias que se contradicen tan
evidentemente unas a otras, no pueden ser verdaderas, y que pretensiones
no comprobadas no pueden ser reales. A esa natural desconfianza en las
religiones convencionales hay que añadir el fracaso completo de las mismas,
en cuanto a la conservación de la moral y la purificación de la sociedad y de
las masas. Cuarto, la convicción en
muchos, y el saber en algunos, de que debe existir en alguna parte un sistema
filosófico y religioso que ha de ser científico y no solamente especulativo. Finalmente,
la creencia de que quizás tal sistema haya de buscarse en doctrinas que se anticiparon
con mucho a toda, fe moderna.
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Mas ¿cómo ha venido ese sistema a
revelarse precisamente ahora?
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Porque precisamente ahora encontraron
ocasión propicia y preparada la época para ello; lo que se prueba por el
decidido esfuerzo y el empeño de tantos ardientes escritores y sabios en alcanzar
la verdad, cueste lo que cueste y en cualquier parte que eso oculta. Teniendo esto en consideración,
los depositarios de la misma permitieron que algunas partes de esa verdad, al
menos, fuesen divulgadas. Si se hubiese diferido la formación de la Sociedad
Teosófica para unos cuantos años más adelante, una mitad de las naciones
civilizadas sería a estas horas materialista declarada, y antropomorfista y fenomenalista
la otra mitad.
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¿Hemos de considerar a la Teosofía
en algún modo como una revelación?
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De ninguna manera, ni siquiera en el sentido de una velación de algunos seres
superiores, sobrenaturales, o al menos, sobrehumanos; sino solamente en el sentido de un
“descubrimiento” de antiguas, muy antiguas verdades, ante inteligencias hasta
ahora ignorantes de las mismas; ignorantes hasta de la existencia y
conservación de tal ciencia arcaica. (Está de moda, particularmente desde hace poco tiempo, ridiculizar la
noción de que haya existido nunca otra cosa más que impostura sacerdotal en
los misterios de pueblos
grandes y civilizados, como lo fueron los Egipcios, los Griegos o los
Romanos. Preténdase que hasta los Rosacruces mismos eran una especie de
lunáticos y de impostores. Numerosos libros se han escrito acerca de ellos; y
principiantes que apenas conocían ese nombre pocos años antes, se han
presentado como grandes críticos y gnósticos, acerca de la Alquimia, de los
filósofos del fuego y del misticismo en general. Se sabe, sin embargo, que
una larga serie de Hierofantes de Egipto, de la India, de Caldea y de Arabia,
así como los más grandes filósofos y sabios de Grecia y del occidente,
incluyeron bajo la designación de Sabiduría y Ciencia Divina todo
conocimiento, porque consideraban la base y el origen de todo arte y ciencia
como esencialmente divino. Platón tenía por sacratísimos a los misterios; y
Clemente de Alejandría, que había sido iniciado en los misterios Eleusinos,
declaró que” las doctrinas que en ellos se enseñaban contenían la meta de
todo saber humano.” ¿Eran Platón y Clemente dos impostores, dos locos, o
ambas cosas a la vez?)
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Habéis hablado de “animosidad.” Si
la verdad es tal como la representa la Teosofía, ¿por qué ha encontrado tanta
oposición y poca aceptación en general?
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Por muchas y diversas
razones, una de las cuales consiste en el
odio que sienten los hombres a las “innovaciones”, como suelen
llamarlas. El egoísmo es esencialmente
conservador, y odia que lo molesten. Prefiere la mentira fácil
y cómoda, a la verdad más grande, si requiere esta última un sacrificio
personal, por insignificante que sea. Grande es
el poder de la inercia mental cuando se trata de algo que no produzca un
beneficio y recompensa inmediatos. Nuestra época es eminentemente
antiespiritual y práctica. Además, hay que tener en cuenta la índole
especial de las enseñanzas Teosóficas; la naturaleza eminentemente abstracta de sus doctrinas,
algunas de las cuales contradicen abiertamente muchas extravagancias humanas
tenidas en aprecio por los sectarios, y que han penetrado en el corazón mismo
de las creencias populares. Si a todo esto se agregan los esfuerzos personales y
la gran pureza de vida exigidos a los que aspiran a figurar entre los
discípulos del círculo interior, y la clase muy limitada de personas a
las que atrae un código o reglamento enteramente desinteresado y altruista,
se comprenderá fácilmente por qué está
destinada la Teosofía a una labor tan lenta y tan ruda. Es esencialmente la
filosofía de los que sufren y han perdido toda esperanza de encontrar alivio
y socorro en las luchas de la vida, por ningún otro medio. Además, la
historia de todo sistema de creencias o moral recientemente introducido en
suelo extranjero demuestra que sus comienzos son siempre combatidos por todos
los medios y obstáculos que tanto el oscurantismo como el egoísmo pueden
sugerir. “La corona del innovador es, en verdad, una corona de espinas. No
pueden echarse por tierra sin peligro alguno los antiguos y ruinosos
edificios.”
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Todo esto se refiere más bien a la
filosofía y ética de la Teosofía. ¿Po-déis darme una idea general de la Sociedad
Teosófica, su objeto y estatutos?
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Jamás se ha guardado
secreto sobre ello. Preguntad y contestaré con exactitud.
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He oído decir que estabais ligados
por compromisos o juramentos.
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Sólo en la Sección
“Esotérica” o Secreta.
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También he oído que algunos miembros,
después de haberse dado de baja, no se consideraban como ligados por aquellos.
¿Pueden hacerlo?
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Esto demuestra que su
concepto del honor es un concepto imperfecto. ¿Cómo pueden hacerlo? Como dice muy bien el
Path (Sendero), nuestro órgano teosófico en Nueva York, respecto a un
caso análogo: “Supóngase que se forma
consejo de guerra a un soldado por faltar al juramento y a la disciplina, y
que es expulsado del servicio. Lleno de rabia ante el castigo merecido, cuyas
consecuencias no ignoraba, por haber sido claramente advertido de las mismas,
el soldado se pasa al enemigo y le da informes cual espía y traidor, para
vengarse del que era su jefe, pretendiendo quedar relevado del juramento de
lealtad a su causa, por efecto del castigo que se le impusiera”.
¿Creéis que tiene
razón, que está justificado?
¿No opináis que merece
se lo considere como un hombre sin honor, como un cobarde?
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Tal creo; pero otros piensan de distinto
modo.
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Tanto peor para ellos.
Pero hablaremos de este asunto más adelante.
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