miércoles, 19 de noviembre de 2014

LA NATURALEZA SEPTENARIA DEL HOMBRE

LA CLAVE DE LA TEOSOFÍA

EXPOSICIÓN CLARA EN FORMA DE PREGUNTAS Y RESPUESTAS DE LA ÉTICA, CIENCIA Y FILOSOFÍA
PARA CUYO ESTUDIO HA SIDO FUNDADA LA SOCIEDAD TEOSÓFICA

Dedicada por H. P. B.
a todos sus discípulos
para que aprendan y puedan enseñar a su vez.

(Parte 24)

LA NATURALEZA SEPTENARIA DEL HOMBRE
¿Es lo que llamamos espíritu, alma y hombre de carne?
No. Ésa es la antigua división platónica. Platón estaba iniciado, y, por lo tanto, no podía entrar en detalles prohibidos; pero el que conoce la doctrina arcaica encuentra el número siete en las varias combinaciones de Platón respecto al alma y al espíritu.
Consideraba al hombre constituido en dos partes: la una eterna, formada de la misma esencia que lo Absoluto; la otra mortal y corruptible, derivando sus partes constitutivas de los dioses menores “creados”. Demuestra al hombre compuesto de:
1º un cuerpo mortal,
2º un principio inmortal, y
3º “una especie del alma mortal separada”. Es lo que llamamos, respectivamente, el hombre físico, el alma espiritual o espíritu, y el alma animal (el Nous y psuche). Ésta es la división adoptada por San Pablo, también iniciado, que sostiene que existe un cuerpo psíquico (alma o cuerpo astral implantado en el corruptible), y un cuerpo espiritual (formado en la substancia incorruptible). Hasta el mismo Santiago (III, 15) lo corrobora diciendo que la “sabiduría” (de nuestra alma inferior) no viene de arriba, sino que es terrestre, “psíquica”, “demoníaca” (véase el texto griego); mientras que la otra Sabiduría es celeste. Tan claro es esto, que Platón y el mismo Pitágoras, al hablar sólo de tres “principios”, les prestan siete funciones separadas en sus diferentes combinaciones; y si comparamos con esto nuestras doctrinas, resultará evidente la concordancia. Hagamos un bosquejo de estos siete aspectos por medio de las dos tablas siguientes:

DIVISIÓN TEOSÓFICA
CUATERNARIO INFERIOR

TÉRMINOS SÁNSCRITOS

SIGNIFICADO
EXOTÉRICO
EXPLICACIÓN

a)      Rupa o Sthula–Sarira

Cuerpo físico
Es el vehículo de todos los demás “principios” durante la vida.
b)      Prana
Vida o principio vital
Necesario sólo para a, c, d y las funciones del manas inferior, que abraza todas las limitadas al cerebro físico.
c)      Linga Sharira
Cuerpo Astral
El doble, el cuerpo fantasma.
d)     Kâma–Rûpa
Centro de los deseos animales y pasiones

Éste es el centro del hombre animal, donde se halla la línea de demarcación que separa el hombre mortal de la entidad inmortal.

LA TRIADA SUPERIOR, IMPERECEDERA

TÉRMINOS SÁNSCRITOS

SIGNIFICADO
EXOTÉRICO
EXPLICACIÓN

e)      Manas, principio dual en sus funciones

Mente, inteligencia; es la mente humana superior, cuya luz o radiación une la mónada, durante la vida, al hombre mortal.

El estado futuro y el destino kármico del hombre dependen de la gravitación de manas hacia abajo (a Kâma–Rûpa, centro de las pasiones animales), o bien hacia arriba, a Buddhi, el Ego espiritual. En el último caso, la conciencia más elevada de las aspiraciones espirituales individuales de la mente (manas), asimilándose a Buddhi, son absorbidas por éste y forman el Ego que pasa al estado de
felicidad devacánica  (En el Buddhismo Esotérico de Mr. Sinnett, d, e y f son llamadas respectivamente el alma animal, la humana y la espiritual, lo cual responde también a la idea. Aunque los principios están numerados en el Buddhismo Esotérico, esto, estrictamente hablando es inútil. Sólo la Mónada dual (Âtma Buddhi) es susceptible de ser considerada como los dos números superiores (el sexto y el séptimo). En cuanto a todos los demás, como sólo aquel “principio” que predomina en cada hombre ha de considerarse como el primero y el principal, ninguna numeración es posible, por regla general. En algunos hombres es la inteligencia superior (manas o el 5º ) la que domina al resto; en otros, es el alma animal (Kâma–Rûpa) quien reina en absoluto
manifestando los instintos más bestiales, etcétera.)
f)       Buddhi
El Alma Espiritual
El vehículo del Espíritu puro universal.
g)      Âtma
El Espíritu
La unidad con lo Absoluto, como radiación suya.

Ahora bien; ¿qué nos enseña Platón? Habla del hombre interno como hecho de dos partes: la una inmutable y siempre la misma, formada de igual substancia que la Deidad; y la otra, mortal y corruptible. Esas dos partes encuéntrense en nuestra tríada superior y en el cuaternario inferior (véanse las tablas). Explica Platón que cuando el alma, psuche, “se une al Nous (espíritu o substancia divina)  (Pablo llama al Nous de Platón “espíritu”; pero, como ese espíritu es “subsistencia”, evidentemente es a Buddhi a quien se refiere y no a Âtman, ya que en ningún caso puede llamarse “substancia” a la última, filosóficamente. Incluimos a Âtma en los “principios humanos” para no crear mayor confusión. En realidad, no es principio humano “alguno”, sino el principio Absoluto universal, del que Buddhi, el Espíritu–alma, es vehículo)., obra recta y felizmente en todas las cosas”; pero que sucede lo contrario cuando se deja arrebatar por anoia (la locura o alma animal irracional).
Tenemos pues, aquí, Manas (o el alma en general) en sus dos aspectos: cuando se adhiere a anoia (nuestro KâmaRûpa o “alma animal” en el Buddhismo Esotérico), corre hacia su completo aniquilamiento en lo que concierne al ego personal; pero cuando se une al Nous (Atma–Buddhi), se funde en el Ego inmortal e imperecedero, y entonces la conciencia espiritual de lo que era la personalidad convierte en inmortal.


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